TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 28 de julio de 2018

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 29 DE JULIO DEL 2018, 17º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«¿CON QUÉ COMPRAREMOS PANES PARA QUE COMAN ESTOS?»



Jn. 6. 1-15
     En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea (o de Tiberiades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. 
     Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo».
     Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
     La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Otras Lecturas: 2Reyes 4,42-44; Salmo 144; Efesios 4,1-6

LECTIO:
     Jesús percibió… entre aquella multitud que le seguía que no sólo no tenían pastor y por lo tanto había que enseñarles, sino que tampoco tenían pan, y entonces, igualmente había que alimentarles.
     Jesús hizo ese milagro ante todos, y quedó manifiesta la grandeza de Dios... pero a través de la pequeñez humana: fue realizado con la ayuda humilde del muchacho que encontró Andrés: con sus cinco panes y sus dos peces.
     Es un impresionante testimonio de cómo Jesús…ha querido tener necesidad de nuestra pequeña colaboración humana para que su grandeza divina pueda ser manifestada. Mientras Jesús nos seguirá diciendo como entonces: dadles vosotros de comer, buscad el pan adecuado para esas hambres concretas.  Entonces sentiremos el mismo estupor y desbordamiento que sintieron los discípulos en el lago de Galilea.

MEDITATIO:
     «Dadles vosotros de comer». Jesús quiere involucrar a sus discípulos, quiere educarles. La actitud de los discípulos es la actitud humana, que busca la solución más realista sin crear demasiados problemas: Despide a la gente —dicen—, que cada uno se las arregle como pueda; por lo demás, ya has hecho demasiado por ellos: has predicado, has curado a los enfermos... ¡Despide a la gente! (Papa Francisco).
     La actitud de Jesús es totalmente distinta, y es consecuencia de su unión con el Padre y de la compasión por la gente, esa piedad de Jesús hacia todos nosotros: Jesús percibe nuestros problemas, nuestras debilidades, nuestras necesidades. (Papa Francisco).
     Los discípulos vieron, pero no captaron bien el mensaje. Se dejaron llevar, como la gente, por el entusiasmo del éxito. Una vez más siguieron la lógica humana y no la de Dios, que es la del servicio, del amor, de la fe. …(Jesús) nos pide convertirnos a la fe en la Providencia, saber compartir lo poco que somos y tenemos y no cerrarnos nunca en nosotros mismos. (Papa Francisco).
     ¿Quién de nosotros no tiene sus «cinco panes y dos peces»? Si estamos dispuestos a ponerlos en las manos del Señor, bastarían para que en el mundo haya un poco más de amor, de paz, de justicia y, sobre todo, de alegría. ¡Cuán necesaria es la alegría en el mundo! Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad y hacernos partícipes de su don. (Papa Francisco).

ORATIO:
     Señor, No sé darte lo poco que poseo, pero, después, cuando con ese poco obras grandes cosas, me quedo arraigado en ello y no voy más al fondo, allí donde tú me quieres llevar.


Jesús, ayúdame a saber multiplicar mi amor.
Para que el milagro se produzca
necesito simplemente ofrecerte lo que tengo,
nada más… pero tampoco nada menos.

CONTEMPLATIO:
«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces…»

     Contempla y con tu imaginación entra en la escena, y comparte la perplejidad de Felipe; mira al niño cuando entrega el almuerzo que su madre ha hecho para él. Observa a Jesús que ora, y  reparte el pan y el pescado. Dedica tiempo para alimentar a cada uno... Él también llena tus manos sucias y vacías; míralo y lo agradécelo.
    Para Jesús este gesto del niño que quiere compartir lo poco que tiene es suficiente. A nosotros como comunidad eclesial debería removernos interiormente el deseo de compartir. En un mundo donde cada vez hay más hambre física y espiritual, en un mundo donde cada vez más necesitado, hay más increyentes… para nosotros es un reto la generosidad, el acompañar, el compartir el tiempo y los dones.
     El niño con su humilde comida parecía tener muy poco que ofrecer; pero lo que tenía alimentó a una multitud. A menudo creemos que tenemos poco que ofrecer en el servicio de Jesús. Su trabajo ahora depende de nuestra cooperación con Él. Lo que se ofrece por amor puede producir grandes resultados. Tu oración es un medio, una oferta diaria de amor y cuidado para los que te rodean.
     Todos los milagros de Jesús requirieron de la fe de quienes los pedían. Éste, además, requirió de la generosidad de aquel muchacho. Como si quisiera decirnos con ello el evangelista, que para obtener el milagro de la propia conversión o del propio progreso espiritual y humano, siempre se requiere generosidad. Darlo todo, y darlo de corazón.
         

