TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 30 de abril de 2016

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 1º DE MAYO, 6º DE PASCUA (Comentario de + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm-Arzobispo de Oviedo)

«LA PAZ OS DEJO, MI PAZ OS DOY»

Jn. 14. 23-29
            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.  
       Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
       La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”.
       Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».

Otras Lecturas: Hechos 15,1-2.22-29; Salmo 66; Apocalipsis 21,10.14.22-23

LECTIO:
            Jesús no determina cuándo volverá definitivamente. Lo más importante no es saber el cuándo sino cómo debemos vivir hasta ese regreso. Jesús, también en esta hora, quiere transmitir ánimo, confianza, valor.
       Junto a este aliento que Jesús da a los suyos les deja la paz. Pero no cualquier tipo de paz, sino la paz del Resucitado. La paz sincera y auténtica que es capaz de derribar las resistencias del corazón humano. El No temáis y la paz con vosotros son dos elementos que están presentes en las apariciones del Resucitado. El valor y la paz auténtica se convierten así en dos características del discípulo de Jesús.
       Jesús promete a los suyos que, cuando Él se marche, su presencia será sustituida por el Defensor, por el Espíritu Santo. Este Espíritu tendrá (tiene) una gran misión: evitar que los creyentes olvidemos la memoria, el mensaje y la persona de Jesús. Él hace presente en la historia de los hombres, en cada generación, todo lo que Jesús hizo y enseñó.
       Además de acoger el Espíritu de Jesús, otra forma para el creyente de hacer presente a Jesús en su vida será guardar su palabra. Tenemos que volver, una y otra vez, a la Palabra de Dios, a su lectura, a su meditación. Y luego a la acción. A hacer realidad lo que ella contiene en nuestras vidas.
       Esta partida de Jesús a sus discípulos no les puede dejar tristes. Si de verdad aman a Jesús se deben alegrar: Él regresa a su Padre. Todo esto lo ha dicho Jesús para fortalecer nuestra fe, para que sigamos creyendo, confiando en Él. No se ha ido para siempre. Su presencia, a través de su Espíritu y de su Palabra nos acompaña cada día.      
               
  MEDITATIO:
     Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ve tristes y acobardados. Ellos saben que están viviendo las últimas horas con su Maestro.
¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quién acudirán? ¿Quién los defenderá? Jesús quiere infundirles ánimo descubriéndoles sus últimos deseos?
     Que no se pierda mi Mensaje. Es el deseo de Jesús. Que no se olvide su Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de Dios” del que les ha hablado tanto. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar:

“el que me ama, guardará mi palabra...

     El Padre os enviará en mi nombre un Defensor. Jesús no quiere que se queden huérfanos. No sentirán su ausencia. El Padre les enviará el Espíritu Santo que los defenderá de riesgo de desviarse de él. Este Espíritu que han captado en él, enviándolo hacia los pobres, los impulsará también a ellos en la misma dirección.
     El Espíritu les “enseñará” a comprender mejor todo lo que les ha enseñado. Les ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Les “recordará” lo que le han escuchado. Los educará en su estilo de vida.

el que no me ama, no la guardará”.

Después de veinte siglos, ¿qué espíritu reina entre los cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu de Jesús? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Vivimos atentos a los que sufren? ¿Hacia dónde nos impulsa hoy su aliento renovador?

ORATIO:
     En ti, y sólo en ti, Señor, encuentra reposo nuestro corazón inquieto y turbado. Tú eres la verdadera paz que el mundo y sus vanidades no pueden ofrecer. 

Ven Espíritu Santo y enséñanos a creer en Ti
como ternura y cercanía personal de Dios,
como fuerza y como gracia que puede conquistar nuestro interior
y dar vida a nuestra vida.
Ven a alegrar nuestro mundo tan sombrío.
Ayúdanos a imaginarlo mejor y más humano.
Ábrenos a un futuro más fraterno, limpio y solidario.

     Concédenos el deseo ardiente de estar a la escucha de toda palabra tuya, para estar siempre dispuestos a realizar lo que tú nos confíes, sin contar con nuestras fuerzas, sino con el poder de tu Espíritu, que habita en nosotros. 

