LA VIRGEN MARÍA FUE ASUNTA AL CIELO, EN CUERPO Y ALMA
(Continuación)
Assumpta
est Maria in Caelum
FUNDAMENTOS DE ESTE DOGMA
-La creencia universal de la
Iglesia.
Desde los
primeros siglos hasta nuestros días, la unanimidad de la fe del pueblo cristiano, quedó de manifiesto con la respuesta unánime y
afirmativa de todos los obispos del mundo (que a su vez representaba al pueblo
fiel de todo el orbe), a la consulta que sobre la definibilidad de la Asunción
de María hiciera el Papa Pío XII en el año de 1949.
-El testimonio de los Santos Padres.
La Tradición de la Iglesia, expresada en
sus Padres y Doctores, pone de manifiesto su intuición y su fe en esta verdad,
la cual se refleja ejemplarmente en los autores que enseguida se citan.
San Juan Damasceno, en el siglo VII, escribe: "convenía que aquella que en el parto
había conservado íntegra su virginidad, conservase sin ninguna corrupción su
cuerpo después de la muerte; convenía …”·… San Germán de Constantinopla, del siglo VII: " Y fue también muy conveniente que
Dios, que te amaba como Madre suya, te hiciere partícipe de la comunidad de
vida con Él mismo. De esta forma, Tú, habiendo sufrido la pérdida de la vida,
propia de las cosas caducas, has emigrado a las moradas que durarán por los
siglos, allí donde mora Dios, junto al que Tú vives, oh Madre de Dios, sin
separarte de su compañía"… Recogiendo la doctrina de sus predecesores, Juan
Duns Scoto, en el siglo XIV, podía afirmar: "Convenía, Dios podía hacerlo,
luego lo hizo".
-Los grandes privilegios marianos.
a) Por su Inmaculada Concepción.-
Puesto que María (por su Inmaculada
Concepción) estuvo exenta de todo pecado, no quedaba sujeta a la ley de padecer la corrupción
del sepulcro (castigo del
pecado) ni, por consiguiente, tampoco tenía necesidad de esperar la redención
de su cuerpo hasta el fin del mundo.
b) Por su divina Maternidad.-
Si Adán y Eva introdujeron en el
mundo la muerte del alma, que es el pecado y, con él también la muerte del
cuerpo, que es la corrupción; Cristo, por el contrario, introduce la vida del
alma (que es la gracia), y la inmortalidad del cuerpo por medio de la
resurrección. Por estas dos consideraciones, María que es Madre de Cristo y
Madre de los hombres, es lógico que la que es causa de vida y antídoto
contra la muerte, Ella, no permanezca en el sepulcro presa de la misma muerte Así pues, dado que nuestro Redentor es Hijo de
María, su glorificación anticipada parece ser exigida: Cristo que pudiendo dar
a su Madre tanto honor y tanta gloria, necesariamente lo hizo.
c) Por su perpetua virginidad.-
Finalmente la virginidad perpetua de María, nos conduce a la conveniencia
de su incorruptibilidad. Cuando pensamos en el cuerpo santísimo de María, tan
divinamente poseído de Dios, no se concibe que sea presa de la corrupción; por ello puede afirmarse que su misma virginidad
exige los esplendores de la glorificación corporal.
CONSECUENCIAS PARA LA FE Y LA PIEDAD
a)… La Asunción de la Virgen es un argumento prueba de que todos los
hombres, de los que Ella es Madre, estaremos también en el Cielo con nuestro cuerpo
glorificado: si aprendemos
a gastar la vida en el cumplimiento de la voluntad de Dios como lo hizo Santa
María.
b)… María es nuestra esperanza,
pues en Ella se ha dado con plenitud lo que todo hombre está llamado a ser al
final de los tiempos. María es nuestro consuelo, ya que podemos dirigirnos a Aquella que antes de nosotros recorrió este
valle de lágrimas y ahora fija sus ojos en la luz eterna. María es nuestro
refugio porque con su ternura nos devuelve
la paz y, por su poderosa intercesión nos sabemos amparados. Glorificada anticipadamente, vive en el cielo con una
solicitud maternal y amorosa por todos sus hijos.
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