TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

viernes, 30 de abril de 2021

 «Recemos juntos por el fin de la pandemia»



  El Papa ha convocado una «maratón de oraciones» durante todo el mes de mayo, que involucrará especialmente a los santuarios de todo el mundo, para pedir por el fin de la pandemia de coronavirus. Así lo ha anunciado el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en un comunicado de prensa.

  La iniciativa, dirigida a los fieles católicos, se estructura bajo el nombre “De toda la Iglesia subía incesantemente la oración a Dios” (Hch 12, 5)" para que los fieles recen el rosario para invocar el fin de la pandemia. «Son treinta los santuarios representativos, distribuidos en todo el mundo, los que guiarán la oración mariana, que será trasmitida en directo en los canales oficiales de la Santa Sede a las 18.00h cada día», señala el comunicado.

  Francisco será el encargado de abrir la oración del rosario a nivel mundial el próximo 1 de mayo.



sábado, 24 de abril de 2021

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 25 DE ABRIL DEL 2021, 4º DE PASCUA - JORNADA MUNDIAL POR LAS VOCACIONES (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

 « YO CONOZCO A MIS OVEJAS Y ELLAS ME CONOCEN…»

 

Jn. 10. 11-18

 

        En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen,  igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor.

   Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».

 

Otras Lecturas: Hechos  4,8-12; Salmo 117; 1Juan 3,1-2

 LECTIO:

     Llegados al cuarto domingo de Pascua nos encontramos con la figura atrayente del buen Pastor, Jesucristo. Una imagen que da para mucho, tanto en la antigua tradición bíblica, como en la conciencia de Jesús y en toda la tradición posterior de la Iglesia. En el Antiguo Testamento, Dios comunica su amor por medio de esta imagen, tan cercana y expresiva para una cultura que vive de sus rebaños y del cuidado de quienes los pastorean. Con esta imagen, los profetas han reclamado la fidelidad de un pueblo que se mareaba con los atractivos de los ídolos y con esta imagen han hostigado a los pastores que buscaban su provecho personal y no el de las ovejas. En un arrebato de celo, Dios llega a decir: “Yo mismo apacentaré a mis ovejas… para que no anden dispersas en los días de nubarrones y tormentas” (Ez 34).

     En este contexto pastoril, Jesús se presenta diciendo: “Yo soy el buen pastor, que conozco a mis ovejas y doy la vida por ellas”, al tiempo que contrapone a los malos pastores, los asalariados, que no les importan las ovejas, sino que se aprovechan de ellas y, cuando viene el lobo, huyen y no defienden a las ovejas. Esta imagen del buen pastor ha encandilado a los místicos en la larga tradición de la Iglesia. Desde muy pronto, la iconografía cristiana se familiarizó con esta imagen, suscitando comentarios bíblicos y teológicos de la más alta espiritualidad…  (+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)

 MEDITATIO:

     «El buen Pastor da su vida por las ovejas» Estas palabras se realizaron plenamente cuando Cristo, obedeciendo libremente a la voluntad del Padre, se inmoló en la Cruz. Entonces se vuelve completamente claro qué significa que Él es «el buen Pastor»: da la vida, ofreció su vida en sacrificio por todos nosotros: por ti, por mí ¡por todos! ¡Y por ello es el buen Pastor! (Papa Francisco).

   Jesús se presenta como el verdadero y único Pastor del pueblo: el pastor malo piensa en sí mismo y explota a las ovejas; el buen pastor piensa en las ovejas y se dona a sí mismo. … Cristo Pastor es un guía atento que participa en la vida de su rebaño, no busca otro interés, no tiene otra ambición que la de guiar, alimentar y proteger a sus ovejas. Y todo esto al precio más alto, el del sacrificio de su propia vida. (Papa Francisco).

   Es una gracia para el pueblo de Dios tener buenos pastores, pastores como Jesús, que no se avergüenzan de tocar la carne herida, que saben que sobre esto  seremos juzgados: estuve hambriento, estuve en la cárcel, estuve enfermo… Los criterios del protocolo final son los criterios de esta cercanía total, para tocar, compartir la situación del pueblo de Dios. (Papa Francisco).

