TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 30 de junio de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 1º DE JULIO, 13º DEL TIEMPO ORDINARIO

La Recompensa de la fe


   Marcos 5.21-43   Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y él se quedó en la orilla. Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, que al ver a Jesús se echó a sus pies suplicándole con insistencia:
–Mi hija se está muriendo: ven a poner tus manos sobre ella, para que sane y viva. Jesús fue con él, y mucha gente le acompañaba apretujándose a su alrededor. Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado cuanto tenía sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Esta mujer, al saber lo que se decía de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. Porque pensaba: “Tan sólo con que toque su capa, quedaré sana.” Al momento se detuvo su hemorragia, y sintió en el cuerpo que ya estaba sanada de su enfermedad. Jesús, dándose cuenta de que había salido de él poder para sanar, se volvió a mirar a la gente y preguntó:
–¿Quién me ha tocado?
Sus discípulos le dijeron:
–Ves que la gente te oprime por todas partes y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había sucedido, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad. Jesús le dijo:
–Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y libre ya de tu enfermedad.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga a decirle al padre de la niña:
–Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?
   Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, dijo al jefe de la sinagoga:
No tengas miedo. Cree solamente.
Y sin dejar que nadie le acompañara, aparte de Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, se dirigió a casa del jefe de la sinagoga. Allí, al ver el alboroto y la gente que lloraba y gritaba, entró y les dijo:
–¿Por qué alborotáis y lloráis de esa manera? La niña no está muerta, sino dormida.
   La gente se burlaba de Jesús, pero él los hizo salir a todos, y tomando al padre, a la madre y a los que le acompañaban, entró donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo:
–Talita, cum (que significa: “Muchacha, a ti te digo: levántate”). Al momento, la muchacha, que tenía doce años, se levantó y echó a andar. Y la gente se quedó muy impresionada. Jesús ordenó severamente que no se lo contaran a nadie, y luego mandó que dieran de comer a la niña.

Otras lecturas: Sabiduría 1.13-15; 2.23-24; Salmo 30.2, 4-6, 11-13; 2 Corintios 8.7, 9, 13-15

LECTIO:
   En el Evangelio de hoy Marcos ha entrelazado hábilmente dos historias de curación. La principal es la de Jairo y su hija, pero agazapada en su interior encontramos otra curación. Las dos historias comparten cierto número de similitudes: Jairo y la mujer muestran gran fe en Jesús y ambos están desesperados. Jesús responde con compasión.
   Tanto la mujer como la hija de Jairo quedan curadas.
   Jairo era uno de los jefes de la sinagoga local; sin embargo, está dispuesto a humillarse y, delante de todos, se arroja a los pies de Jesús para rogarle que cure a su hija. Este es el gesto de un padre desesperado que, por amor a su hija, está preparado para abandonar todo orgullo y prudencia y ponerse a merced de la misericordia de Jesús. Poco después, la fe de Jairo se verá sometida a una nueva prueba: mientras van camino de su casa le llega la noticia de que ha muerto su hija. Incluso le instan a desistir en su empeño, pero Jesús le da ánimo: ‘No tengas miedo. Cree solamente’.
   La mujer lleva doce años sufriendo de graves hemorragias. Jesús es su única esperanza. Pero piensa que no le impondrá las manos porque es ‘impura’ según las leyes religiosas. Así que, si al menos puede tocarle cuando nadie se dé cuenta, puede quedar curada.

MEDITATIO:
¿Cómo mostraron Jairo y la mujer su fe en Jesús?
Jairo se dirigió a Jesús en favor de su hija. La mujer expresó su fe mediante sus acciones más que con sus palabras. Considera qué lecciones podemos aprender sobre la fe a partir de las dos historias.
A Jairo le tentaron otros para que desistiese. ¿Qué le ayudó a mantener su fe en Jesús? ¿Qué ha puesto a prueba tu fe y, sin embargo, sigues confiando en Jesús?