CONTEMPLATIO:
“La paz os dejo, mi paz os doy”

     Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones. Esta paz no es una ausencia de conflictos y tensiones. Tampoco una sensación de bienestar o una búsqueda de tranquilidad interior. Según el evangelio de Juan, es el gran regalo de Jesús, la herencia que ha querido dejar para siempre en sus seguidores... En la casa en que entréis, decid primero: paz a esta casa.
     Jesús quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en él, fruto  de su unión íntima con el Padre. Les regala su paz. Esa es la paz que han de contagiar siempre que lleguen a un lugar. Lo primero que difundirán al anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un mundo más sano y justo. Nunca han de perder esa paz. Jesús insiste:

“Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”

     ¿Qué estamos aportando hoy los seguidores de Jesús? ¿Concordia o división? ¿Reconciliación o enfrentamiento? Y si los seguidores de Jesús no llevan paz en su corazón, ¿qué es lo que llevan? ¿Miedos, intereses, ambiciones, irresponsabilidad…?

El Espíritu Santo nos enseña a sumergirnos en una profunda humildad y a conseguir una total sumisión a Dios y a todas las criaturas. Es ésta una ciencia en la que están encerradas todas las ciencias necesarias para la verdadera santidad. Ésta sería la verdadera santidad, sin comentarios, no de palabra o en apariencia, sino real y profunda. (Juan Taulero).

“VENID Y VAMOS TODOS …CON FLORES A MARÍA QUE MADRE NUESTRA ES”


          El amor, el homenaje y la veneración que se dan a la Virgen María se manifiestan con prácticas diversas que llamamos "devociones". En el mes de mayo, el mes de las flores, dedicado tradicionalmente a la Madre del Salvador, intensificamos estas devociones marianas. Se trata del afecto, la predilección y reverencia que le tributamos por ser la obra maestra de la creación, la llena de gracia que, también, es madre nuestra. La devoción a María es una amorosa y confiada entrega a quien, por su excelsa dignidad y misión, sabemos nos ama y protege.
     El Concilio Vaticano II nos describe la naturaleza y el fundamento del culto y devoción a la Santísima Virgen: "Por ser Madre santísima de Dios, que tomó parte en los misterios de Cristo, es justamente honrada por la Iglesia con un culto especial" (Lumen Gentium, 66).
     Este "culto especial" consiste en la veneración, el amor, la invocación y la imitación. “El mes de Mayo es el mes más sonriente del año. La sonrisa de María, Madre de Jesús y Madre nuestra, serena los rostros pensativos y eleva a visiones de bondad, de misericordia y de confianza los ánimos oprimidos, desconfiados y cansados”  (Beato Juan XXIII pp)


Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en éste día, alma, vida y corazón;
mírame con compasión y no me dejes, Madre mía.

Frases para reflexionar como personas, como cristianos, como católicos.(I)

FRASES DEL PAPA


No debemos tener miedo a la bondad, más aun, ni siquiera a la ternura.

El Señor nunca se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.

La Iglesia necesita fervor apostólico y no cristianos de salón.

La calumnia es peor que un pecado, es una expresión directa de satanás.

El odio, la envidia, la soberbia, ensucian la vida...

Que el Señor nos conceda a todos la gracia de cuidar un poquito más la lengua respecto de los comentarios que decimos de los demás. Es una pequeña penitencia pero da buenos frutos.

Que la Iglesia sea siempre lugar de misericordia y esperanza, donde cada uno se sienta acogido, amado y perdonado.

Un poco de misericordia hace el mundo menos frío y más justo.

Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre.


El Trabajo infantil es una plaga. Una niñez serena permitirá a los niños mirar con confianza hacia el futuro.

domingo, 24 de abril de 2016

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 14 DE ABRIL, 5º DE PASCUA (Comentario de + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm-Arzobispo de Oviedo)

«OS DOY UN MANDAMIENTO NUEVO…» 

Jn. 13. 31-34ª, 34-35
            Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
       Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros.   
       La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.