 ORATIO:

     Señor, Tú que conoces a tus ovejas, Tú que sabes de mis actitudes y de mis límites, actúa en mi vida, Señor.

 Pastor que con tus silbos amorosos

me despertaste del profundo sueño.

Tú que hiciste cayado de ese leño,

en que tiendes los brazos poderosos.

 CONTEMPLATIO:

  « Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida»

    En este domingo del buen pastor, la Iglesia nos llama la atención acerca de las vocaciones de especial consagración, la de todos aquellos hombres y mujeres que hacen presente en el mundo de hoy la ternura del buen Pastor, tocando las heridas de nuestra humanidad sufriente para sanarlas. Hombres y mujeres dedicados a la atención a los pobres, a los enfermos, a los ancianos, a los emigrantes, a los descartados de cualquier tipo. Personas dedicadas a la educación de los niños y los jóvenes. Manos tendidas a los que sufren violencia, maltrato, abusos, injusticia. Corazones entregados a Cristo para hacer presente su ternura de buen pastor hoy entre los hombres. Sacerdotes que prolongan la presencia de Cristo buen pastor en el servicio y con la autoridad de Cristo.

  Este domingo es la Jornada mundial de oración por las vocaciones, con el lema “¿Para quién soy yo? Quiere suscitar sobre todo en los jóvenes cuál es el sentido de su vida, para quién quieren vivir su vida, a quién quieren entregarla. Y a todos los fieles recordarnos la necesidad de que todas esas vocaciones vayan acompañadas de nuestro interés y oración. Jesucristo buen pastor sigue llamando para buscar a los que están abatidos y necesita corazones y brazos que lo hagan presente. Toda vocación tiene como fundamento ese encuentro con el Señor... La vida es muy bonita cuando se vive como el buen Pastor, para dar la vida por los demás. (+ Demetrio Fernández – Obispo de Córdoba)

  

 

   Mis ovejas me siguen. Yo les doy la vida eterna, y no se perderán para siempre. ¿Quién habrá que pueda con una oveja de Jesucristo? ¿A dónde se quedará, que no torne el Señor por ella? No se caerá ya de su mano. Ni hambre, ni hartura, ni frío, ni calor, ni dolor, ninguna cosa las apremiará. Terné yo tanto cuidado de mis ovejas, que ya no tendrán temor de perecer. Yo buscaré mis ovejas, y las visitaré. Las pone donde lobo ninguno las pueda tocar. Librarlas he de todos los peligros en que se pueden perder. (San Juan de Ávila)

PARA EL DIALOGO Y LA MEDITACIÓN


ABRIL RESURRECCIÓN

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

 

Reflexiones que nos animen y ayuden a encontrarnos con Jesús sacramentado y descansar en su corazón.

 

     Cada mes daremos algunas pinceladas sobre diversas virtudes que nos ayuden a vivir la media hora de adoración que tanto insistía el Venerable Luis de Trelles, o contemplar cómo las vive el Señor desde el Sacramento; utilizando la Palabra de Dios, el Magisterio, textos de santos u otros autores, y recogiendo cada mes una de las promesas del Corazón de Jesús, acabando con una oración.

 

PASIÓN – MURTE - RESURRECCIÓN

 

  Iniciamos abril con el Triduo Pascual donde celebramos y contemplamos el Misterio central de nuestra fe, la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que actualizamos en cada Eucaristía, y descansemos en la “anchura de su Corazón” para que seamos testigos de su amor redentor.

  “Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: “No le quebrarán un hueso”; y en otro lugar la Escritura dice: “Mirarán al que traspasaron”.” (Juan 19,36-37).  “Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño, para que muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Con sus heridas fuisteis curados” (1 Pedro 2,24).

