TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

domingo, 29 de julio de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 29 DE JULIO, 17º DEL TIEMPO ORDINARIO

Jesús da de comer a una multitud

Juan 6.1-15   En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?».
   Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
   «Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Otras lecturas: 2 Reyes 4.42-44; Salmo 145.10-11, 15-18; Efesios 4.1-6

LECTIO:
   Juan disfruta narrando este episodio. Es obvio que los discípulos no se esperan un acontecimiento milagroso. Felipe no ve más allá del enorme costo: aproximadamente el salario de ocho meses. Andrés sólo se fija en los cinco panes del niño.
   Jesús, en cambio, no vio problema alguno: ya sabía cómo se iba a satisfacer aquella necesidad. Acepta los panes y los peces del niño y los multiplica milagrosamente, dando de comer abundantemente a todo el mundo. ¡Y, además, quedan doce canastas de sobras! ¿Cuál es el significado de este milagro?   Podríamos quedarnos con el sentido literal, pero si seguimos leyendo el resto del capítulo 6, vemos cómo Juan aporta una dimensión adicional.
   Juan desarrolla el tema de la comida. La usa como metáfora o imagen verbal. Presenta a Jesús como ‘pan de vida’, un pan que sostiene la vida, especialmente la vida espiritual (versículos 27-36). Jesús mismo traza el paralelo entre satisfacer las necesidades físicas del pueblo y colmar sus necesidades espirituales (versículos 26-27). Para sacar provecho de este alimento espiritual también nosotros debemos hacer algo: creer en Jesús (versículo 29). Su enseñanza es alimento perfecto para cualquiera que fundamente su vida en él y, en tal caso, cada trozo es valioso.

MEDITATIO:
¿Qué lecciones crees que quería enseñar Jesús a sus discípulos por medio de este milagro? ¿Qué podemos aprender nosotros de esto?
¿Cómo te ‘alimentas’ de Jesús y de sus palabras? La mayor parte de la gente se fija en la importancia del alimento físico. Considera si tú le das suficiente prioridad a tu ‘dieta’ espiritual.

ORATIO:
   El Salmo 145 alaba al Señor por su cariño hacia todas sus criaturas. Los versículos 15-16 hablan de la ‘comida’ que les da a su tiempo. Piensa en alguna ocasión en la que un versículo de la Escritura te haya dado fuerzas para seguir adelante.
   Dale gracias a Dios por las distintas maneras en que te ha ayudado y ‘abastecido’ en momentos concretos de tu vida. Que estas oraciones y las palabras de este salmo edifiquen tu fe y tu confianza en el futuro.

CONTEMPLATIO:
   Cuando la multitud presenció cómo multiplicaba Jesús el alimento, dijeron: ‘este es el profeta’. Tal vez relacionaban aquello con un milagro relatado en 2 Reyes 4.42-44, cuando Eliseo dio de comer a cien profetas multiplicando veinte panes.
   En Efesios 4.1-6, Pablo nos recuerda que los cristianos son un solo cuerpo en Jesús y con él. Esto significa que compartimos una esperanza común: la salvación. También tenemos ‘un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos’. Por eso, todos quedamos incluidos en esta promesa.
Sociedades Bíblicas Unidas
LAS HERMANAS MARTA Y MARÍA,

Queridos hermanos y hermanas:

   Estamos ya en pleno verano, al menos en el hemisferio boreal. Es el tiempo en el que  se concentran la mayor parte de las vacaciones. También las actividades pastorales de las parroquias se reducen y yo mismo he suspendido las audiencias por un período. Es por lo tanto un momento favorable para dar el primer lugar a lo que efectivamente es más importante en la vida, o sea, la escucha de la Palabra del Señor

…Marta y María son dos hermanas (tienen un hermano, Lázaro). Jesús pasa por su pueblo y -dice el texto- Marta lo recibió en su casa. Este detalle da a entender que, de las dos, Marta es la mayor, quien gobierna la casa. De hecho, después de que Jesús entró, María se sentó a sus pies a escucharle, mientras Marta está completamente ocupada en muchos servicios, debidos ciertamente al Huésped excepcional. Nos parece ver la escena: una hermana se mueve atareada y la otra como arrebatada por la presencia del Maestro y sus palabras.
   Poco después, Marta, evidentemente molesta, ya no aguanta y protesta, sintiéndose incluso con el derecho de criticar a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Marta quería incluso dar lecciones al Maestro. En cambio Jesús, con gran calma, responde: «Marta, Marta -y este nombre repetido expresa el afecto-, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» (Lc 10,41-42). La palabra de Cristo es clarísima: ningún desprecio por la vida activa, ni mucho menos por la generosa hospitalidad; sino una llamada clara al hecho de que lo único verdaderamente necesario es otra cosa: escuchar la Palabra del Señor; y el Señor en aquel momento está allí, ¡presente en la Persona de Jesús! Todo lo demás pasará y se nos quitará, pero la Palabra de Dios es eterna y da sentido a nuestra actividad cotidiana.