Otras Lecturas: Hechos 14,21b-27; Salmo 144; Apocalipsis 21,1-5a

LECTIO:
                Estas palabras de Jesús tienen un claro sabor a despedida. Estamos en el cenáculo, la traición de Judas está a punto de consumarse. Es la hora de hablar a los suyos claramente, es el momento de dejarles su testamento espiritual. Aquellos principios de fe y de costumbres que la persona que se va ofrece a sus seres más queridos para que ellos, observándolos, puedan ser igualmente felices.
       ¿Qué quiere decir esto de la glorificación del hijo del hombre? La glorificación de Jesús es un término que utiliza exclusivamente el evangelista san Juan para referirse a la pasión y resurrección de Cristo. Momentos definitivos de la vida de Jesús. Misterios centrales de nuestra fe, que culminaron la existencia de Jesús.
      Ninguno de esos dos momentos tuvo gloria humana: en la pasión Jesús fue azotado, crucificado, abandonado. Su resurrección aconteció en el silencio de Dios.
      Libremente aceptada su pasión, Jesús sabe que se acerca su hora, por eso se quiere despedir de los suyos y les deja su testamento espiritual: el mandamiento nuevo del amor. Que resume toda la Ley y los profetas. Que resume, en definitiva, la vida de Jesús.
       Y este amor no debe ser cualquier amor. Jesús nos dice: amaos también entre vosotros”. Jesús ha querido insistir que nuestro deber de amar empieza por los que están “entre nosotros”. El amor debe comenzar en nuestra propia casa.
       La cruz de Jesús es un signo absoluto de amor, por eso es la señal de los cristianos. Así cada vez que hacemos la señal de la cruz debemos recordar que estamos llamados a vivir cada día practicando el amor “entre nosotros” tal y como Jesús nos ha enseñado. Este es el legado espiritual de Jesús. Nadie nos obliga a aceptarlo. Solo se acepta libremente, por amor.

MEDITATIO:

“Os doy un mandamiento nuevo:”

     El texto de hoy nos invita a vivir como una verdadera comunidad cristiana. Una comunidad renovada con la celebración de la Pascua de Cristo que ha resucitado y vive en medio de quienes aman.
La mención de Judas en el evangelio, nos lleva a pensar que hay discípulos que no han aceptado al Maestro, que aún después de convivir con él no están dispuestos a seguirle por el camino que ha mostrado. Como Judas han roto con el mundo de Dios, se apartan de Jesús traicionándolo.
Jesús ha enseñado que para vivir hay que morir, que para reinar hay que sufrir. La vida del cristiano aún en los momentos de prueba, está marcada con la esperanza de la vida eterna, esto da un sentido sobre natural a la vida cotidiana.

“que os améis unos a otros como yo os he amado”.

     Amar como Jesús amó, es un amor de entrega, de sacrificio de la propia vida por el bien del hermano. No se trata de un amor altruista y humanitario, sino la continuación de la obra de Jesús. El amor mutuo debe ser manifestativo del amor que Dios tiene a los hombres. Este amor debe ser un signo atrayente, el testimonio para que los demás crean.

ORATIO:
     Dios, Padre nuestro, en el exceso de tu amor expusiste a tu Hijo amadísimo al rechazo y al odio del mundo: concédenos la fuerza de tu Espíritu a nosotros, que queremos seguir las huellas de nuestro Maestro y dar un valiente testimonio de su muerte y su resurrección frente al mundo que no te conoce.

Haznos, Señor,
instrumentos dóciles de tu Palabra.
Donde haya oscuridad,
pongamos la luz.
Donde haya discordia,
sembremos el amor…

     No permitas que, en la hora de la prueba, seamos vencidos por el miedo y caigamos en el pecado de la incredulidad y del desamor. 

CONTEMPLATIO:

“a vosotros os he llamado amigos”.

     El estilo de amar de Jesús es inconfundible. Sólo parece interesarse en hacer el bien, acoger, regalar lo mejor que él tiene, ofrecer amistad, ayudar a vivir.
     Jesús se pone al servicio de quienes lo pueden necesitar más. Hace sitio en su corazón y en su vida a quienes no tienen sitio en la sociedad ni en la preocupación de las gentes. Defiende a los débiles y pequeños, los que no tienen poder para defenderse a sí mismos, los que no son grandes o importantes para nadie. Se acerca a quienes están solos y desvalidos, los que no tienen a nadie.