ORATIO:
   El Salmo 30 es un cántico de alabanza por una curación que procede de Dios. Usa estas mismas palabras para dar gracias a Dios por la curación espiritual, emocional y física que ha traído a tu vida. Considera si tú, lo mismo que Jairo, puedes buscar el auxilio de Jesús en favor de alguien a quien quieres.

CONTEMPLATIO:
   En el libro de la Sabiduría 1.13-15, 2.23-24 leemos que Dios nos hizo a su imagen y se preocupa de nuestra salud. Tal vez sea esto lo que explica por qué curaba Jesús a tanta gente. En 2 Corintios 8.7, 9, 13-15 Pablo reflexiona sobre las acciones bondadosas de Jesús. Insta a los cristianos a ser tan generosos como Jesús compartiendo con los demás cuanto tienen.

domingo, 24 de junio de 2012

ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA
IGLESIA DE SAN JOSÉ
Cádiz  Extramuros

AVISO PARA ADORADORAS/ES DEL TURNO NÚM. 5 DE MARÍA AUXILIADORA Y SAN JOSÉ.
(Durante los meses de JULIO, AGOSTO Y SEPTIEMBRE no tendremos la habitual REUNIÓN PREPARATORIA)

VIGILIA DE ADORACIÓN, MARTES 10 DE JUlIO A LAS 20,00 HORAS Y EN LA CAPILLA DE SALESIANAS (Avdª. de Andalucía nº 70), JUNTO CON LA SANTA MISA.
(Previamente rezo del SANTO ROSARIO dirigido por una adoradora del Turno)

     Como habitualmente hemos venido haciendo volvemos a convocarte para las próximas actividades que durante este mes de Junio y el próximo de julio vamos a celebrar.
DÍA 29 DE JUNIO.-   Celebración de las Bodas de Oro Sacerdotales del Rvdº. P. Mateo Silva, Consiliario emérito de nuestro Turno, en la Parroquia de San José a las 18,30h.
DÍA 30 DE JUNIO.- Vigilia Diocesana de las Espigas-  Benalup-Casasviejas
   Para facilitar dicho desplazamiento hasta la vecina localidad, por el Consejo Diocesano, se contratará un autobús que nos llevará hasta Benalup y nos traerá de regreso a la finalización de los actos. Para colaborar en el coste del mismo se ha establecido una aportación de 8€ por persona -ida y vuelta- si se completan las plazas.-Es necesario confirmar  asistencia.
    
     A tal efecto y para evitar traslados innecesarios se han establecido las siguientes paradas:

CÁDIZ.-  salida día 30 de Junio a las 20,30h desde la Plaza de la Hispanidad (antigua estación de autobuses) –San Felipe – Residencia.

Horario

22,30   H.-    Reunión de Banderas  en las dependencias parroquiales.
22,45   H.-    Procesión de Banderas por las calles de Benalup hastA la Iglesia de nuestra srª. del Socorro.
23,00   H.-    Vísperas y Santa Misa presidida por el Sr. Obispo.
00,00   H.-    Turnos de Vela ante el Santísimo Sacramento.
05,30   H.-    Santo Rosario y rezo de Laudes; finalizados los mismos,   procesión de Banderas y traslado  para Bendición de los Campos.
07,00   H.-    Regreso al Templo y despedida.
         ¡ Jesús Sacramentado nos espera !
Misa y Vigilia aplicadas por nuestros hermanos Vicenta Alvarez-Osorio y Ricardo Moreno en el aniversario de su marcha al Padre.

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO EN LA SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

