TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 25 de agosto de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 26 DE AGOSTO, 21º DEL TIEMPO ORDINARIO

Palabras de vida eterna

 
Juan 6.60-69     En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes?
   El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».
Otras lecturas: Josué 24.1-2, 15-18; Salmo 34.2-3, 16-23; Efesios 5.21-32 

LECTIO:
   Seguimos contemplando el importante tema de Jesús como ‘pan de vida’. Muchos de sus seguidores ya habían llegado al punto crítico: encontraron que era imposible aceptar su doctrina, y se marcharon.
   A Jesús no le pilló por sorpresa la defección en masa. Sigue dominando la situación: sabía desde el comienzo quiénes iban a abandonarle. Repite lo que había dicho en Juan 6.44: el Padre tiene que intervenir en nuestra relación con Jesús.
   Jesús plantea a los doce discípulos la disyuntiva: quedaos conmigo y creed, o marchaos. Se quedan. Vale la pena repetir frecuentemente la respuesta de Pedro. Sus dos breves frases resumen su fe. Pero no nos revelan cómo afrontó Pedro sus propias dificultades internas para optar por Jesús.
   Pedro debió de decidir ser discípulo de Jesús a pesar de todo. Desde ahora, nada le hará echarse atrás. Jesús pone de manifiesto que no podemos seguirle por nuestras propias fuerzas: el Espíritu Santo es esencial (versículo 63). Ser discípulo de Jesús o intentar serlo es algo más que una mera decisión humana.
   Es el Padre quien nos ‘conduce’ y ‘hace posible’ que sigamos a Jesús. El Espíritu Santo revela a Jesús, nos ayuda a entender la Palabra de Dios y nos da la capacidad de poder vivir la vida cristiana. Mediante la fe en Jesús, el Hijo, recibimos el perdón y la vida eterna. Si descartamos uno solo de estos factores, jamás podremos mantener el rumbo: los tres, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son esenciales.

MEDITATIO:
¿Qué elemento de la doctrina de Jesús encuentras difícil de aceptar o llevar a la práctica?
¿Has sentido alguna vez la tentación de dejar de ser cristiano y abandonar? ¿Qué te lo impidió? ¿Ha estado alguna vez en tus labios la respuesta de Pedro?
Piensa en la labor de la Trinidad para atraerte a la fe y mantenerte firme en ella.  ¿Cuál es tu respuesta?

ORATIO:
   Al volver al Salmo 34, se nos recuerda una vez más que bendigamos al Señor en todo momento. Recordando la fidelidad de Dios en el pasado y su especial interés por nosotros cuando estamos desanimados (verso 18), nos sentimos más atraídos hacia Dios.
   Esta semana, con espíritu de oración, elabora una lista con las ‘bondades’ de Dios que has experimentado personalmente y compárala con otra lista con las cosas difíciles o desconcertantes de tu vida de fe. Úsalas para dar gracias por todo lo que tienes en Dios, y pídele su ayuda en todas tus luchas.

CONTEMPLATIO:
    Esta semana la atención se centra en el amor y la entrega. En Josué 24.1-2, 15-18 a los israelitas se les pide que tomen una decisión: servir al Señor o seguir a otros dioses. Recordando su liberación de la esclavitud en Egipto, renuevan su compromiso de servir a Dios.
En Efesios 5, Pablo desvela un misterio. Compara la relación existente entre Jesús y la Iglesia con un matrimonio. El amor y la entrega son el fundamento de ambas realidades.


LA VOZ DE LA IGLESIA QUE RESUENA DULCEMENTE


     Es un hecho demostrado que los salmos, compuestos por inspiración divina, cuya colección forma parte de las sagradas Escrituras, ya desde los orígenes de la Iglesia sirvieron admirablemente para fomentar la piedad de los fieles, que ofrecían continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre, y que además, por una costumbre heredada del antiguo Testamento, alcanzaron un lugar importante en la sagrada liturgia y en el Oficio divino. De ahí nació lo que san Basilio llama «la voz de la Iglesia», y la salmodia, calificada por nuestro antecesor Urbano VIII como «hija de la himnodia que se canta asiduamente ante el trono de Dios y del Cordero», y que, según el dicho de san Atanasio, enseña, sobre todo a las personas dedicadas al culto divino, «cómo hay que alabar a Dios y cuáles son las palabras más adecuadas» para ensalzarlo. Con relación a este tema, dice bellamente san Agustín: «Para que el hombre alabara dignamente a Dios, Dios se alabó a sí mismo; y, porque se dignó alabarse, por esto el hombre halló el modo de alabarlo».

