TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 19 de noviembre de 2022

PARA EL DIÁLOGO Y LA MEDITACIÓN


NOVIEMBRE :  AUDIENCIA PRIVADA CON EL REY

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

    Soberano Señor Sacramentado… 

   Los adoradores sabemos que nuestro turno, nuestra vigilia es siempre una audiencia privada con el Rey. El Rey de Reyes, cuya fiesta siempre cae en noviembre. Y que tiene una especial importancia para nosotros.  Creemos que Cristo es el Señor del cosmos y de la historia. Por derecho de naturaleza (Él es Dios) y por derecho de conquista (Él nos ha salvado). En Él, la historia de la humanidad e incluso toda la Creación encuentran su recapitulación su cumplimiento transcendente. 

  Cristo es Rey, y su reino ha comenzado ya en la Iglesia…"La Iglesia, o el reino de Cristo presente ya en misterio, constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra". Aunque aún no está acabado. Es rey de hecho, pero no reina aún de hecho en tantas parcelas de la vida humana, de las sociedades… 

     El Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado "con gran poder y gloria" con el advenimiento del Rey a la tierra.  Por eso la Iglesia pide, y nosotros hoy: ¡Ven Señor Jesús!  

     Hasta que todo le haya sido sometido y "mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa.  La sagrada Escritura llama "cielos nuevos y tierra nueva" a esta renovación misteriosa que trasformará la humanidad y el mundo. Ésta será la realización definitiva del designio de Dios de "hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra".  Hemos de tener la seguridad de que esta Soberanía de Cristo pasa por su reino eucarístico, por su amor en el Sacramento: 

  -“No se debe pasar en silencio que, para confirmar solemnemente esta soberanía de Cristo sobre la sociedad humana, sirvieron de maravillosa manera los frecuentísimos Congresos eucarísticos que suelen celebrarse en nuestros tiempos, y cuyo fin es convocar a los fieles de cada una de las diócesis, regiones, naciones y aun del mundo todo, para venerar y adorar a Cristo Rey, escondido bajo los velos eucarísticos; y por medio de discursos en las asambleas y en los templos, de la adoración, en común, del augusto Sacramento públicamente expuesto y de solemnísimas procesiones, proclamar a Cristo como Rey que nos ha sido dado por el cielo. Bien y con razón podría decirse que el pueblo cristiano, movido como por una inspiración divina, sacando del silencio y como escondrijo de los templos a aquel mismo Jesús a quien los impíos, cuando vino al mundo, no quisieron recibir, y llevándole como a un triunfador por las vías públicas, quiere restablecerlo en todos sus reales derechos”. - (Quas Primas, Pío XI) 

     La Escritura nos proclama con fuerza esta verdadCristo es Rey, pero de un modo sobrenatural, Rey sobre cielos y tierra, de individuos y sociedades, pero Rey desde la Cruz, desde la Eucaristía. Jesús es Rey de Amor. 

    Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: « ¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le respondió: « ¿ Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?». Pilato explicó: « ¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho»? Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí».  

   ¡Qué gran privilegio! Nosotros somos-estamos a su servicio no con la fuerza, sino con la oración. Ciertamente éste es un reinado peculiar, pero no menos poderoso. Cristo es Rey y nosotros somos su ejército, sus soldados… testigos de la Verdad: 

     Pilato le dijo: «¿Entonces tú eres rey». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz». 

   Muchos otros se burlan hoy de la realeza de Jesús, lo arrinconan cada vez más en plazas, escuelas, hospitales… Lo ofenden con leyes que van contra su Ley. Le coronan de espinas, le dicen “No queremos que reines sobre nosotros”. Pilato mandó entonces azotar a Jesús. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: «¡Salud, rey de los judíos!», y lo abofeteaban.  

    Y sin embargo la verdad de su realeza se impone. Ante cobardes y enemigos, ante nuestras defecciones y traiciones: 

  Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey». Ellos vociferaban: « ¡Que muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César». Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran. Pilato redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El rey de los judíos", sino: " Éste ha dicho: Yo soy el rey de los judíos"». Pilato respondió: «Lo escrito, escrito está». 

