“Empeñémonos en
darnos a los demás este verano y encontraremos nuestro descanso”
Nuestro auténtico descanso es el
Señor, estar con Él y evangelizar. La fe, que ha de impregnarlo todo, también
se manifiesta en el descanso. Si la fe no me hace vivir un ocio especial sino
que en todo me guío por los criterios comunes, algo falta.
Para los cristianos el verano es
un tiempo fabuloso, una ruptura momentánea con la rutina que nos permite tomar
la distancia adecuada para poder leer y descifrar con los ojos de Cristo esos
escenarios cotidianos en los que se representa nuestra vida. Para poder
disfrutar por tanto con el descanso de verdad es imprescindible reservar un
tiempo especial a la oración con una buena lectura, a la adoración, a estar con
Dios y su Palabra.
El verano para un cristiano también es tiempo de
evangelización. Empeñémonos en darnos a los demás este verano y
encontraremos nuestro descanso. Evangelicemos y el Señor sacudirá de nosotros
la fatiga de nuestra vida transformándola en ilusión y servicio. Hagamos la
prueba. Dios no defrauda. Que nuestros encuentros, relaciones, vivencias, se
vean impregnadas por el perfume de Cristo. Habitaremos y transformaremos
nuestro ambiente de ocio en vez de que él nos transforme a nosotros vaciándonos
y dejándonos más cansados de como empezamos. Con Cristo no hay stress post vacacional porque nuestro
descanso se convierte en el tiempo para redescubrir el sentido precioso y lleno
de valor de nuestra vida. Disfrutad del verano, que es un regalo de Dios. Que
la Virgen sea la Estrella de nuestro apostolado.
Rafael Zornoza
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