Qué significa «entrar en la cuaresma»
Benedicto XVI, pp.
Queridos hermanos y hermanas:
Con el ayuno y
el rito de imposición de la ceniza, hemos entrado en la Cuaresma. Pero, ¿qué
significa "entrar en la Cuaresma"? Significa iniciar un tiempo de
particular empeño en el combate
espiritual que nos opone al mal presente en el mundo, en cada uno de
nosotros y en torno a nosotros. Quiere decir mirar el mal cara a cara y
disponerse a luchar contra sus efectos, sobre todo contra sus causas, hasta la causa última, que es Satanás.
Significa no descargar el problema del mal en los demás, en la sociedad o en
Dios, sino reconocer las propias responsabilidades y afrontarlo
conscientemente.
A este
propósito, resuena con mucha urgencia, para nosotros cristianos, la invitación
de Jesús a que cada uno tome su "cruz" y lo siga con humildad y
confianza (cf. Mt 16,24). La "cruz", por pesada que sea, no es
sinónimo de desventura, de desgracia que hay que evitar lo más posible, sino de
oportunidad para seguir a Jesús y así adquirir fuerza en la lucha contra el
pecado y el mal. Por tanto, entrar en la Cuaresma significa renovar la decisión personal y comunitaria
de afrontar el mal junto con Cristo. En efecto, el camino de la cruz es el único que conduce a la victoria del amor
sobre el odio, del compartir con los demás sobre el egoísmo, de la paz sobre la
violencia. Vista así, la Cuaresma es en verdad una ocasión de fuerte empeño
ascético y espiritual, fundado en la gracia de Cristo…
… recuerda las palabras que Jesús pronunció precisamente
al inicio de su misión pública, y que volvemos a escuchar muchas veces durante
estos días de Cuaresma: «Convertíos y
creed en el Evangelio», rezad y haced penitencia. Acojamos la invitación de
María, que hace eco a la de Cristo, y pidámosle que nos obtenga
"entrar" con fe en la Cuaresma, para vivir con alegría interior y
empeño generoso este tiempo de gracia.
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