El ejemplo de San Juan Bautista nos llama a la conversión
VATICANO, 24 Jun. (ACI/EWTN Noticias).-
     El Papa Benedicto XVI afirmó que el ejemplo de San Juan Bautista, cuya fiesta se celebra hoy, llama a los cristianos “a convertirnos, a testimoniar a Cristo y anunciarlo a tiempo y contra el tiempo”.                      .
     En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó la vida de San Juan Bautista e indicó que “si se excluye la Virgen María, el Bautista es el único santo de quien la liturgia festeja el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”.
     “Desde el seno materno, en efecto, Juan es el precursor de Jesús: su prodigiosa concepción es anunciada por el Ángel a María como signo de que “nada es imposible a Dios”.  
      Benedicto XVI señaló que “el padre de Juan, Zacarías, marido de Isabel, pariente de María, era sacerdote del culto judío. Él no creyó enseguida al anuncio de una paternidad ya inesperada y por este motivo quedó mudo hasta el día de la circuncisión del niño, al cual él y su mujer le dieron el nombre indicado por Dios, es decir Juan, que significa ‘el Señor hace gracia”.        “Animado por el Espíritu Santo, Zacarías habló así de la misión del hijo: ‘y tú niño serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados”.     
     El Papa explicó que “todo esto se manifestó 30 años después, cuando Juan bautizaba en el río Jordán, se puso a bautizar, llamando a la gente a prepararse, con aquel gesto de penitencia, a la inminente venida del Mesías, que Dios le había revelado durante su permanencia en el desierto de Judea”.                                         “Cuando un día, desde Nazaret, viene Jesús mismo para hacerse bautizar, Juan primero rechazó, pero luego aceptó, y vio el Espíritu Santo posarse sobre Jesús y oyó la voz del Padre celeste que lo proclamaba su Hijo”.   
      El Santo Padre señaló que, sin embargo, la misión de San Juan Bautista no se había cumplido hasta entonces, pues “poco tiempo después, se le pidió que anticipara a Jesús también en la muerte violenta. Juan fue decapitado en la cárcel del rey Herodes y así dio pleno testimonio del Cordero de Dios, a quien él, primero que todos, había reconocido e indicado públicamente”. 
     El Papa Benedicto XVI también recordó que "la Virgen María ayudó la anciana pariente Isabel a llevar hasta el último la concepción de Juan".                       .
     "Ella ayude a todos a seguir a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, que el Bautista anunció con gran humildad y ardor profético", concluyó.

domingo, 17 de junio de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 17 DE JUNIO 11º DEL TIEMPO ORDINARIO - OCTAVA DE CORPUS CHRISTI.

El Reino de Dios en nosotros

Marcos 4.26-34   Jesús dijo también: “Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra en la tierra: que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano que llena la espiga. Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”.
   También dijo Jesús: “¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo; pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra.”
   De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como estas y hasta donde podían comprender. No les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte.
Otras lecturas: Ezequiel 17.22-24; Salmo 92.2-3, 13-16; 2 Corintios 5.6-10

LECTIO:
   El “Reino de Dios” o, como lo llama Mateo, el “Reino de los Cielos”, representa la nueva vida espiritual que Jesús ofrece a cualquiera que esté dispuesto a escuchar y aceptar sus enseñanzas. A Jesús le gusta utilizar parábolas para exponer este género de vida al público en general, pero a sus seguidores íntimos les explica su doctrina con más detalle.
   Las parábolas son relatos cortos destinados a crear una imagen en la mente del oyente. Jesús, simplemente, utiliza situaciones y acontecimientos cotidianos y sencillos
para mostrar cómo será su reino y el estilo de vida que deben tener quienes vivan en él.
   La primera parábola demuestra cómo actúa Dios, a menudo bajo la superficie, para producir una vida y un crecimiento espirituales nuevos. Comienza con la siembra de la semilla que representa la predicación de la Palabra de Dios. El Reino de Dios empieza en la vida del individuo o en la sociedad, cuando se proclama la Palabra de Dios, pero su crecimiento depende del poder de Dios.
   La parábola de la semilla de mostaza es la simplicidad misma: una semilla diminuta crece hasta acabar convirtiéndose en un árbol. En este caso, el contraste de tamaño es significativo: la diminuta semilla, a primera vista insignificante, se convierte en algo de envergadura. Puede interpretarse que la semilla de mostaza representa tanto a la Iglesia como a la vida espiritual de los cristianos individuales, como tú o como yo.

