DIEZ REGLAS PARA REZAR CON
SENCILLEZ
1.- Tómate cada día unos minutos de tiempo para estar solo y en paz. Relaja tu cuerpo,
tu cabeza y tu corazón.
2.- Habla a Dios con sencillez y naturalidad y dile todo cuanto te preocupa. No es
necesario que utilices fórmulas extrañas. Háblale con tus propias palabras. Él
las entiende perfectamente.
3.- Entra en diálogo con Dios cuando estás en el trabajo
diario. Cierra los ojos, aunque sólo sean dos segundos, donde quiera que estés… en el negocio, en el autobús, en la mesa de trabajo…
4.- Haz convicción de esta verdad: Dios está contigo y quiere ayudarte. No es que tú estés acosando a Dios
para que te dé Su bendición, todo lo contrario, es Él quien quiere bendecirte.
5.- Reza con la seguridad de que tu oración es
inmediatamente eficaz, más allá de tierras y
mares, y protege donde quiera que se encuentren tus seres queridos y hace que
les llegue a ellas el Amor de Dios.
6.- Cuando reces, tienes que tener ideas positivas y
apartar las negativas.
7.- Cuando te pongas a rezar reafirma siempre la actitud
de estar dispuesto a aceptar, sea cual
fuere, la
voluntad de Dios.
8.- Cuando estás rezando déjalo todo en manos de Dios. Pídele que te dé fuerzas para hacer todo cuando esté en tus manos y, el resto,
queda en buenas manos, en las Suyas.
9.- Di una buena palabra de intercesión por aquellos que no
te quieren bien o te han tratado mal, eso te dará vigor y una fortaleza
extraordinaria.
10.- Reza todos los días por tu país y por la paz en el
mundo.
José Sánchez Aguado
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