“vosotros sois mis amigos…”

     Con frecuencia vivimos indiferentes hacia quienes sentimos como extraños y ajenos a nuestro pequeño mundo de intereses. Lo  que le distingue al seguidor de Jesús no es cualquier «amor», sino precisamente ese estilo de amar que consiste en saber acercarse a quien nos pueda necesitar.


«Os doy un mandamiento nuevo.» Como era de esperar que los discípulos, al oír esas palabras y considerarse abandonados, fueran presa de la desesperación, Jesús les consuela proveyéndoles, para su defensa y protección, de la virtud que está en la raíz de todo bien, es decir, la caridad. Es como si dijera: «¿Os entristecéis porque yo me voy? Pues si os amáis los unos a los otros, seréis más fuertes». ¿Y por qué no lo dijo precisamente así? Porque les impartió una enseñanza mucho más útil: «Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois discípulos míos». Con estas palabras da a entender que su grupo elegido no hubiera debido disolverse nunca, tras haber recibido de él este signo distintivo. Él lo hizo nuevo del mismo modo que lo formuló. De hecho, precisó: «Como yo os he amado» [...].  (Juan Crisóstomo)
ADORACIÓN Y EVANGELIZACIÓN


     La singularidad de la adoración eucarística con respecto a todas las otras formas de oración y de devoción, es que por la presencia sacramental de Jesús-Hostia, Dios toma la iniciativa de encontrarse con nosotros. Cristo me precede en la respuesta que el Padre espera.
“La Eucaristía significa: Dios ha respondido. La Eucaristía es Dios como respuesta, como presencia que responde” (J. Ratzinger – Dios está cerca- Palabras y silencio 2003)
     Adoración, la palabra proviene de un vocablo latino cuya etimología está en “ios” (la boca). Comprende una postración que apunta al objeto de veneración y lo besa. Significa inclinarse profundamente en señal de extremo respeto.
     No faltan ejemplos evangélicos al respecto: la hemorroisa que se echa por tierra para tocar el borde del manto de Jesús (Lc 8,44); María Magdalena que se arroja a los pies de Jesús y los abraza. Esta actitud de adoración es bien natural al hombre cuando se encuentra ante algo o alguien que lo sobrepasa.
     La adoración debe expresarse con todo nuestro ser y entonces igualmente comprometer nuestro cuerpo. El hombre ha sido creado para adorar, para inclinarse profundamente ante Aquel que nos hizo y que nos sobrepasa.
     Todas las posibilidades espirituales de nuestro cuerpo forman necesariamente parte de nuestra manera de celebrar la eucaristía y de rezar. La escucha atenta de la Palabra de Dios requiere la posición de sentado o el movimiento de la Resurrección reclama la posición de parados. La grandeza de Dios y de su Nombre se expresan de rodillas. Jesucristo mismo rezaba arrodillado durante las últimas horas de su Pasión en el Huerto de los Olivos (Lc 22,41). Esteban cae de rodillas antes de su martirio, al ver los cielos abiertos y el Cristo de pie (Hch 7,60). Pedro ruega arrodillado pidiendo a Dios la resurrección de Tabita (Hch 9,40). Después de su discurso de despedida ante los ancianos de Éfeso, Pablo reza con ellos de rodillas (Hch 20,36). El himno de Flp 2, 6-11 aplica a Jesús la promesa de Isaías anunciando que toda rodilla se dobla ante el Dios de Israel, ante el nombre de Jesús…
     Nuestro cuerpo manifiesta visiblemente aquello que nuestro corazón cree. La filósofa Simone Veil, de origen judío y no creyente, descubre a Cristo en Asís en 1936 y escribe: “Algo más fuerte que yo me obligó, por primera vez en mi vida, a ponerme de rodillas”.
     El testimonio de los santos es elocuente: Santo Domingo se prosternaba sin cesar, boca abajo y todo a lo largo cuan era, en presencia del Santísimo Sacramento. La actitud exterior traduce la devoción interior. Decía san Pierre-Julien Eymard que el primer movimiento de la adoración consiste justamente en prosternarse a tierra, la frente inclinada. Es una actitud que nos permite proclamar sin palabras la majestad infinita de Dios que se oculta tras el velo de la Eucaristía.
     Para evangelizar el mundo se necesita apóstoles “expertos” en celebración, en adoración y en contemplación de la Eucaristía. (S. Juan Pablo II Mensaje para la Jornada mundial de los Misiones 2004).