   Queridos amigos: como decía, esta página del Evangelio es especialmente adecuada al tiempo de vacaciones, pues recuerda el hecho de que la persona humana debe trabajar, sí; empeñarse en las ocupaciones domésticas y profesionales; pero ante todo tiene necesidad de Dios, que es luz interior de amor y de verdad. Sin amor, hasta las actividades más importantes pierden valor y no dan alegría. Sin un significado profundo, toda nuestra acción se reduce a activismo estéril y desordenado. Y ¿quién nos da el amor y la verdad sino Jesucristo? Por eso aprendamos, hermanos, a ayudarnos los unos a los otros, a colaborar, pero antes aún a elegir juntos la parte mejor, que es y será siempre nuestro mayor bien…
… nuestra amistad con Cristo pide una escucha atenta de su Palabra, que lleve a la contemplación de su Misterio y al servicio del prójimo. Encontrad más tiempo, sobre todo en vuestras vacaciones, para leer y meditar la Palabra de Dios, que es alimento de nuestra alma y fuerza regeneradora de nuestra existencia.

   Quien acoge a Dios como huésped, quien le deja entrar en su vida, recibe de él ricos dones.

  Como María y Marta en el Evangelio, abramos a Jesús nuestras casas, nuestros corazones; escuchemos sus palabras. Esta es la «parte buena», la que da sentido a nuestra vida. Que Dios nos dé la fuerza para buscarla.
Benedicto XVI, pp

miércoles, 25 de julio de 2012

SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA, EL VALOR DE LA ANCIANIDAD
Beato Juan Pablo II, Papa

Amadísimos hermanos y hermanas:

   Mañana la liturgia celebrará la memoria de san Joaquín y santa Ana, a quienes la tradición, que se remonta al evangelio apócrifo de Santiago, venera como padres de la santísima Virgen María. Esta circunstancia me impulsa a decir algunas palabras sobre la ancianidad y su valor …
   La así llamada «tercera edad» es, ante todo, un valor en sí, por el hecho de la vida que se prolonga, y la vida es don de Dios. Además, es portadora de «talentos» peculiares, gracias al patrimonio de experiencias, conocimientos y enseñanzas que atesora el anciano. Por eso, en todas las culturas la ancianidad es sinónimo de sabiduría y equilibrio. Con su misma presencia, la persona anciana recuerda a todos, y en especial a los jóvenes, que la vida en la tierra es una «parábola», con su comienzo y su fin: para alcanzar su plenitud, ha de referirse a valores sólidos y profundos, no efímeros y superficiales.
   En las sociedades con un gran desarrollo industrial y tecnológico, la condición de los ancianos es ambivalente: por una parte, están cada vez menos integrados en el entramado familiar y social; pero, por otra, su papel se vuelve cada vez más importante, sobre todo para el cuidado y la educación de los nietos. En efecto, los matrimonios jóvenes encuentran en los «abuelos» una ayuda a menudo indispensable.
   Así pues, por un lado, el anciano es marginado, y, por otro, es buscado. Todo esto muestra el desequilibrio típico de un modelo social dominado por la economía y el lucro, que tiende a perjudicar a las clases «no productivas», considerando a las personas más por su utilidad que por sí mismas.
En el umbral del Nuevo Testamento, precisamente san Joaquín y santa Ana preparan la venida del Mesías, acogiendo a María como don de Dios y ofreciéndola al mundo como inmaculada «arca de la salvación». A su vez, según el evangelio apócrifo de Santiago, luego son acogidos y venerados por la Sagrada Familia de Nazaret, que se convierte así en modelo de amorosa asistencia con respecto ellos.
   Imploro a san Joaquín y a santa Ana y, sobre todo, a su excelsa Hija, la Madre del Salvador, inteligencia de amor para los ancianos, a fin de que en nuestra sociedad «la familia sepa conservar, revelar y comunicar el amor» (cf. Familiaris consortio, 17).