     Los santos nos animan, especialmente nuestro fundador, el fundador de la ANE, don Luis de Trelles, santo varón que tuvo muy metido en el corazón este orar por el pronto advenimiento del Reino de Cristo, especialmente en nuestra patria: - “En el Tabernáculo, nuestro Gran Rey llama a Sí a los humildes que trabajan y están cargados, para confortarlos y convalecemos. Pero por lo que a nosotros toca, importa meditar acerca de nuestra humilde y noble misión, por más que de ella seamos muy indignos. Disfrutamos la dicha de asistirle y de rendirle solos homenaje cuando otros reposan, puesto que "el Señor parece que duerme, pero su corazón vela"…  “Qué consuelo para este puñado de indignos servidores del Dios escondido, si consiguiésemos ser escuchados, utilizando la vigilia en implorar por la Iglesia Santa y su visible Cabeza el Papa; por España, por el purgatorio entero, por el mundo pecador, por nuestros parientes, amigos y enemigos, por los moribundos, incrédulos y por aquéllos que Dios quiere que pidamos; por nuestra verdadera conversión que debe ser la primera de nuestras peticiones, porque la Ley de Dios y de perfección es la verdadera meta de este pequeño grupo de adoradores nocturnos del Gran Rey de los siglos, al que nos gloriamos de pertenecer.” 

Preguntas para el diálogo y la meditación.

¿Cristo reina sobre mi vida, mi familia, mi ciudad?

¿Cuáles han sido los últimos ataques al Reinado de Cristo en nuestra patria?

¿Confío en que mi oración es poderosa para cambiar esto? 

 

domingo, 13 de noviembre de 2022

CONVOCATORIA MENSUAL

 

NOVIEMBRE 2022

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5, 7).


     En el Evangelio de Mateo, el discurso de la montaña va tras el inicio de la vida pública de Jesús. La montaña se considera el símbolo de un nuevo monte Sinaí, en el que Cristo ofrece su «ley» como nuevo Moisés. El capítulo anterior habla de grandes masas que comenzaron a seguir a Jesús y a las cuales Él dirigía sus enseñanzas. En cambio, este discurso lo dirige Jesús a sus discípulos, a la comunidad naciente, a los que más tarde serían llamados cristianos. Jesús presenta el «reino de los cielos», núcleo central de su predicación (cf. Mt 4,23; 5, 19-20); y, dentro de este, las bienaventuranzas representan su manifiesto programático, el mensaje de la salvación, una «síntesis de toda la Buena Nueva, que es la revelación del amor salvífico de Dios»[1].

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»

     ¿Qué es la misericordia? ¿Quiénes son los misericordiosos? La frase comienza por la palabra «bienaventurado/s»[2], que significa feliz, afortunado, y adquiere también el sentido de ser bendecido por Dios. En el texto, entre las nueve bienaventuranzas, esta se encuentra en el lugar central. Las bienaventuranzas no pretenden representar comportamientos que son objeto de premio, sino auténticas oportunidades para ser un poco más parecidos a Dios. En particular, los misericordiosos son aquellos que tienen el corazón lleno de amor a Él y a los hermanos, un amor concreto que se inclina hacia los últimos, los olvidados, los pobres, hacia quienes necesitan este amor desinteresado; de hecho Misericordia es uno de los atributos de Dios[3]: Jesús mismo es misericordia.

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»

   Las bienaventuranzas transforman y revolucionan los principios más comunes de nuestro modo de pensar. No son simples palabras de consuelo, sino que tienen el poder de cambiar el corazón, tienen la capacidad de crear una nueva humanidad, hacen eficaz el anuncio de la Palabra. Es necesario vivir la bienaventuranza de la misericordia también con nosotros mismos, reconocernos necesitados de ese amor extraordinario, sobreabundante e inmenso que Dios tiene por cada uno de nosotros.

   La palabra misericordia, rahamim en hebreo, deriva del hebreo rehem, vientre materno, y evoca una misericordia divina sin límites, como la compasión de una madre por su niño. Es «un amor que no mide, abundante, universal, concreto. Un amor que tiende a suscitar la reciprocidad, que es el fin último de la misericordia. […]   Así pues, si hemos sido víctimas de alguna ofensa o de alguna injusticia, perdonemos y se nos perdonará. ¡Seamos los primeros en tener piedad, compasión! Aunque parezca difícil y audaz, preguntémonos ante cada prójimo: ¿cómo se comportaría su madre con él? Es un modo de pensar que nos ayuda a entender y a vivir según lo que Dios quiere»[4].

