TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

jueves, 31 de octubre de 2013

LECTIO DIVINA PARA EL VIERNES 1 DE NOVIEMBRE, SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

La felicidad verdadera.


Mateo 5:1-12     En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
Otras lecturas: Apocalipsis 7:2-4, 9-14; Salmo 23:1-6; 1 Juan 3:1-3

LECTIO:
     El evangelio de Mateo está organizado en torno a cinco enseñanzas fundamentales en las que Jesús se dirige especialmente a sus discípulos. La primera de ellas se centra en lo que normalmente se conoce como el ‘Sermón de la montaña’ o las ‘Bienaventuranzas’. Las diferencias radicales que existen entre el ‘reino de los cielos’ –el señorío de Jesús y el establecimiento de su poder en este mundo- y el reino terrenal ocupan el centro de este sermón.
     Jesús resume la manera de vivir y las actitudes que proporcionan verdadera felicidad, o bienaventuranza, en nueve afirmaciones. Y son muy distintas de lo que nuestro mundo dice que da la felicidad. En realidad, casi podríamos decir que la felicidad descrita en el sermón es justamente lo opuesto a lo que la gente de este mundo cree que les hace felices. En algunas traducciones se utiliza la palabra ‘bienaventurados’ en lugar de ‘dichosos’. Otra manera de expresar esto sería utilizar ‘satisfechos’, ya que hay una satisfacción, una plenitud, en el hecho de seguir y servir a Dios en vez de limitarnos a satisfacernos a nosotros mismos.
     Esta breve lista de nueve bienaventuranzas resume los valores centrales de la vida según el evangelio. Algunas ya aparecían en el Antiguo Testamento. Pero Jesús entreteje todos los hilos para ofrecernos un magnífico punto de referencia que guíe nuestras vidas. El objetivo es siempre el mismo: nuestra relación con Dios y con los otros. Los santos, tanto los conocidos como los anónimos, aprendieron esto. También nosotros podemos hacerlo.
     Sólo podremos encontrar la verdadera felicidad viviendo las bienaventuranzas.

MEDITATIO:
¿Cuál de las bienaventuranzas es la que más te llama la atención?
¿Y cuál te parece que exige más de ti? Considera de qué manera puedes llevar a la práctica con más intensidad la enseñanza de Jesús.
Fíjate en el Sexto Domingo del Tiempo Ordinario, en el que contemplábamos el relato de este episodio según el evangelio de Lucas. ¿Qué es lo que más te impresiona cuando comparas las dos versiones?

ORATIO:
     Lee varias veces, con calma, las bienaventuranzas. Pídele al Espíritu Santo que te hable. Escribe unas líneas con lo que sientes que Dios te está diciendo sobre las actitudes de las bienaventuranzas. Pídele a Dios que te ayude en aquellos aspectos en los que te sientes especialmente débil.
     Lee el Salmo 23:1-6. A lo largo del día, utiliza esos versos en tu tiempo de oración.

CONTEMPLATIO:
     “Mirad cómo nos ama el Padre, que nos llama hijos de Dios, y lo somos;” 1 Juan 3:1 - Reflexiona sobre la hondura del amor que Dios te tiene según nos revela este versículo. Elabora tu propia respuesta personal a Dios.
EN LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS.

     La Iglesia celebra esta solemnidad en honor de todos los santos, o sea, de todos los fieles que murieron en Cristo y con Él han sido ya glorificados en el cielo. Esta fiesta nos recuerda, pues, los méritos de todos los cristianos, de cualquier lengua, raza, condición y nación, que están ya en la casa del Padre, aunque no hayan sido canonizados ni beatificados; nos invita a pedirles su ayuda e intercesión ante el Señor; y nos estimula a seguir su ejemplo, múltiple y variado, en nuestra vida cristiana. 