     San Manuel González, “Obras Completas” 1258, nos enseña el silencio de Jesús tanto en la Pasión como en el Sagrario, animándonos al mismo con la contemplación: “La negación de la palabra Silencio del Sagrario, ¡qué misteriosamente elocuente eres! ¡Cómo azotas y abofeteas la locuacidad de mi vanidad y de mi orgullo! Jesús, la Palabra eterna y subsistente de Dios, la Palabra que es espíritu y vida, la Palabra que nos hace libres, la Palabra reveladora de Dios, de sus misterios y de las maravillas de su reino, (…) ese Jesús se ha impuesto silencio al quedarse a vivir en el Sagrario, y ¡silencio perpetuo, sin excepciones ni de tiempo, ni de personas, ni de ocasiones! De noche y de día, con los buenos y con los malos, en los triunfos y en las derrotas, Jesús sacramentado permanece mudo… El único signo que se ha reservado para hacerse entender de los hombres es la tenue e insegura luz de la lámpara de aceite, como diciéndoles: aquí estoy… Después de eso, no dice nada más. ¡Qué misterios y qué abismos de misterios abre y descubre cada una de esas negaciones! ¿verdad?”

     El Papa, San Juan Pablo II, el 21/07/1985, nos exhorta a penetrar en los sentimientos del Corazón del Redentor: “En el sacrificio del Calvario el corazón del Redentor no fue aniquilado con el fuego del sufrimiento. Aunque humanamente muerto, como constató el centurión romano cuando traspasó el costado de Cristo con la lanza, en la economía divina de la salvación este Corazón quedó vivo, como manifestó la Resurrección.

     He aquí el Corazón vivo del Redentor resucitado y glorificado, lleno de bondad y amor: infinita y sobreabundantemente lleno. El rebosar el corazón humano alcanza en Cristo la medida divina. Deseamos hablar al Corazón del Hijo mediante el Corazón de la Madre. ¿Qué puede haber más bello que el coloquio de estos dos corazones? Queremos participar en él”.

    Para poder descubrir la misericordia del Corazón de Jesús por los pecadores, hoy tan urgente, nos dice en “Dives in misericordia”, san Juan Pablo II: “Los acontecimientos del Viernes Santo y, aún antes, la oración en Getsemaní, introducen en todo el curso de la revelación del amor y de la misericordia, en la misión mesiánica de Cristo, un cambio fundamental. El que «pasó haciendo el bien y sanando», «curando toda clase de dolencias y enfermedades», él mismo parece merecer misericordia y apelarse a la misericordia cuando es arrestado, ultrajado, condenado, flagelado, coronado de espinas; cuando es clavado en la cruz y expira entre terribles tormentos. Es entonces cuando merece de modo particular la misericordia de los hombres, a quienes ha hecho el bien, y no la recibe. Incluso aquellos que están más cercanos a Él, no saben protegerlo y arrancarlo de las manos de los opresores. En esta etapa final de la función mesiánica se cumplen en Cristo las palabras pronunciadas por los profetas, sobre todo Isaías, acerca del Siervo de Yahvé: «por sus llagas hemos sido curados».

   En momentos de sequedad interior ante el Señor nos vienen en ayuda las palabras de Santa Margarita M.ª de Alacoque: “Cuando no podáis hacer nada en la oración, contentaos con ofrecer la que por nosotros hace el divino Salvador en el Santísimo Sacramento del Altar, ofreciendo sus llamas para reparar nuestras tibiezas”.

     Promesa del Corazón de Jesús a Santa Margarita M.ª de Alacoque: no olvidemos que fue un primer viernes la muerte de Nuestro Señor, donde nos abrió el costado y no se cerrará jamás: “Concederé a todos los que comulguen los “nueve primeros viernes de mes seguidos” la gracia de la penitencia final. No morirán en mi desgracia, ni sin recibir los sacramentos. Mi Corazón será su asilo seguro en sus últimos momentos”

Preguntas para el diálogo y la meditación.

¿Voy a la Eucaristía con un corazón agradecido por el don de la Redención?

¿Cultivo en mi vida interior la admiración ante la maravilla del “sacramento admirable”?

¿Medito y platico sobre la Pasión y Muerte del Señor como hacía cada día Santa Teresa de Jesús?

¿Soy consciente de que la salvación del mundo, ayer, hoy y siempre pasa por la Eucaristía celebrada, recibida, adorada?