     Los salmos tienen, además, una eficacia especial para suscitar en las almas el deseo de todas las virtudes. En efecto, «si bien es verdad que toda Escritura, tanto del antiguo como del nuevo Testamento, inspirada por Dios es útil para enseñar, según está escrito, sin embargo, el libro de los salmos, como el paraíso en el que se hallan (los frutos) de todos los demás (libros sagrados), prorrumpe en cánticos y, al salmodiar, pone de manifiesto sus propios frutos junto con aquellos otros». Estas palabras son también de san Atanasio, quien añade asimismo: «A mi modo de ver, los salmos vienen a ser como un espejo, en el que quienes salmodian se contemplan a sí mismos y sus diversos sentimientos, y con esta sensación los recitan». San Agustín dice en el libro de sus Confesiones: «¡Cuánto lloré con tus himnos y cánticos, conmovido intensamente por las voces de tu Iglesia que resonaba dulcemente! A medida que aquellas voces se infiltraban en mis oídos, la verdad se iba haciendo más clara en mi interior y me sentía inflamado en sentimientos de piedad, y corrían las lágrimas, que me hacían mucho bien».

     En efecto, ¿quién dejará de conmoverse ante aquellas frecuentes expresiones de los salmos en las que se ensalza de un modo tan elevado la inmensa majestad de Dios, su omnipotencia, su inefable justicia, su bondad o clemencia y todos sus demás infinitos atributos, dignos de alabanza? ¿En quién no encontrarán eco aquellos sentimientos de acción de gracias por los beneficios recibidos de Dios, o aquellas humildes y confiadas súplicas por los que se espera recibir, o aquellos lamentos del alma que llora sus pecados? ¿Quién no se sentirá inflamado de amor al descubrir la imagen esbozada de Cristo redentor, de quien san Agustín «oía la voz en todos los salmos, ora salmodiando, ora gimiendo, ora alegre por la esperanza, ora suspirando por la realidad»?
San Pío X, Constitución apostólica «Divino Afflatu»

sábado, 18 de agosto de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 19 DE AGOSTO, 20º DEL TIEMPO ORDINARIO

Verdadera comida

Juan 6.51-     En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo». Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo:
«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
     El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Otras lecturas: Proverbios 9.1-6; Salmo 34.2-3, 10-15; Efesios 5.15-20

LECTIO:
     Jesús sigue con su enseñanza sobre el ‘pan de vida’. Sus oyentes están indignados. Sólo escuchan la literalidad de las palabras, sin captar su profundidad espiritual. Sencillamente, no pueden aceptar la idea.
     En cierta forma, se trata de una imagen para ayudarnos a entender: comer su cuerpo indica que queremos aceptar y asimilar a Jesús y su mensaje de salvación. Jesús habla de la profunda relación que crecerá en el interior de sus discípulos si aceptan sus palabras y comen su cuerpo. Su relación se parecerá a la que hay entre Jesús, el Hijo, y el Padre que le envió al mundo.
     Este es el misterio de la vida cristiana: no es cuestión de una vida moral buena, sino que la gracia y las relaciones son esenciales. Hay que vivir la vida en una comunión cada vez más profunda con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De este modo reflejamos la vida de la Trinidad. Hemos de compartir su carácter y sus prioridades viviendo en una comunicación constante con ellos y, mediante la gracia, escuchando algo de su propia comunicación.

MEDITATIO:
¿Participas en lo que la Iglesia llama ‘Eucaristía o Santa Cena’? ¿De qué modo influye en tu propia vida? ¿Vives el compromiso cristiano que implica participar de la Comunión? Prueba a leer 1 Corintios 15.35-42.
Considera qué significa que Jesús vive en ti y tú en Cristo. ¿De qué modo influye esto en tus pensamientos y en tu comportamiento?