+Mons. Dominique Rey, Obispo de Toulon,

Francia, en “Adoración y Evangelización”.

sábado, 23 de abril de 2016

     LA IGLESIA RECONOCE EL MILAGRO DE UNA HOSTIA SANGRANTE EN POLONIA: ES TEJIDO DE CORAZÓN HUMANO

     Zbigniew Kiernikowski, obispo de Legnica (Polonia), ha aprobado oficialmente este 17 de abril que los fieles veneren una hostia sangrante que, según decreta, “tiene las características distintivas de un milagro eucarístico”.
     El milagro sucedió en la Navidad de 2013, cuando una hostia consagrada cayó al suelo en el santuario polaco de San Jacek en Legnica, según reconoce el obispo en su comunicado.
     La hostia fue recogida y colocada en un recipiente con agua ("vasculum") para que se consumiera, como suele hacerse en estos casos. Sin embargo, en la hostia apareció una mancha roja de extraña textura, que parecía tejido humano.
     El entonces obispo de Legnica, 
Stefan Cichy, instituyó una comisión para investigar el hecho y ver qué sucedía con la forma. En febrero de 2014, con permiso de la diócesis, un fragmento de esta hostia con la sustancia roja se colocó en un corporal y se llevó a investigar bajo microscopio a distintos institutos forenses.

Análisis histopatológico

     El comunicado médico final del Departamento de Medicina Forense encontró que “en la imagen histopatológica se encontró que los fragmentos contienen partes fragmentadas del músculo estriado transversal, similar al músculo del corazón”.

     Son estas pruebas las que determinaron que el tejido era de origen humano y que incluso precisaban que era un tejido que había estado sometido a tensión y sufrimiento.
     La nota del obispo resume así las conclusiones de los científicos: "En la imagen histopatológica, se ha descubierto que los fragmentos de tejido contienen partes fragmentadas de músculo estriado transversal. (…) El conjunto (…) se asemeja en gran medida al músculo cardiaco con las alteraciones que aparecen frecuentemente durante la agonía. Los estudios genéticos indican el origen humano del tejido".

Consultando a Doctrina de la Fe en Roma

     Después de la investigación científica, el obispo Kiernikowski pasó el caso en enero de este año a la consideración teológica de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano.

     La Congregación se mostró favorable a exponer la hostia a la veneración pública, en un contexto de explicación de los hechos, y así se le encargó al párroco, Andrzej Ziombrze.

La hostia con el aspecto de tejido corporal humano

        La hostia se expone en una capilla junto a iconos de Juan Pablo II y con un plafón explicativo de la reliquia y su significado. El comunicado del obispo afirma:
      "Pido también información pertinente para quienes acudan y una catequesis sistemática que forme adecuadamente la conciencia de los fieles en el culto eucarístico". "Espero que todo esto sirva para profundizar en el culto de la Eucaristía y tenga un inconfundible impacto en la vida de las personas se acercan a la reliquia. Lo vemos como una maravillosa muestra, una expresión particular de la bondad y el amor de Dios".

 ReL - 19 abril 2016


viernes, 15 de abril de 2016

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 17 DE ABRIL, 4º DE PASCUA (Comentario de + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm-Arzobispo de Oviedo)

«COMO PASTOR BUENO»

Jn. 10.27-30
            En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
       Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Otras Lecturas: Hechos 13,14-43-52; Salmo 99; Apocalipsis 7,9.14b-17       
  