 

Acabamos orando con el precioso poema de Lope de Vega

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,

que, a mi puerta, cubierto de rocío,

pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,

pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,

si de mi ingratitud el hielo frío

secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:

«Alma, asómate ahora a la ventana,

verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,

«Mañana le abriremos», respondía,

para lo mismo responder mañana!


lunes, 19 de abril de 2021

NOTA DE PRENSA SOBRE LA APROBACIÓN DE LA LEY CONTRA LA VIOLENCIA A LA INFANCIA 




Sobre la Ley

     Aprobada en el Congreso de los diputados la Ley contra la violencia a la infancia (16-04-2021). Es una buena noticia que el Congreso se haga eco de una problemática que afecta a la sociedad española.

   En el ámbito del debate parlamentario, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, señaló a la Iglesia como cómplice de esos abusos por encubrimiento. Es una acusación gravemente injusta que pretende ensuciar la actividad de millones de personas durante décadas y que no se corresponde en absoluto con la verdad.

  Estudios independientes recientes han puesto de manifiesto la gravedad de este problema en nuestro país. Esos estudios han señalado que el 0,2% de los casos se han dado en actividades religiosas, algo que siendo para nosotros grave, pone en su magnitud las dimensiones del problema y señala los entornos en los que se producen mayoritariamente los abusos, que deben tener especial atención y protección.

 

La Iglesia y su compromiso con la protección de menores

   La Iglesia católica inició ya en 2002 un largo proceso de actualización de sus protocolos y su código de derecho especialmente en cuestiones de prescripción de esos delitos y de prevención de abusos en el presente y en el futuro, aspectos que ahora incorpora la legislación española. Desde aquel año se han desarrollado protocolos y entornos seguros para los menores en los lugares en los que la Iglesia realiza su actividad. Las congregaciones religiosas han desplegado un importante número de iniciativas para atender de manera segura a los menores y también la Iglesia diocesana está recorriendo ese camino y han habilitado oficinas de protección a los menores y prevención de abusos en todas las diócesis españolas.

  Como parte de su misión, la Iglesia está firmemente comprometida en la promoción integral de los menores y desarrolla miles de iniciativas cada año que buscan formarlos en valores tan relevantes como la solidaridad, el respeto a la diferencia, el servicio al bien común o el cuidado del entorno según los principios del humanismo cristiano.

  En este fin trabajan miles de laicos, sacerdotes y religiosos con esfuerzo, capacitación, dedicación y responsabilidad.  Su trabajo no puede quedar empañado ni por las acciones de algunos de sus miembros que son indignos de ese trabajo ni por las apreciaciones de los políticos que, presas de un rancio anticlericalismo, utilizan a la Iglesia para la confrontación política en una estrategia de ruptura y confrontación.

   Queremos finalmente renovar el compromiso de la Iglesia con la protección de los menores que seguirá dando pasos adelante y agradecer el trabajo de todos los que dentro y fuera de la Iglesia trabajan en el cuidado de los menores y en su formación, para un futuro mejor.


domingo, 18 de abril de 2021

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 18 DE ABRIL DEL 2021, 3º DE PASCUA (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

 « PAZ  A VOSOTROS…  ¿ POR QUÉ OS ALARMÁIS ? »

 

Lc. 24.35-48

 

     En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros.» Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: « ¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»

   Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: « ¿Tenéis ahí algo que comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.» Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

 Otras Lecturas: Hechos 3,13-15.17-19; Salmo 4; 1Juan 2,1-5

 LECTIO:

El Resucitado se presenta en medio de aquel grupo con el saludo pascual: Paz a vosotros. Era una paz concreta y adecuada, justo la que necesitaban aquellos hombres tan “llenos de miedo por la sorpresa que creían ver a un fantasma”. Todo el relato es un alegato de realismo: la Resurrección no fue algo pacíficamente creído y adquirido por los discípulos, por lo que Jesús tendrá que convencerles de tantas maneras de que no era un fantasma, y que, al que vieron agonizar y morir colgado en una cruz, aquél mismo, estaba ahora delante de ellos [...]

    Esto es lo que Jesús trata de explicarles con su aparición resucitada: no es el final sino el comienzo, porque empieza el tiempo nuevo, la hora de la Iglesia. Por eso Jerusalén era punto de llegada y de partida. Ahora nos toca a nosotros prolongar aquello que entonces comenzó… (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm. Arzobispo de Oviedo).