    Para nosotros, el pan es el Verbo de Dios. Después de su resurrección ha saciado de pan a los creyentes, porque nos ha dado los libros de la Ley y de los profetas, antes ignorados y desconocidos, y ha concedido estos instrumentos a la Iglesia para nuestra enseñanza, para ser él mismo pan en el Evangelio [...] El gusto, una vez que haya probado la bondad del Verbo de Dios, su carne y el pan que baja del cielo, no tolerará después probar otra cosa; cualquier otro sabor le parecerá al alma áspero y amargo, y por eso se alimentará sólo de él, puesto que encontrará todas las dulzuras que pueda desear en aquel que se hace apto e idóneo para todo (Orígenes).


LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA ES:

—Afirmación expresa, ante los hombres, de nuestra fe en la presencia sacramental permanente de Cristo en la Eucaristía, que deriva del sacrificio y se ordena a la comunión.
—Búsqueda de una vivencia más intensa del misterio eucarístico para llenarnos de él y hacerlo vida en nosotros.
—Compromiso concreto de ser, con nuestra vida, testimonio de la realidad del amor de Dios presente entre los hombres.

     “San Agustín ha expresado este sentimiento deforma cabal cuando dice que no sólo no pecamos adorando la carne que Cristo nos da a comer, sino que pecamos no adorando."
J. A. SAYÉS,
La Presencia real de Cristo en la Eucaristía
BAC, Madrid, 1976


SER ADORADOR ES: 

— Disfrutar especialmente del regalo infinito que supone la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento.
— Conversar personalmente con Él en su domicilio terrestre durante el silencio de la noche, como Nicodemo.

     "Jesús no es una idea, ni un sentimiento, ni un recuerdo. Jesús es una persona viva siempre, y presente entre nosotros. "
JUAN PABLO II,
Discurso del 8.11.1978
     “Cristo personalmente presente, junto a la luz vacilante de la lámpara solitaria, sigue exigiendo una respuesta personal, invitando al diálogo a los que le adoran con fe."
PABLO VI,
Radiomensaje al VII Congreso Eucarístico Nacional
Perú -30.8.1965
     Como Adoradores agrupados en Turnos, con días de vigilia señalados y cubriendo  distintas horas de vela, debemos sentirnos dentro de la Iglesia cumplidores de la misión que a  Ésta encargó el  Señor cuando pidió que oráramos ininterrumpidamente:
     "Llevamos en la entraña de nuestra propia vida el espíritu comunitario que es la esencia misma de la Iglesia: juntos rezamos, juntos cantamos, juntos damos gracias, juntos lloramos nuestros pecados y nuestras miserias, y juntos nuestros corazones piden a Dios las gracias necesarias para la salvación de los hombres."
Mons. ÁNGEL SUQUÍA,
Arzobispo de Santiago de Compostela
Conferencia del Centenario

    La identidad del Adorador se define por lo que cree, por lo que practica y por los compromisos que acepta en el quehacer eclesial.
     Creemos todo lo que cree y enseña como revelado por Dios el Magisterio infalible de la Iglesia. Explícita y especialmente, hacemos profesión de las verdades de fe relacionados con el Misterio Eucarístico.


viernes, 27 de julio de 2018

D.FRANCISCO ARENAS MARTÍN, ADORADOR NOCTURNO Y CABALLERO DE LA PONTIFICIA ORDEN DE SAN SILVESTRE.



IN MEMORIAN

     "Solo me considero un fiel cristiano". Con la humildad que siempre le caracterizaba, Francisco Arenas Martín se describía de esta manera cuando en el año 2012 se le comunicó que sería investido corno Caballero de la Pontifica Orden de San Silvestre, nombramiento realizado por, el entonces Papa Benedicto XVI y que es una de las más importantes que puede recibir un fiel laico.
     Esa definición de fiel cristiano se aproxima mucho a lo que re-presentó este hombre en sus dilatados 98 años. Era cristiano en su forma de vivir, de relacionarse con los demás, con su familia, con los amigos y también con la sociedad. 

     Desde los 16 años miembro de la Adoración Nocturna, desde que su tío, el sacerdote y canónigo de su mismo nombre y apellidos, lo acercara a la Obra y donde ha continuado con su compromiso hasta el fin de sus días como Presidente/fundador del Turno 3º, con sede en la Iglesia de San Pablo de la capital, y miembro activo del Consejo diocesano.
     Congregante de María Inmaculada y San Luis Gonzaga. Fue fundador de Hermandad de Penitencia Ecce Mater Tua, hermano de la Amargura de Sevilla y Hermano Mayor del Ecce Homo, de la Santa Caridad, de la Hermandad de los Santos Patronos y Presidente de la Asociación de Amigos de la Catedral.

     A los que lo conocimos  y compartimos momentos de amena charla y buenos consejos así como fervorosa Adoración al Santísimo Sacramento son muchos los sentimientos que en estos momentos nos embarga.
     Siempre ejemplo de constancia y de fervor en la oración, será para nosotros referencia constante, quedándonos el consuelo de que ya goza de la presencia del Padre en su eterna adoración y que ésta Obra a la que pertenecemos goza ya de otro intercesor. Dep.