MEDITATIO:
¿Recuerdas quién sembró en tu vida la Palabra de Dios que empezó a cambiarte? ¿Ha crecido o profundizado tu vida espiritual desde aquellos comienzos? ¿Puedes describir los cambios? ¿Cómo puedes contribuir a ese crecimiento?
¿Has sembrado la Palabra de Dios en las vidas de otros? Esto podría realizarse al explicarle tu fe a alguien que no cree en Jesús. O podría ser ayudando a algún amigo cristiano recordándole uno o dos versículos de la Biblia. Pídele al Espíritu Santo que te muestre cómo desempeñar tu papel en la siembra de la semilla.

ORATIO:
   En el Salmo 92, el salmista desarrolla la idea de las semillas que se convierten en plantas y árboles y son imagen del justo. Esta semana únete al salmista para proclamar el amor de Dios por la mañana, y por la noche su fidelidad.
   Pídele a Dios que te muestre cómo echar raíces más profundas en él para que tu vida se vuelva fuerte y fructífera, tal como nos invitan a ser los versículos 13-16.
CONTEMPLATIO:

   En Ezequiel 17.22-24 se compara al pueblo de Dios y su vida espiritual con un árbol plantado en lo alto de un monte. Quien planta, hace crecer, marchita y hace revivir la planta es Dios. Fíjate en los paralelos con la lectura del Evangelio de hoy.
   En 2 Corintios 5.6-10 se nos recuerda que nuestra vida depende de la fe, no de la visión (versículo 7) y que nuestro deseo debería ser, más que nada, agradar a Dios.


La Adoración Nocturna en el Triduo Eucarístico y la Solemnidad de Corpus Christi



   Como en años anteriores y convocados por el Cabildo Catedralicio, el pasado 7 de junio, celebramos el primer día del Triduo Eucarístico previo a la Solemnidad de Corpus Christi.
   Bajo la sombra de nuestra blanca bandera, que desde el presbiterio de la S.I. Catedral nos recuerda nuestro carisma de adoradores eucarísticos y presididos por nuestro Consiliario Diocesano Rdº. P. D. Guillermo, pudimos reunirnos unos treinta Adoradores de los diferentes Turnos diocesanos.
   El día 10 volvíamos a reunirnos en el Primer Templo para participar en el Solemne Pontifical presidido por nuestro Obispo D. Rafael en éste su primer Corpus en la sede gaditana.
   Mons. Zornoza en su homilía, coincidiendo con el Día de la Caridad, recordó a los más necesitados y a todos los que sufren por la crisis económica. Haciendo un llamamiento a la colaboración de todos con aportaciones a la Cáritas Diocesana, de la que destacó la enorme labor que está realizando en estos difíciles momentos.
   Finalizado el pontifical formamos en corporación dentro del Templo, procesionando, como en años anteriores, con el cortejo que junto a Su Divina Majestad recorrió las diferentes calles del casco antiguo.

  

Concluida la procesión y una vez dentro de la S.I. Catedral se procedió a la bendición de los asistentes y reserva Eucarística siéndole rendido honores a S.D.M. por los Guiones y Banderas de las diferentes asociaciones participantes; quedando comprometidos desde ese momento para el año próximo.



jueves, 14 de junio de 2012

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN


Jesús exclamó: -Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla (Mt 11,25).

De la Carta de San Francisco a sus Custodios:

-Os ruego que supliquéis humildemente a los clérigos que veneren sobre todas las cosas el Santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo y sus santos nombres y sus palabras escritas que consagran el Cuerpo. Los cálices, los corporales, los ornamentos del altar y todo lo que concierne al sacrificio, deben tenerlos preciosos (1CtaCus 2-3).