 MEDITATIO:

   En el centro de este tercer domingo de Pascua está la experiencia del Resucitado hecha por sus discípulos, todos juntos. Eso se evidencia especialmente en el Evangelio que nos introduce de nuevo otra vez en el Cenáculo, donde Jesús se manifiesta a los apóstoles, dirigiéndoles este saludo: «La paz con vosotros». Es el saludo del Cristo Resucitado Jesús no es un fantasma. De hecho, no se trata de una aparición del alma de Jesús, sino de su presencia real con el cuerpo resucitado. Jesús se da cuenta de que los apóstoles están desconcertados al verlo … por eso, para convencerlos, les dice: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo». Y era tanta la alegría que tenían dentro que esta alegría no podían creerla: «¡No puede ser! ¡No puede ser así! ¡Tanta alegría no es posible!» [...] (Papa Francisco)

  Jesús nos ha enseñado el amor. Un amor que, en su Resurrección demostró ser más poderoso que el pecado y que la muerte, y quiere salvar a todos aquellos que experimentan en su propio cuerpo las esclavitudes de nuestros tiempos. (Papa Francisco)

 ORATIO:

     Te damos gracias, Oh Cristo resucitado, vida y paz nuestra. Hoy en tu visita gloriosa, has atravesado las puertas de nuestro egoísmo y las murallas de nuestros temores.

Paz a vosotros, mis amigos,

que estáis tristes y abatidos…

paz que acoge, perdona y sana,

paz dichosa y llena de vida.

 CONTEMPLATIO:

 « ¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón? Soy yo »

      Tiene Jesús mucho interés en disipar toda duda o vacilación acerca de su resurrección. El evangelio de este domingo tiene ese objetivo. Una vez que los discípulos se han encontrado con Jesús, vuelven a preguntarse; pero, ¿será verdad? O, ¿será una ilusión de mi mente? Esta duda nos asalta a todos antes o después, porque si es verdad, todo cambia en nuestra vida. Y si no es verdad, todo sigue igual y va perdiendo consistencia. Por tanto, si no se nos plantea nunca esta duda es porque quizá no estemos dispuestos a cambiar nada, y para eso mejor ni siquiera dudar.

     La resurrección de Jesús es el punto central de nuestra fe cristiana. Incluso la muerte de Cristo y la pasión que le precede adquiere todo su sentido con la luz de la resurrección. Si Cristo no hubiera resucitado, esa pasión y esa muerte, por muy aparatosas que fueran, se quedarían en una expresión de buena voluntad, pero sin ninguna consecuencia en nosotros. Sería un buen ejemplo, sin más. Por el contrario, como ha sucedido, si la resurrección de Jesucristo es un acontecimiento real e histórico, aunque desborde nuestra mente, se convierte en una luz y una energía potentísimas, que nos hacen entender el significado de la pasión y de la muerte de Jesús, y su victoria sobre la muerte, que nadie más ha alcanzado. Nos cambia el horizonte futuro de nuestra vida, de nuestra muerte y del más allá de la muerte. Porque la resurrección de Jesucristo es anticipo de nuestra propia resurrección, incluso corporal [...] Vale la pena detenernos en esta Pascua a considerar la fuerza tan potente de la resurrección de Cristo en cada uno de nosotros y en la humanidad entera, no sea que tengamos reprimida esa energía por nuestra incapacidad o por la obstrucción de nuestro corazón. (+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)

 

…   Yo sé que después de su resurrección tuvo un cuerpo verdadero, como sigue aun teniéndolo. Por esto, cuando se apareció a Pedro y a sus compañeros, les dijo: Tocadme y palpadme, y daos cuenta de que no soy un ser fantasmal e incorpóreo. Y, al punto, lo tocaron y creyeron, adhiriéndose a la realidad de su carne y de su espíritu. Esta fe les hizo capaces de despreciar y vencer la misma muerte. Después de su resurrección, el Señor comió y bebió con ellos como cualquier otro hombre de carne y hueso, aunque espiritualmente estaba unido al Padre. (S. Ignacio de Antioquía)