APRESURÉMONOS HACIA LOS HERMANOS QUE NOS ESPERAN
de los Sermones de San Bernardo
     ¿De qué sirven a los santos nuestras alabanzas, nuestra glorificación, esta misma solemnidad que celebramos? ¿De qué les sirven los honores terrenos, si reciben del Padre celestial los honores que les había prometido verazmente el Hijo? ¿De qué les sirven nuestros elogios? Los santos no necesitan de nuestros honores, ni les añade nada nuestra devoción. Es que la veneración de su memoria redunda en provecho nuestro, no suyo. Por lo que a mí respecta, confieso que, al pensar en ellos, se enciende mí un fuerte deseo.
     El primer deseo que promueve o aumenta en nosotros el recuerdo de los santos es el de gozar de su compañía, tan deseable, y de llegar a ser conciudadanos y compañeros de los espíritus bienaventurados, de convivir con la asamblea de los patriarcas, con el grupo de los profetas, con el senado de los apóstoles, con el ejército incontable de los mártires, con la asociación de los confesores, con el coro de las vírgenes, para resumir, el de asociarnos y alegrarnos juntos en la comunión de todos los santos. Nos espera la Iglesia de los primogénitos, y nosotros permanecemos indiferentes; desean los santos nuestra compañía, y nosotros no hacemos caso; nos esperan los justos, y nosotros no prestamos atención.
Despertémonos, por fin, hermanos; resucitemos con Cristo, busquemos los bienes de arriba, pongamos nuestro corazón en los bienes del cielo. Deseemos a los que nos desean, apresurémonos hacia los que nos esperan, entremos a su presencia con el deseo de nuestra alma. Hemos de desear no sólo la compañía, sino también la felicidad de que gozan los santos, ambicionando ansiosamente la gloria que poseen aquellos cuya presencia deseamos. Y esta ambición no es mala, ni incluye peligro alguno el anhelo de compartir su gloria.
     El segundo deseo que enciende en nosotros la conmemoración de los santos es que, como a ellos, también a nosotros se nos manifieste Cristo, que es nuestra vida, y que nos manifestemos también nosotros con él, revestidos de gloria. Entretanto, aquel que es nuestra cabeza se nos representa no tal como es, sino tal como se hizo por nosotros, no coronado de gloria, sino rodeado de las espinas de nuestros pecados. Teniendo a aquel que es nuestra cabeza coronado de espinas, nosotros, miembros suyos, debemos avergonzarnos de nuestros refinamientos y de buscar cualquier púrpura que sea de honor y no de irrisión. Llegará un día en que vendrá Cristo, y entonces ya no se anunciará su muerte, para recordarnos que también nosotros estamos muertos y nuestra vida está oculta con él. Se manifestará la cabeza gloriosa y, junto con él, brillarán glorificados sus miembros, cuando transfigurará nuestro pobre cuerpo en un cuerpo glorioso semejante a la cabeza, que es él.
     Deseemos, pues, esta gloria con un afán seguro y total. Mas, para que nos sea permitido esperar esta gloria y aspirar a tan gran felicidad, debemos desear también, en gran manera, la intercesión de los santos, para que ella nos obtenga lo que supera nuestras fuerzas.
Oración:      Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado celebrar en una misma fiesta los méritos de todos los santos, concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


PARROQUIA DE SAN JOSÉ, CÁDIZ-EXTRAMUROS

AVISOS Y CONVOCATORIAS


sábado, 26 de octubre de 2013

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN


«El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término» (Salmo 22).



Orar con la Iglesia

Jesucristo es el pan vivo bajado del cielo e intercede por nosotros ante el Padre, a quien oramos llenos de amor y confianza.
-Por la Iglesia: para que sus miembros demos en todo momento y circunstancia testimonio de su fe y amor.
-Por los ministros de la Iglesia: para que sean colmados de la sabiduría y de la gracia del Espíritu Santo en su servicio a los hombres.
-Por los predicadores y los catequistas: para que no desfallezcan ante las dificultades y permanezcan firmes en el anuncio del Evangelio a toda criatura.
-Por los que ponen en práctica las obras de misericordia: para que el Señor los conforte y dé eficacia a sus esfuerzos.

Oración

 Concédenos, Padre santo, descubrir y valorar cada día más el don de tu Hijo en la Eucaristía, fuente de luz y amor para todo apostolado. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


viernes, 4 de octubre de 2013

ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA
IGLESIA DE SAN JOSÉ
Cádiz  Extramuros




     Como es tradicional, y próximos a la celebración de la festividad de Ntª. Srª. del Rosario Patrona de Cádiz y Madre nuestra, el Consejo Superior Diocesano de la Adoración Nocturna Española convoca Vigilia General extraordinaria; a celebrar en la Iglesia de Santo Domingo el próximo sábado día 5 de Octubre a las 22,30 horas, durante la cual, y a los pies  de Nuestra Srª., tendrá lugar la renovación del compromiso de fidelidad de los adoradores asistentes.

¡ JESÚS SACRAMENTADO NOS ESPERA !