Orar con la Iglesia:

Impulsados por el Espíritu y unidos a Jesucristo, presentemos al Padre nuestra oración confiada.
-Por todos los creyentes, para que lleguemos a la unidad querida por Cristo en su santa y única Iglesia.
-Por todos los países del mundo, para que encuentren caminos de paz y justicia, venciendo toda tentación de egoísmo y violencia.
-Por los ancianos, los enfermos y los indigentes, para que no sean marginados de la sociedad, sino que se sientan acogidos y valorados.
-Por todos los hombres, para que el contemplar las grandezas de Dios nos lleve a respetar y amar toda vida humana.
-Por todos los bautizados, para que vivamos en plenitud la vida divina presente en nuestros corazones.
Oración

Señor y Padre de todos los hombres, concédenos amarnos los unos a los otros como tú nos amas y quieres que nos amemos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
* * *

INSTRUCCIÓN REDEMPTIONIS SACRAMENTUM

LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN.



Los fieles, habitualmente, reciban la Comunión sacramental de la Eucaristía en la misma Misa y en el momento prescrito por el mismo rito de la celebración, esto es, inmediatamente después de la Comunión del sacerdote celebrante.
Corresponde al sacerdote celebrante distribuir la Comunión, si es el caso, ayudado por otros sacerdotes o diáconos; y este no debe proseguir la Misa hasta que haya terminado la Comunión de los fieles. Sólo donde la necesidad lo requiera, los ministros extraordinarios pueden ayudar al sacerdote celebrante, según las normas del derecho. Para que también «por los signos, aparezca mejor que la Comunión es participación en el Sacrificio que se está celebrando»,es deseable que los fieles puedan recibirla con hostias consagradas en la misma Misa. «Los fieles comulgan de rodillas o de pie, según lo establezca la Conferencia de Obispos», con la confirmación de la Sede Apostólica. «Cuando comulgan de pie, se recomienda hacer, antes de recibir el Sacramento, la debida reverencia, que deben establecer las mismas normas».
 En la distribución de la sagrada Comunión se debe recordar que «los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por el derecho recibirlos». Por consiguiente, cualquier bautizado católico, a quien el derecho no se lo prohíba, debe ser admitido a la sagrada Comunión. Así pues, no es lícito negar la sagrada Comunión a un fiel, por ejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la Eucaristía arrodillado o de pie.
Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia. Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano. La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento. No está permitido que los fieles tomen la hostia consagrada ni el cáliz sagrado «por sí mismos, ni mucho menos que se lo pasen entre sí de mano en mano».
 En esta materia, además, debe suprimirse el abuso de que los esposos, en la Misa nupcial, se administren de modo recíproco la sagrada Comunión.
El fiel laico «que ya ha recibido la santísima Eucaristía, puede recibirla otra vez el mismo día solamente dentro de la celebración eucarística en la que participe, quedando a salvo lo que prescribe el c. 921 § 2».
Se reprueba la costumbre, que es contraria a las prescripciones de los libros litúrgicos, de que sean distribuidas a manera de Comunión, durante la Misa o antes de ella, ya sean hostias no consagradas ya sean otros comestibles o no comestibles. Puesto que estas costumbres de ningún modo concuerdan con la tradición del Rito romano y llevan consigo el peligro de inducir a confusión a los fieles, respecto a la doctrina eucarística de la Iglesia. Donde en algunos lugares exista, por concesión, la costumbre particular de bendecir y distribuir pan, después de la Misa, téngase gran cuidado de que se dé una adecuada catequesis sobre este acto. No se introduzcan otras costumbres similares, ni sean utilizadas para esto, nunca, hostias no consagradas

domingo, 10 de junio de 2012

Jornada de la caridad en la Solemnidad del Corpus Christi.