ORATIO:
     Volvemos al Salmo 34. Continúa la alabanza, pero esta semana se centra en el hecho de dar gloria a Dios. El salmista compara a aquellos que buscan los bienes materiales y una vida larga con los que buscan honrar a Dios. Usa estas palabras como punto de partida para tus propias palabras de alabanza a Dios. Cuando llegues a los versos que hablan de honrar a Dios, tómate tu tiempo y escucha lo que Dios quiera decirte sobre esto y sobre tu propio estilo de vida.

CONTEMPLATIO:
     El hilo conductor de la liturgia de este día es la sabiduría: aprender a ver las cosas de la misma manera que Dios. Los versos de Proverbios 9.1-6 presentan a la sabiduría como una persona que nos invita a comer y beber lo que ha preparado.
     Efesios 5.15-20 continúa con el tema de la sensatez y nos proporciona consejos muy prácticos. Necesitamos llenarnos del Espíritu Santo para descubrir lo que Dios quiere que hagamos.



El Papa lamenta que haya una menor adoración al Santísimo Sacramento

     Una "interpretación unilateral" del Concilio Vaticano II ha penalizado la adoración del Santísimo Sacramento, según subrayó el papa Benedicto XVI al dirigirse a los fieles en la procesión eucarística que recorrió la vía Merulana hasta la basílica de Santa María la Mayor

     Esta dimensión, ha restringido en la práctica la Eucaristía "al momento celebrativo". "En efecto, ha sido muy importante reconocer la centralidad de la celebración, en la que el Señor convoca a su pueblo, lo reúne en torno a la doble mesa de la Palabra y del Pan de Vida, lo nutre y lo une a Sí en la ofrenda del Sacrificio", decía.
     "Esta valorización de la asamblea litúrgica, en la que el Señor actúa y realiza su misterio de comunión, sigue siendo naturalmente válida, pero debe resituarse en el justo equilibrio", proseguía el Romano Pontífice.

     El Santo Padre les recomienda tener un director espiritual "En efecto -como a menudo sucede para subrayar un aspecto se acaba por sacrificar otro. En este caso, la acentuación sobre la celebración de la Eucaristía ha ido en detrimento de la adoración, como acto de fe y de oración dirigido al Señor Jesús, realmente presente en el Sacramento del altar".
"Este desequilibrio ha tenido repercusiones también sobre la vida espiritual de los fieles. Así, concentrando toda la relación con Jesús Eucaristía en el único momento de la Santa Misa, se corre el riesgo de vaciar de su presencia el resto del tiempo y del espacio existencial. Y de este modo se percibe menos el sentido de la presencia constante de Jesús en medio de nosotros y con nosotros, una presencia concreta, cercana, entre nuestras casas, como Corazón latiente de la ciudad, del país, del territorio con sus diversas expresiones y actividades".

     Añadía el papa Benedicto XVI diciendo que "el Sacramento de la Caridad de Cristo debe permear toda la vida cotidiana". (7-VI).



Un mártir cada cinco minutos;  los últimos datos de la persecución de los cristianos en el mundo.


     El sociólogo Massimo Introvigne, representante de la OSCE para la lucha contra la intolerancia y la discriminación contra los cristianos, afirma que, «cada cinco minutos, un cristiano muere asesinado por su fe». Presentó estos datos por primera vez a la comunidad internacional a inicios de junio, al intervenir en la Conferencia sobre diálogo interreligioso entre cristianos, judíos y musulmanes, que se celebró en Budapest, organizada por la entonces Presidencia húngara de la UE.       A esa denuncia, según la cual cada año son asesinados por su fe 105 mil cristianos en el mundo, le siguió una oleada de críticas e incluso comentarios irónicos, en particular por parte de la Unión de ateos y Agnósticos Racionalistas, una asociación de origen italiano, por considerar que esos números son una exageración.                                              Como respuesta a estas reacciones, en ocasiones mordaces, Introvigne reconoce: «De estas posiciones podemos sacar una lección: se infravalora hasta tal punto el problema de los cristianos perseguidos que, cuando se citan las cifras, parecen a primera vista increíbles». Es verdad, por ejemplo, que en las últimas semanas los medios han recogido los sangrientos ataques contra cristianos de Nigeria a manos de la secta fundamentalista islámica Boko Haram. Algunos medios occidentales -pocos- informan sobre las condenas a muerte por apostasía o blasfemia en Irán o Pakistán, o los ataques contra iglesias en Indonesia. Pero, otras muchas situaciones endémicas de persecución, quizá precisamente por ser endémicas, pasan desapercibidas, como es el caso de naciones de Oriente Medio, o de China, Vietnam o la India.