LECTIO:
                Este corto evangelio  nos está invitando a que hagamos un particular y personal examen de conciencia: ¿cuándo y cómo escuchamos la voz del Señor? ¿Cómo seguimos en nuestra vida a Jesús? ¿En qué se nota?
       A continuación el texto muestra lo que el buen Pastor hace por sus ovejas: las conoce a cada una por su nombre. Si Dios sabe su nombre, hará que no mueran para siempre, las conservará a su lado. Esto Jesús lo hace no con su fuerza, sino con la fuerza del  Padre.
       El evangelio de Juan es el evangelio que más resalta la estrecha relación que hay entre el Padre y el Hijo. Aquí está relación está afirmada con toda solemnidad: Yo y el Padre somos uno. Jesús trata a sus ovejas con el amor del Padre. En el cariño de Jesús hacia sus ovejas, hacia todas, vislumbramos y experimentamos cómo es el corazón de Dios.
       Jesús es el buen Pastor que se mezcla con sus ovejas hasta el extremo de dar la vida por ellas. ¿Qué podemos añadir? Quizás una sencilla oración: gracias, Señor, por ser nuestro buen Pastor.
                    
  MEDITATIO:                   
   Contemplando este pasaje del Evangelio, podemos entender el tipo de relación que Jesús tenía con sus discípulos: una relación basada en la ternura, en el amor, en la comprensión mutua y en la promesa de un don incomparable: "yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia". Esta relación es el modelo de las relaciones entre los cristianos y las relaciones humanas. (Papa Francisco).
   Sólo el Resucitado es el verdadero Pastor, que nos da la vida en abundancia. Animo a todos a confiar en el Señor que nos guía. Pero no sólo nos guía, nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos con la mente y el corazón abiertos su Palabra, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio. (Papa Francisco).
  Jesús es el Buen Pastor, las ovejas escuchan su voz y lo siguen... Jesús, un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios: ¡no negociaba nunca las cosas de Dios! Pero las decía de tal forma que el pueblo amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían. (Papa Francisco).
   ¿A mí a quien me gusta seguir? … Que esta pregunta nos haga llegar a la oración y pedir a Dios, al Padre, que nos haga llegar cerca de Jesús para seguir a Jesús, para asombrarnos de lo que Jesús nos dice. (Papa Francisco).
    Los sacerdotes necesitan de nuestra oración y de nuestro apoyo, para que el Señor les dé a todos el don de la santidad y de la perseverancia en su vocación. Este domingo se celebra el Día Mundial de Oración por las Vocaciones. …"toda vocación requiere un éxodo de sí mismos para centrar nuestras vidas en Cristo y en su Evangelio". La llamada a seguir a Jesús es a la vez emocionante y desafiante. Para que se realice es necesario siempre entrar en una profunda amistad con el Señor para vivir de Él y para Él. (Papa Francisco).   
                                                   
ORATIO:
     Señor Jesús, «pastor bello», venido a guiarnos a los pastos de la vida, haz que se nos conceda entrever, aunque sólo sea un instante, el fulgor de tu belleza, para que arrebatados por ella te sigamos con ardor, sin que nunca más nada ni nadie nos lisonjee o nos seduzca. 

Jesús, Buen Pastor,
queremos seguir tus pasos,
danos tu Espíritu,
para aprender a vivir en la misericordia.

     Que todo hermano nuestro sea pura transparencia de tu rostro, hasta que, después de haberte amado y servido en cada uno de ellos, gustemos la alegría de contemplarte eternamente en la luz sin ocaso de los pastos eternos.

CONTEMPLATIO:
“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen…”

     Jesús es muy claro. Jesús no fuerza a nadie. Él solamente llama. La decisión de seguirle depende de cada uno de nosotros. Solo si le escuchamos y le seguimos, establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna.

“…y yo les doy la vida eterna”

Nada hay tan decisivo para ser cristiano como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús.

…  Oh Señor, aliméntanos con los pastos de tu justicia. Oh Maestro, apacienta a tus ovejas en tu santo monte: la Iglesia, que está en lo alto, más alto que las nubes, [...] Así demuestra que es el único buen pastor. Es generoso y magnífico aquel que llega hasta el punto de entregar su vida por nosotros. Está verdaderamente al servicio de los hombres y lleno de bondad aquel que, pudiendo ser Señor del hombre, quiso ser su hermano. Bueno hasta el punto de morir por nosotros   (Clemente de Alejandría)