   Oración: Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a san Joaquín y a santa Ana la gracia de traer a este mundo a la Madre de tu Hijo; concédenos, por la plegaria de estos santos, la salvación que has prometido a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

domingo, 22 de julio de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 22 DE JULIO, 16º DEL TIEMPO ORDINARIO

Compadecido de ellos
Marcos 6.30-34   En aquel tiempo, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo:
Venid, vosotros solos, a descansar un poco a un lugar apartado.
Porque iba y venía tanta gente que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer. Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. Pero muchos los vieron ir y los reconocieron; entonces, de todos los pueblos, corrieron allá y se les adelantaron. Al bajar Jesús de la barca vio la multitud, y sintió compasión de ellos porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Otras lecturas: Jeremías 23.1-6; Salmo 23; Efesios 2.13-18
LECTIO:
   Marcos no se entretiene en relatar lo emocionante que había sido aquella misión primera. Pero los discípulos no debían de caber dentro de sí, entusiasmados de que Dios se hubiera servido de ellos para realizar cosas en su nombre. También debían de estar muy cansados.
Marcos pasa inmediatamente a referirnos el ministerio de Jesús en el norte de Palestina, concretamente en la región llamada Galilea. El ministerio de Jesús tenía pujanza y era bien conocido. Pero pasaba su factura a la vida espiritual de los discípulos, que carecían de tiempo para recuperarse.
   Como maestro sensato, Jesús se da cuenta de que esto podía conducir al grupo entero a un agotamiento físico y espiritual. Por eso se propone que se marchen todos a otro lugar para descansar y recobrar fuerzas, lejos del agobio que les causan los demás.
   Se embarcan para atravesar el lago de Galilea, en busca de un lugar retirado. El lago es extenso y se estrecha hacia el extremo norte.
   Sin embargo, las gentes del lugar intuyen los planes de Jesús y se apresuran para llegar a pie al sitio antes que él. Cuando la barca toca tierra, Jesús mira a la multitud que le espera y no puede por menos que atenderla y hacerse cargo de sus necesidades.
   Cuando vio lo deseosos que estaban de escucharle, sintió compasión de ellos’ (versículo 34).
   Jesús se entrega a las gentes, porque ‘estaban como ovejas que no tienen pastor’. El reposo de Jesús y sus discípulos, a pesar de estar bien merecido, tendrá que esperar para otro día.
MEDITATIO:
¿Cómo equilibras las exigencias de trabajar y servir a Dios con tu necesidad de descanso? ¿Te proporciona el descanso más o menos tiempo para pasarlo con Dios en oración o leyendo la Biblia?
¿Cómo puedes distinguir si la gente tiene una verdadera necesidad de ayuda que requiere tu atención inmediata?
¿Cómo percibes que las necesidades de otros significan que tienes que cambiar tus planes? ¿Qué podemos aprender de la reacción de Jesús?
ORATIO:
   El Salmo 23 es uno de los pasajes más apreciados de la Biblia. Nos recuerda que ya no estamos ‘como ovejas que no tienen pastor’. Jesús en persona es ahora nuestro pastor. Lee con calma y en voz alta estas hermosas verdades. Paladea las palabras y deja que Dios hable en tu vida y en tus circunstancias.
CONTEMPLATIO:
   Las lecturas complementarias de este día profundizan en el significado y en las responsabilidades de quien tiene el mando. Dios se las toma muy en serio. Jeremías 23.1-6 pone de manifiesto lo Dios les hace a quienes desdeñan sus responsabilidades.
  Los versos 5-6 son una profecía que se refiere a Jesús: él restaurará el reinado de Dios y le darán el nombre ‘El Señor es nuestra victoria’.
Efesios 2.13-18 explica lo que significa esta victoria. Por su muerte en la cruz, Jesús ha roto la barrera que nos separaba de Dios. Ha hecho posible la paz entre Dios y nosotros, entre los judíos y los gentiles.
ARRODILLARSE, UN GESTO NECESARIO

"Nadie coma esta carne sin antes adorarla" (San Agustín)



     Disminuye paulatinamente el número de fieles que se arrodillan en las iglesias, sea ante la Sagrada Forma expuesta en la custodia o durante el canon de la misa.

     Algunos perciben el estar de rodillas como una costumbre algo humillante, que coarta su libertad. Otros quizás opinan que es un gesto innecesario, que nada añade a la devoción interna. También se invocan las primeras comunidades cristianas, donde arrodillarse no se practicaría, a la vista de algunas representaciones orantes –de pie y con las manos extendidas– que figuran en las catacumbas.   Determinados movimientos eclesiales nuevos parecen empeñados en erradicar la postración, el arrodillamiento y la genuflexión en la liturgia, pese a lo contenido en el misal.