     La Eucaristía está siempre en el centro de la vida de la Iglesia, porque no es simplemente una cosa, sino una persona, Cristo vivo y glorioso, que murió por nosotros y resucitó para nuestra salvación. El encuentro con Jesucristo vivo en el sacramento, en el Sagrario, en la celebración de la Santa Misa constituye la fuente permanente de renovación de la Iglesia que vive de la Eucaristía…
     La Eucaristía nos habla de presencia verdadera, real y sustancial de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor de los amores, el Hijo de Dios hecho hombre. ¡Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor! Nuestros ojos no ven y nuestros sentidos quedan colgados sin satisfacerse ante el misterio. Pero la fe se hace fuerte, creyendo la Palabra de Dios que nos dice: Jesús está aquí de manera única. Acudamos a estar con Él. Él se ha quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos para que lo encontremos siempre como amigo, dispuesto a ser nuestro confidente y a irradiar su Espíritu Santo sobre nosotros.
     La Eucaristía nos habla de ofrenda de la propia vida. Jesucristo no ha ofrecido víctimas animales para sellar la Nueva Alianza, sino que se ha ofrecido a sí mismo. Ha ofrecido su existencia, su vida, su corazón, su cuerpo. Este es el culto nuevo que Cristo ha inaugurado. Él se ofrece y nos incorpora a nosotros a su ofrenda por la acción del Espíritu Santo, "que Él [el Espíritu Santo] nos transforme en ofrenda permanente". Hacer de la propia vida una ofrenda junto con Cristo sacerdote y víctima es el objetivo principal de la Eucaristía, el culto nuevo del Nuevo Testamento. Se puede participar en la Eucaristía, aunque no se pueda comulgar, uniendo la propia vida a la de Cristo para hacerse con Él ofrenda permanente.
     La Eucaristía nos habla de unión en el amor. La Eucaristía hace a la Iglesia, como comunidad reunida, alimentada de un mismo pan y de un mismo cáliz (el cuerpo y la sangre del Señor), una familia reunida en el amor, donde nadie pasa necesidad, porque lo tienen todo en común (cf Hech. 4,32). Mirad cómo se aman. La Eucaristía es la fuente de la comunión intraeclesial, y nos envía al mundo para ser testigos de ese amor que transforma la sociedad. "Amaos unos a otros como yo os he amado" (Jn 15,12). De la Eucaristía vivida brota la caridad hacia los hermanos, especialmente hacia los necesitados. De la Eucaristía vivida han brotado las grandes energías de los santos, que se han sentido impulsados a la evangelización hasta dar la vida, que se han despojado de todo para compartir con los que no tienen, que se han entregado a todo tipo de obras de misericordia con los demás. La Eucaristía ha sido el gran motor de los cambios sociales a lo largo de la historia. También hoy, la Eucaristía es como una fisión nuclear que inunda el mundo de amor para transformarlo desde dentro.
     Vivamos la fiesta del Corpus Christi con sentido de adoración ante Dios cercano, con sentido de comunión con Cristo y con sus padecimientos, ofreciendo nuestra vida, con sentido de amor fraterno hasta dar la vida por los hermanos.
Con mi afecto y bendición:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

     Esta fiesta se celebra en la Iglesia Latina el Jueves siguiente al Domingo de la Santísima Trinidad para conmemorar solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía.


      A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un Movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón fundada en 1124 por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi.
     Santa Juliana de Mont Cornillón (Retines, Bélgica en 1193 - +5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y enterrada en Villiers). por aquellos años priora de la Abadía, fue la enviada de Dios para propiciar esta Fiesta. Tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre anhelaba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo fue intensificado por una visión que tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.
     Juliana comunicó estas apariciones a Mons. Roberto de Thorete, el entonces obispo de Lieja, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos y a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Lieja, más tarde Papa Urbano IV.
     El obispo Roberto se impresionó favorablemente y, como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, convocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; al mismo tiempo el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan escribiera el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.
     La fiesta se celebró por primera vez al año siguiente el jueves posterior a la fiesta de la Santísima Trinidad. Más tarde un obispo alemán conoció la costumbre y la extendió por toda la actual Alemania.
     El Papa Urbano IV, por aquél entonces, tenía la corte en Orvieto, un poco al norte de Roma. Muy cerca de esta localidad se encuentra Bolsena, donde en 1263 o 1264 se produjo el Milagro de Bolsena: un sacerdote que celebraba la Santa Misa tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real. Al momento de partir la Sagrada Forma, vio salir de ella sangre de la que se fue empapando en seguida el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión a Orvieto el 19 junio de 1264. Hoy se conservan los corporales -donde se apoya el cáliz y la patena durante la Misa- en Orvieto, y también se puede ver la piedra del altar en Bolsena, manchada de sangre.
     El Santo Padre movido por el prodigio, y a petición de varios obispos, hace que se extienda la fiesta del Corpus Christi a toda la Iglesia por medio de la bula "Transiturus" del 8 septiembre del mismo año, fijándola para el jueves después de la octava de Pentecostés y otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la Santa Misa y al oficio.
     En 1317 se promulga una recopilación de leyes -por Juan XXII- y así se extiende la fiesta a toda la Iglesia. Aunque ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración, sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV, y se hicieron bastante comunes a partir del siglo XIV.
     Finalmente, el Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad; y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos.
 En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