Las estadísticas de los mártires


     ¿De dónde surge, por tanto, el cálculo citado por el representante de la OSCE? Introvigne se basa, ante todo, en los trabajos del primer centro mundial de estadística religiosa, el estadounidense Center for Study of Global Christianity, que dirige David B. Barrett, fallecido en agosto pasado, que publicó periódicamente la famosa World Christian Encyclopedia y el Atlas of Global Christianity. Los estudios de Barrett son los más citados en la materia por el mundo académico.En 2001, Barret y su colaborador, Todd M. Johnson, comenzaron a recoger, además, estadísticas sobre los mártires cristianos. En su obra World Christian Trends AD 30-AD 2200, trataron de calcular el número total de mártires cristianos -así como de las otras religiones— en los dos primeros milenios del cristianismo, hasta el año 2000. Como base para su trabajo, escogieron esta definición de mártires cristianos: «Creyentes en Cristo que han perdido la vida prematuramente, en la situación de testigos, como resultado de la hostilidad humana».   Explicaron que perder la propia vida en la situación de testigos no implica juicio alguno sobre la santidad personal del mártir, sino que significa sencillamente que ha sido asesinado por ser cristiano, no como víctima de una guerra o de un genocidio de motivaciones políticas o étnicas, no religiosas.                                                 .
     El volumen de 2001 revelaba que estos mártires cristianos, en los primeros dos milenios, habían sido unos 70 millones, de los cuales, 45 millones perdieron la vida en el siglo XX. Las discusiones que surgieron en estos diez años, tras la publicación del libro, han servido para confirmar el carácter riguroso del estudio. Desde entonces, Barrett y Johnson actualizaron todos los años sus cálculos, sin modificar los criterios ni la definición. En la primera década del siglo XXI, el número de los mártires cristianos fue creciendo hasta alcanzar a mediados de siglo la alarmante cifra de 160 mil nuevos mártires al año.                                                                .
     En 2010, como explicaron en el artículo Cristianismo 2011: mártires y resurgimiento de la religión, publicado, en enero de 2011, en la revista International Bulletin of Missionary Research, el número de mártires disminuyó respecto a la mitad del decenio precedente, en particular porque «la persecución de los cristianos en el Sur de Sudán se mitigó tras los acuerdos de paz de 2005». Sin embargo, permanecían o se hicieron más agudos otros focos de martirio, en particular en la República Democrática del Congo y en Corea del Norte. A causa de estos factores, Barrett y Johnson calcularon que, en el año 2011, morirían unos 100 mil mártires.                    
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     El representante de la OSCE ha comparado estos estudios con los resultados del libro The Price of Freedom Denied, de los sociólogos estadounidenses Brian J. Grim y Roger Finke, quienes aplican la teoría sociológica de la economía religiosa a las persecuciones religiosas y sus consecuencias sociales. Según Grim y Finke, el número de los mártires cristianos podría ser superior, entre 130 y 170 mil al año.                                       .  


Esconder los números para esconder la matanza


     Massimo Introvigne, en el estudio que citó en la Conferencia de Budapest, ofreció las cifras más prudentes de Barret y Johnson, unos 105 mil mártires en 2011, número muy inferior al propuesto por Grim y Finke. Esto significa que, al día, mueren por su fe entre 287 y 288 cristianos, doce por hora, es decir, uno cada cinco minutos.
     El representante de la OSCE aclara: «Si no se gritan al mundo estas cifras de las persecuciones de los cristianos, si no se detiene la matanza, si no se reconoce que la persecución de los cristianos es la primera emergencia mundial en materia de violencia y discriminación religiosa, el diálogo entre las religiones y las culturas sólo producirá hermosos congresos, sin resultados. Quien esconde los números quizá, simplemente, busca no hacer nada para detener la matanza».

