TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

viernes, 22 de julio de 2016


     El calendario litúrgico nos presenta la fiesta solemne de Santiago apóstol, patrono de España, el día 25 de julio. Al ser día laborable, a muchos puede pasarles desapercibido. Sin embargo, es día de precepto de oír Misa y descanso laboral, del que están dispensados los que no tengan más remedio que ir al trabajo. Busquemos en el día o en su víspera acudir a la Santa Misa para honrar al Patrono de España, bajo cuyo patrocinio se ha difundido la fe cristiana y se ha mantenido hasta el día de hoy en nuestro suelo, a pesar de tantas dificultades a lo largo de los siglos. También hoy, España necesita el patrocinio del apóstol Santiago. Según la piadosa tradición, él predicó en las tierras de España el Evangelio de Cristo y fue visitado por la Virgen en Zaragoza para consolarle en sus fatigas apostólicas, dejándole el regalo firme de su Pilar bendito.
     La invocación constante del apóstol Santiago ha mantenido la fe en España y la ha llevado hasta los pueblos de Latinoamérica, donde es invocado en muchos lugares como glorioso Patrón. El hecho de vivir en un Estado aconfesional no significa que renunciemos a nuestras raíces cristianas, y entre éstas se encuentra el patrocinio poderoso de Santiago el Mayor, que fue degollado en tiempos del rey Herodes por su fidelidad a Jesucristo. Hoy quizá más que nunca necesitamos esta valiosa intercesión del Amigo del Señor, testigo de los momentos más íntimos de la vida de Jesús, como fueron la transfiguración en el monte Tabor o la angustiosa oración de Getsemani. También hoy necesitamos recordar el testimonio valiente de su martirio, para no arrugarnos ante la urgente tarea de la evangelización.
     Amigo del Señor, misionero infatigable, testigo de un amor hasta derramar su sangre. En Santiago apóstol encontramos el modelo de discípulo misionero que necesita hoy la Iglesia para anunciar el gozo y la alegría del Evangelio. El camino de Santiago, camino hasta el sepulcro del apóstol en Compostela, se ha convertido en una parábola permanente de la vida humana, que camina al encuentro del Señor
     El verano se convierte así en tiempo de encuentro, de formación, de evangelización. Que quienes puedan disfrutar de vacaciones las empleen para estos encuentros o actividades similares, de manera que podamos afrontar el futuro, el próximo curso, con ánimo renovado.
     Recibid mi afecto y me bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.


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