sábado, 9 de junio de 2012

ADORACIÓN Y EVANGELIZACIÓN


      La singularidad de la adoración eucarística con respecto a todas las otras formas de oración y de devoción, es que por la presencia sacramental de Jesús-Hostia, Dios toma la iniciativa de encontrarse con nosotros. Cristo me precede en la respuesta que el Padre espera.
“La Eucaristía significa: Dios ha respondido. La Eucaristía es Dios como respuesta, como presencia que responde” (J. Ratzinger – Dios está cerca- Palabras y silencio 2003).
     Adoración, la palabra proviene de un vocablo latino cuya etimología está en “ios” (la boca). Comprende una postración que apunta al objeto de veneración y lo besa. Significa inclinarse profundamente en señal de extremo respeto.
     No faltan ejemplos evangélicos al respecto: la hemorroisa que se echa por tierra para tocar el borde del manto de Jesús (Lc 8,44); María Magdalena que se arroja a los pies de Jesús y los abraza. Esta actitud de adoración es bien natural al hombre cuando se encuentra ante algo o alguien que lo sobrepasa.
     La adoración debe expresarse con todo nuestro ser y entonces igualmente comprometer nuestro cuerpo. El hombre ha sido creado para adorar, para inclinarse profundamente ante Aquel que nos hizo y que nos sobrepasa.
     Todas las posibilidades espirituales de nuestro cuerpo forman necesariamente parte de nuestra manera de celebrar la eucaristía y de rezar. La escucha atenta de la Palabra de Dios requiere la posición de sentado o el movimiento de la Resurrección reclama la posición de parados. La grandeza de Dios y de su Nombre se expresan de rodillas. Jesucristo mismo rezaba arrodillado durante las últimas horas de su Pasión en el Huerto de los Olivos (Lc 22,41). Esteban cae de rodillas antes de su martirio, al ver los cielos abiertos y el Cristo de pie (Hch 7,60). Pedro ruega arrodillado pidiendo a Dios la resurrección de Tabita (Hch 9,40). Después de su discurso de despedida ante los ancianos de Éfeso, Pablo reza con ellos de rodillas (Hch 20,36). El himno de Flp 2, 6-11 aplica a Jesús la promesa de Isaías anunciando que toda rodilla se dobla ante el Dios de Israel, ante el nombre de Jesús…
     Nuestro cuerpo manifiesta visiblemente aquello que nuestro corazón cree. La filósofa Simone Veil, de origen judío y no creyente, descubre a Cristo en Asís en 1936 y escribe: “Algo más fuerte que yo me obligó, por primera vez en mi vida, a ponerme de rodillas”.
     El testimonio de los santos es elocuente: Santo Domingo se prosternaba sin cesar, boca abajo y todo a lo largo cuan era, en presencia del Santísimo Sacramento. La actitud exterior traduce la devoción interior. Decía san Pierre-Julien Eymard que el primer movimiento de la adoración consiste justamente en prosternarse a tierra, la frente inclinada. Es una actitud que nos permite proclamar sin palabras la majestad infinita de Dios que se oculta tras el velo de la Eucaristía.
     Para evangelizar el mundo se necesita apóstoles “expertos” en celebración, en adoración y en contemplación de la Eucaristía. JP II (Mensaje para la Jornada mundial de los Misiones 2004).
Mons. Dominique Rey, Obispo de Toulon,
Francia, en “Adoración y Evangelización”.