     Por último, dado el rechazo generalizado por sus raíces que siente la sociedad occidental, somos capaces de ver espiritualidad en las posturas del yoga y no en las del rito católico; sin duda el clima de cristofobia que padece nuestra Europa occidental llega incluso a “seducir” a los creyentes y a provocarnos una especie de complacencia en negar los usos litúrgicos, o mantener frente a ellos una actitud de superior condescendencia.

     La Ordenación General del Misal Romano (2002) establece que los fieles durante la consagración deben estar de rodillas, salvo que no puedan por razón de enfermedad, estrechez del lugar u otra causa razonable que lo impida. Por otra parte, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en una instrucción del año 2002 (1322/02/L) reconoce el derecho a comulgar de rodillas a los fieles que lo deseen.
     Por otra parte es falso que la postración sea un gesto poco evangélico y ajeno a las primeras comunidades cristianas. No hay más que leer las Sagradas Escrituras:

“Josué rasgó sus vestiduras y se postró rostro en tierra ante el arca de Yavé” (Jos, 7, 6).“Ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua jurará” (Is, 45, 23).“Los que estaban (en la barca) se postraron ante El” (Mt, 14, 33).“Dijo (el ciego): creo Señor, y se postró ante Él” (Jn, 9, 38).“toda rodilla se doblará ante mí, y toda lengua rendirá homenaje a Dios” (Rm, 14, 11).“al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos” (Flp, 2, 10). “Puesto de rodillas (Esteban mártir, al ser lapidado), gritó con fuerte voz: Señor, no les imputes este pecado” (Hc, 7, 60).“Pedro los hizo salir fuera a todos, y puesto de rodillas oró” (Hc, 9, 40).“Diciendo esto (San Pablo) se puso de rodillas con los otros y oró” (Hc, 20, 36).“Allí, puestos de rodillas en la playa, oramos” (Hc, 21, 5). 

     La postración aparece en el Nuevo Testamento cincuenta y nueve veces. En ocasiones aparece en narraciones de acontecimientos que ocurrieron; en otras, como en el Apocalipsis, son figuras metafóricas de adoración, pero no por ello menos apreciables. De todas ellas, la más impresionante es la oración del propio Jesús a Dios Padre en el Huerto de los Olivos: tres evangelistas -San Mateo, San Marcos y San Lucas- coinciden en afirmar que rezó postrado.

     Al ponernos de hinojos, el gesto corporal y el significado espiritual forman una unidad que, como bien señala el Papa Benedicto XVI, es del todo inseparable debido a la unidad físico-espiritual del ser humano. En su obra El espíritu de la Liturgia, publicada como Cardenal Ratzinger, estudia la cuestión con un párrafo muy acertado:
“La expresión con la que Lucas describe el acto de arrodillarse de los cristianos (theis ta gonata) es desconocida en el griego clásico. Se trata de una palabra específicamente cristiana… Puede ser que la cultura moderna no comprenda el gesto de arrodillarse, en la medida en que es una cultura que se ha alejado de la fe, y no conoce ya a aquél ante el que arrodillarse es el gesto adecuado, es más, interiormente necesario. Quien aprende a creer, aprende también a arrodillarse. Una fe o una liturgia que no conociese el acto de arrodillarse estaría enferma en un punto central. Allí donde este gesto se haya perdido, hay que volver a aprenderlo, para permanecer con nuestra oración en comunión con los apóstoles y mártires, en comunión con todo el cosmos y en unidad con Jesucristo mismo”.
     En su primera Exhortación Apostólica, Sacramentum Caritatis (2007), el Santo Padre reafirma esta opinión:
“Un signo convincente de la eficacia que la catequesis eucarística tiene en los fieles es sin duda el crecimiento en ellos del sentido del misterio de Dios presente entre nosotros. Eso se puede comprobar a través de manifestaciones específicas de veneración de la Eucaristía, hacia la cual el itinerario mistagógico debe introducir a los fieles. Pienso, en general, en la importancia de los gestos y de la postura, como arrodillarse durante los momentos principales de la plegaria eucarística”.


