LA PREEMINENCIA DE LA CARIDAD
DEL BEATO ISAAC DE STELLA
DEL BEATO ISAAC DE STELLA
¿Por qué, hermanos, nos
preocupamos tan poco de nuestra mutua salvación, y no procuramos ayudarnos unos a otros en lo que más urgencia tenemos
de prestarnos auxilio, llevando mutuamente nuestras cargas, con espíritu fraternal? Así nos exhorta
el Apóstol, diciendo: Llevad
los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la ley de Cristo; y en otro lugar: Sobrellevaos mutuamente con amor.
En ello consiste, efectivamente, la ley de Cristo.
Cuando observo en mi hermano alguna deficiencia incorregible
-consecuencia de alguna necesidad o de alguna enfermedad física o moral-, ¿por
qué no lo soporto con paciencia, por qué no lo consuelo de buen grado, tal como
está escrito: Llevarán en
brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán? ¿No será porque me falta aquella
caridad que todo lo aguanta, que es paciente para soportarlo todo, que es
benigna en el amor? Tal es ciertamente la ley de Cristo, que, en su pasión, soportó nuestros sufrimientos y, por su misericordia, aguantó
nuestros dolores, amando a aquellos por quienes sufría, sufriendo por
aquellos a quienes amaba. Por el contrario, el que hostiliza a su hermano que
está en dificultades, el que le pone asechanzas en su debilidad, sea cual fuere
su debilidad, se somete a la ley del diablo y la cumple.
Seamos, pues, compasivos, caritativos con nuestros hermanos, soportemos
sus debilidades, tratemos de hacer desaparecer sus vicios. Cualquier género de
vida, cualesquiera que sean sus prácticas o su porte exterior, mientras
busquemos sinceramente el amor de Dios y el amor del prójimo por Dios, será
agradable a Dios.
La caridad ha
de ser en todo momento lo que nos
induzca a obrar o a dejar de obrar, a cambiar las cosas o a dejarlas como
están. Ella es el principio por el cual
y el fin hacia el cual todo debe ordenarse. Nada es culpable si se hace en
verdad movido por ella y de acuerdo con ella.
Quiera
concedérnosla aquel a quien no podemos agradar sin ella, y sin el cual nada en
absoluto podemos.
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