4 febrero 2012—Jesús Colina/ Alfa y Omega.
Los católicos perseguidos necesitan tu ayuda
Ayuda a la Iglesia Necesitada

miércoles, 15 de agosto de 2012

LA VIRGEN MARÍA FUE ASUNTA AL CIELO, EN CUERPO Y ALMA


Assumpta est Maria in Caelum
…y se extendió por toda la Tierra, como un perfume, la Devoción a Nuestra Señora, que era una quintaesencia de su presencia en la Tierra…
     El dogma de la Asunción de Nuestra Señora fue ardientemente deseado por las almas católicas del mundo entero, porque es una afirmación más a respecto de la Madre de Dios que la coloca completamente fuera de paralelo con cualquier otra mera criatura y justifica el culto de hiperdulía que la Iglesia le tributa.
     Nuestra Señora tuvo una muerte suavísima, tan suave que es calificada por los autores, con una propiedad de lenguaje muy bonita, la “Dormición de la Bienaventurada Virgen María” (Dormitio Beatae Mariae Virgine), indicando que Ella tuvo una muerte tan suave, tan próxima de la resurrección, que a pesar de constituir verdadera muerte, entretanto es más parecida con un simple sueño. Nuestra Señora después de la muerte resucitó como Nuestro Señor Jesucristo, fue llamada a la vida por Dios y subió a los Cielos en presencia de todos los Apóstoles allí reunidos, y de muchos fieles.
     Esa Asunción representa para la Virgen santísima una verdadera glorificación a los ojos de los hombres y de toda la humanidad hasta el fin del mundo, bien como anticipación de la glorificación que Ella debería recibir en el Cielo.
     La Iglesia Triunfante entera va a recibirla con todos los coros de ángeles; Nuestro Señor Jesucristo la acoge; San José asiste a la escena; después Ella es coronada por la Santísima Trinidad. Es la glorificación de Nuestra Señora a los ojos de toda la Iglesia triunfante y a los ojos de toda la Iglesia militante.
     Con certeza en ese día, la Iglesia purgante también recibió una efusión de gracias extraordinarias. Y no es temerario pensar que casi todas las almas que estaban en el Purgatorio fueron entonces liberadas por Nuestra Señora en ese día, de manera que allí hubo igualmente una alegría enorme. Así podemos imaginar como fue la gloria de nuestra Reina.
     Algo de eso se repetirá – creo – cuando fuere instaurado el Reino de María, cuando viéremos el mundo todo transformado y la gloria de Nuestra Señora brillar sobre la Tierra.
(Profesor Plinio Corrêa de Oliveira el 14 de Agosto de 1965)

LA DEFINICIÓN DOGMATICA
   Asunción significa que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo por el poder de Dios, a diferencia de la Ascensión del Señor que lo hizo por su propio poder.

   El Papa Pío XII, en la Bula Munificentissimus Deus, del 1 de noviembre de 1950, proclamó solemnemente el dogma de la Asunción de María con estas palabras:    
 
   "Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste" (Dz. 2333).

FUNDAMENTOS O RAZONES DE ESTE
 DOGMA


   La definición pontificia sobre la Asunción de María estuvo precedida, desde muchos siglos atrás, de múltiples razones teológicas y testimonios que llevaron (en su momento) a la feliz proclamación de este dogma mariano. Las principales razones fueron las siguientes:

-La creencia universal de la Iglesia.                                            . 
        Desde los primeros siglos hasta nuestros días, la unanimidad de la fe del pueblo cristiano, quedó de manifiesto con la respuesta unánime y afirmativa de todos los obispos del mundo (que a su vez representaba al pueblo fiel de todo el orbe), a la consulta que sobre la definibilidad de la Asunción de María hiciera el Papa Pío XII en el año de 1949.                                                                
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-El testimonio de los Santos Padres.                        .
                                          
     La Tradición de la Iglesia, expresada en sus Padres y Doctores, pone de manifiesto su intuición y su fe en esta verdad, la cual se refleja ejemplarmente en los autores que enseguida se citan.