     De la misma opinión, el (entonces) Secretario para la Congregación para el Culto Divino, Monseñor Albert Ranjith, recuerda como en el postconcilio se introdujeron cambios de manera abusiva, que aún se mantienen a pesar de los efectos nocivos sobre la fe y la vida litúrgica de la Iglesia como la comunión recibida en la mano, la abolición de la barandilla en el presbiterio, de los reclinatorios en las iglesias y la introducción de prácticas que obligan a estar sentados o de pie durante la elevación del Santísimo Sacramento.
     Los usos tradicionales de la liturgia católica están respaldados teológicamente y no son meras reliquias. Por eso el conocimiento de estos usos y su motivación es interesante para todos

sábado, 21 de julio de 2012

TEMAS DE REFLEXIÓN A.N.E.

LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA
EL BAUTISMO (I)

   Los tres primeros Sacramentos –Bautismo, Confirmación, Eucaristía- se denominan de la iniciación cristiana, porque tienen la principalísima finalidad de convertirnos en nueva criatura, en hijos de Dios en Cristo. El Bautismo es el nacimiento a la vida sobrenatural cristiana; la Confirmación, el desarrollo y el asentamiento en el alma de esa vida sobrenatural, por la acción del Espíritu Santo y la Eucaristía, el arraigo de esa vida de Cristo en el alma, vivida más personalmente con Él.                   
   Mediante los sacramentos de la iniciación cristiana, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, se ponen los fundamentos de toda la vida cristiana. La participación en la naturaleza divina que los hombres reciben como don, mediante la gracia de Cristo, tiene cierta analogía con el origen, el crecimiento y el sustento de la vida natural. En efecto, los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y, finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna; así, por medio de estos sacramentos de la iniciación cristiana, reciben cada vez, con más abundancia, los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1212).
                                                            
   El nacimiento y la conversión a la vida divina son el resultado de recibir la Gracia, la participación en la naturaleza divina, que injerta en nosotros un principio de vida sobrenatural. El cristiano está verdaderamente injertado en Cristo. Nos convertimos en hijos de Dios en Cristo sin dejar de ser seres humanos y, siendo hombres-hijos de Dios en Cristo, comenzamos a vivir y actuar.
                                       
   Este proceso, repetimos, comienza con el Bautismo:

“El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. El bautismo es el sacramento del nuevo nacimiento por el agua y la palabra”
(Catecismo de la Iglesia, n. 1213)
                                           
“El Bautismo no sólo purifica de todos los pecados sino que también convierte al neófito en una nueva creación, un hijo adoptivo de Dios, que ha sido hecho partícipe de la naturaleza divina, miembro de Cristo, coheredero con Él y templo del Espíritu Santo”
(Catecismo de la Iglesia, n. 1265).
                          
   La acción de la Gracia en la persona del bautizado se puede resumir en estas palabras del Catecismo, a las que tendremos ocasión de referirnos a lo largo de estas reflexiones:
o    “le hace capaz de creer en Dios, de esperar en Él y de amarlo mediante las virtudes teologales (Fe, Esperanza, Caridad);
o    le concede poder vivir y obrar bajo la moción del Espíritu Santo mediante los Dones del Espíritu Santo;
o    le permite crecer en el bien mediante las virtudes morales.

o    Así, todo el organismo de la vida sobrenatural del cristiano tiene su raíz en el santo Bautismo” (Catecismo de la Iglesia, n. 1266)                                        .
Con el Bautismo, el bautizado deja de ser solamente una criatura “a imagen y semejanza” y se convierte en verdadero hijo de Dios en Cristo, al actualizarse, al hacerse acto, en esa “participación” la capacidad –potencia- de ser hijo de Dios, con la que todo ser humano llega a este mundo.
   Esta nueva condición del hombre bautizado no se pierde jamás. “El Bautismo imprime en el cristiano un sello espiritual indeleble (carácter) de su pertenencia a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado, aunque el pecado impida al Bautismo dar frutos de salvación” (Catecismo de la Iglesia, n. 1272).                                                   
   Esta afirmación significa que el bautizado nunca pierde su condición de hijo de Dios en Cristo, raíz y fundamento de la vida sobrenatural, del vivir nosotros en Dios, con Cristo, en el Espíritu Santo; y del vivir Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en nosotros. Es el fundamento y la razón por la que podemos decir que todo cristiano está injertado en Cristo y que, con San Pablo, podemos también llegar a afirmar que Cristo vive en mí.


·                     ¿Retraso innecesariamente el bautizo de un  hijo, de un nieto?
·                     Cuando asisto y participo en un bautizo, ¿procuro revivir mi propio bautismo, y dar gracias a Dios por haberlo recibido?
¿Soy consciente de que el Bautismo, al convertirme en hijo de Dios en Cristo, entro a formar parte de la propia familia de Dios?


Cuestionario