LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO
Benedicto XVI, pp emérito
Benedicto XVI, pp emérito
Queridos hermanos y hermanas:
La liturgia latina celebra hoy la fiesta de la Cátedra de San Pedro. Se
trata de una tradición muy antigua, atestiguada en Roma desde el siglo IV, con la que se da gracias a Dios por la
misión encomendada al apóstol san Pedro y a sus sucesores. La
"cátedra", literalmente, es la sede fija del obispo, puesta en la
iglesia madre de una diócesis, que por eso se llama "catedral", y es
el símbolo de la autoridad del obispo, y en particular de su
"magisterio", es decir, de la enseñanza evangélica que, en cuanto
sucesor de los Apóstoles, está llamado a conservar y transmitir a la comunidad
cristiana. Cuando el obispo toma posesión de la Iglesia particular que le ha
sido encomendada, llevando la mitra y el báculo pastoral, se sienta en la
cátedra. Desde esa sede guiará, como maestro y pastor, el camino de los fieles
en la fe, en la esperanza y en la caridad.¿Cuál fue, por tanto, la "cátedra" de san Pedro?
Elegido por Cristo como "roca"
sobre la cual edificar la Iglesia (cf. Mt 16,18), comenzó su ministerio en
Jerusalén, después de la Ascensión del Señor y de Pentecostés. La primera "sede" de la Iglesia
fue el Cenáculo, y es probable que en esa sala, donde también María, la
Madre de Jesús, oró juntamente con los discípulos, a Simón Pedro le tuvieran
reservado un puesto especial…
…la Providencia llevó a Pedro a Roma. Por tanto, tenemos
el camino desde Jerusalén, Iglesia naciente, hasta Antioquía, primer centro de
la Iglesia procedente de los paganos, y todavía unida con la Iglesia proveniente
de los judíos. Luego Pedro se dirigió a Roma, centro del Imperio, símbolo del
"Orbis" -la "Urbs" que expresa el "Orbis", la
tierra-, donde concluyó con el martirio su vida al servicio del Evangelio. Por
eso, la sede de Roma, que había recibido el mayor honor, recogió también el
oficio encomendado por Cristo a Pedro de estar al servicio de todas las
Iglesias particulares para la edificación y la unidad de todo el pueblo de
Dios. Así, la sede de Roma, después
de estas emigraciones de san Pedro, fue
reconocida como la del sucesor de Pedro, y la "cátedra" de su obispo representó la del Apóstol
encargado por Cristo de apacentar a todo su rebaño. Lo atestiguan los más
antiguos Padres de la Iglesia, como por ejemplo san Ireneo, obispo de Lyon,
pero que venía de Asia menor, el cual, en su tratado Contra las herejías, describe
la Iglesia de Roma como «la más grande, más antigua y más conocida por todos,
que la fundaron y establecieron los más gloriosos apóstoles Pedro y Pablo»; y
añade: «Con esta Iglesia, a causa de su origen más excelente, debe
necesariamente estar de acuerdo toda la Iglesia, es decir, los fieles de todas
partes». A su vez, un poco más tarde, Tertuliano afirma: «¡Cuán feliz es esta
Iglesia de Roma! Fueron los Apóstoles mismos quienes derramaron en ella,
juntamente con su sangre, toda la doctrina». Por tanto, la cátedra del Obispo
de Roma representa no sólo su servicio a la comunidad romana, sino también su
misión de guía de todo el pueblo de Dios.
Celebrar la "Cátedra" de san
Pedro, como hacemos nosotros, significa,
por consiguiente, atribuirle un fuerte significado espiritual y reconocer que es un signo privilegiado del amor de Dios,
Pastor bueno y eterno, que quiere congregar a toda su Iglesia y guiarla por
el camino de la salvación…
No hay comentarios:
Publicar un comentario