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»

   «A los dos años de matrimonio, nuestra hija y su marido decidieron separarse. La acogimos de nuevo en nuestra casa, y en los momentos de tensión procurábamos quererla con paciencia, comprensión y perdón en el corazón, mantener una relación de apertura para con ella y su marido, y sobre todo esforzándonos en no juzgar. Al cabo de tres meses de escucha, ayuda discreta y mucha oración, se volvieron a juntar con consciencia, confianza y esperanza renovadas»[5].

    Y es que ser misericordiosos es más que perdonar. Es tener un corazón grande, tener prisa por borrarlo todo, por quemar completamente todo lo que pueda obstaculizar nuestra relación con los demás. La invitación de Jesús a ser misericordiosos consiste en ofrecer un camino para acercarnos de nuevo al designio originario, de modo que podamos transformarnos en aquello para lo que hemos sido creados: para ser a imagen y semejanza de Dios.

Leticia Magri



[1] C. LUBICH, Palabra de vida, noviembre 2000, en Ciudad Nueva n. 370 (11/2000), p. 24.

[2] Cf. C. LUBICH, Palabra de vida, enero 2004: Ciudad Nueva n. 370 (11/2000), pp. 24-25.

[3] En hebreo hesed, es decir, amor desinteresado y acogedor, dispuesto a perdonar.

[4] C. LUBICH, Palabra de vida, noviembre 2000, en o. cit., p. 25.

[5] Experiencia tomada de la web: www.focolare.org.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

 

INDULGENCIAS QUE SE PUEDEN DONAR A LAS ALMAS EL PURGATORIO

     Constitución Apostólica sobre las Indulgencias “Sacrarum Indulgentiarum Recognitio”

 

 

“…La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1032)

“Mediante las Indulgencias, los fieles pueden alcanzar para sí mismos y también para las Almas del Purgatorio la remisión de las penas temporales, consecuencia de los pecados.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1498).

“La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1471)

 

REQUISITOS PREVIOS PARA OBTENER LAS INDULGENCIAS

 

 

  ¡Devoción! Es la palabra clave en todas las Indulgencias… asistir con devoción, orar con devoción, llevar los objetos benditos con devoción y cumplir con la Obra prescrita para ganar la Indulgencia, pero de nada servirán los actos realizados si no tenemos una verdadera devoción. Además, para obtener Indulgencia Plenaria es requisito primordial cumplir las condiciones siguientes en un mismo día.

1. Confesión sacramental. (Recientemente durante la semana, aunque recomendable el mismo día)

2.  Comunión, es necesario participar en la Santa Misa.

3. Oración por las intenciones del Papa, incluyendo Credo, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

4. Obra de Caridad o de Penitencia: dar limosna o visitar a enfermos, ancianos, minusválidos, niños abandonados u otra persona en necesidad; dar ofrendas a instituciones de caridad o a la Iglesia; ayuno, abstinencia de comida, bebida o actividad agradable; o un ofrecimiento que requiera sacrificio.

5. Peregrinación a una de las Iglesias designadas.

  Los enfermos y ancianos imposibilitados de hacer la peregrinación pueden obtener la indulgencia ofreciendo a Dios sus sufrimientos y molestias; y cumpliendo con la Confesión, Comunión y oraciones indicadas frente a un altar en su casa.

  Las cinco condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día rezando a su intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.

 

INDULGENCIAS SÓLO APLICABLES A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

DEL “ENCHIRIDION INDULGENTIARUM” DE S.S. PAULO VI

 

 

DEL 1 AL 8 DE NOVIEMBRE

 

X  Visitas al cementerio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que visiten piadosamente un cementerio (aunque sea mentalmente) y que oren por los difuntos.

 

2 DE NOVIEMBRE – CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS

 

X Visitas a Iglesias u Oratorio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que, el día en que se celebra la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, visiten piadosamente una iglesia u oratorio. Dicha indulgencia podrá ganarse o en el día antes indicado o, con el consentimiento del Ordinario, el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos. En esta piadosa visita, se debe rezar un Padrenuestro y Credo.

Del Enchiridion Indulgentiarum

18- Oficio de difuntos - Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que rece piadosamente Laudes y Vísperas del Oficio de difuntos.

19- Desde lo hondo (De profundis) - Al fiel cristiano que rece devotamente el salmo Desde lo hondo (Sal 129 - 130)) se le concede indulgencia parcial.

46- Señor, dales el descanso (Requiem aeternam) - Señor, dales el descanso eterno, y brille sobre ellos la Y luz eterna. Descansen en paz. Amén. (cf. Ritual de exequias). Indulgencia parcial, aplicable solamente a las almas del purgatorio.