   San Juan Damasceno, en el siglo VII, escribe: "convenía que aquella que en el parto había conservado íntegra su virginidad, conservase sin ninguna corrupción su cuerpo después de la muerte; convenía que Aquella que había llevado en su seno al Creador, hecho niño, habitara en la morada celeste; convenía que la Esposa de Dios entrara en la casa celestial; convenía que Aquella que había visto a su Hijo en la Cruz, recibiendo así en su corazón el dolor de que había estado libre en el parto, lo contemplase sentado a la diestra del Padre; convenía que la Madre de Dios poseyera lo que corresponde a su Hijo y que fuera honrada como Madre y esclava de Dios por todas las criaturas”·.                                   
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   San Germán de Constantinopla, del siglo VII: "Así como un hijo busca y desea estar con la propia madre, y la madre ansía vivir con el hijo, así fue justo también que Tú, que amabas con un corazón materno a tu Hijo y Dios, volvieses a Él. Y fue también muy conveniente que Dios, que te amaba como Madre suya, te hiciere partícipe de la comunidad de vida con Él mismo. De esta forma, Tú, habiendo sufrido la pérdida de la vida, propia de las cosas caducas, has emigrado a las moradas que durarán por los siglos, allí donde mora Dios, junto al que Tú vives, oh Madre de Dios, sin separarte de su compañía".                                          
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   Recogiendo la doctrina de sus predecesores, Juan Duns Scoto, en el siglo XIV, podía afirmar: "Convenía, Dios podía hacerlo, luego lo hizo".

 -Los grandes privilegios marianos.                        .
     El fundamento del dogma de la Asunción de María se desprende y es consecuencia de los anteriores dogmas marianos. En efecto, si por la plena asociación de María a la persona y a la obra de su Hijo se debió su redención anticipada; por esa misma razón, convenía también su glorificación anticipada, su asunción corporal, como veremos enseguida:                           
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a) Por su Inmaculada Concepción.- 
     Puesto que María (por su Inmaculada Concepción) estuvo exenta de todo pecado, no quedaba sujeta a la ley de padecer la corrupción del sepulcro (castigo del pecado) ni, por consiguiente, tampoco tenía necesidad de esperar la redención de su cuerpo hasta el fin del mundo.

b) Por su divina Maternidad.-
    Si Adán y Eva introdujeron en el mundo la muerte del alma, que es el pecado y, con él también la muerte del cuerpo, que es la corrupción; Cristo, por el contrario, introduce la vida del alma (que es la gracia), y la inmortalidad del cuerpo por medio de la resurrección. Por estas dos consideraciones, María que es Madre de Cristo y Madre de los hombres, es lógico que  la que es causa de vida y antídoto contra la muerte, Ella, no permanezca en el sepulcro presa de la misma muerte   Así pues, dado que nuestro Redentor es Hijo de María, su glorificación anticipada parece ser exigida: Cristo que pudiendo dar a su Madre tanto honor y tanta gloria,necesariamente lo hizo.

c) Por su perpetua virginidad.-
   Finalmente la virginidad perpetua de María, nos conduce a la conveniencia de su incorruptibilidad. Cuando pensamos en el cuerpo santísimo de María, tan divinamente poseído de Dios, no se concibe que sea presa de la corrupción; por ello puede afirmarse que su misma virginidad exige los esplendores de la glorificación corporal.


CONSECUENCIAS PARA LA FE Y LA PIEDAD
 
   a) La Asunción de la Virgen es un argumento prueba de que todos los hombres, de los que Ella es Madre, estaremos también en el Cielo con nuestro cuerpo glorificado: si aprendemos a gastar la vida en el cumplimiento de la voluntad de Dios como lo hizo Santa María.
   b) María es nuestra esperanza, pues en Ella se ha dado con plenitud lo que todo hombre está llamado a ser al final de los tiempos. María es nuestro consuelo, ya que podemos dirigirnos a Aquella que antes de nosotros recorrió este valle de lágrimas y ahora fija sus ojos en la luz eterna. María es nuestro refugio porque con su ternura nos devuelve la paz y, por su poderosa intercesión nos sabemos amparados. Glorificada anticipadamente, vive en el cielo con una solicitud maternal y amorosa por todos sus hijos.