TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 11 de febrero de 2017

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 12 DE FEBRERO DE 2017, 6º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«…NO HE VENIDO A ABOLIR, SINO A DAR PLENITUD»

Mt. 5. 17-37
 
    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
     El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
     Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y silo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
     Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
     Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
     Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
     Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
     Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
     También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”. Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Otras Lecturas: Eclesiástico 15, 16-21; Salmo 118; 1Coríntios 2, 6-10

LECTIO:
     Jesús presenta su camino como una actitud de pureza de corazón, de libertad de espíritu, tanto ante el Padre Dios como ante el hermano hombre: no sólo no matar, sino querer bien al otro, con y desde el corazón, porque hay muchas maneras de matar y de odiar, y una de ellas es la de haber dejado de amar. Para el cristiano, no basta con no matar, hay que dar vida, generarla; no basta con no odiar, hay que amar.
     Es la condición previa para poder acercarse a Dios, porque inútilmente nos allegamos al altar santo cargados de ofrendas de oficio y estereotipadas, si nuestro encuentro con el Señor no viene envuelto y acompañado con el encuentro fraterno con los demás.
     Sin duda que Jesús sorprendía a sus coetáneos, por la sabiduría de sus palabras, por la inteligencia en su manera de no traicionar la tradición. Frente a tantos maestros y maestrillos, su figura se levanta llena de luz y capaz de iluminar a quien a ello consienta: otros dicen, otros imponen, otros…, pero Yo os digo. Los discípulos de hoy, tenemos la imperiosa necesidad de reconocer esa Voz, reconociéndonos en ella, sobre todo cuando lo que dice es tan diverso a lo que otros dicen. Sólo Él es el Maestro.

MEDITATIO:
     Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios. Él, sin embargo, no deroga la Ley de Moisés, sino que la lleva a plenitud. (Papa Francisco)
     Jesús revoluciona también las conciencias abriendo nuevos horizontes para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el celo y en el deseo salvífico de Dios “que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. “Misericordia quiero y no sacrificio(Papa Francisco)
     Me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, consentimos diversas formas de divisiones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos? (Evangelii gaudium)
     Todos tenemos simpatías y antipatías, y quizás ahora mismo estamos enojados con alguno. Al menos digamos al Señor: “Señor yo estoy enojado con éste, con aquélla. Yo te pido por él y por ella”. Rezar por aquel con el que estamos irritados es un hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador. (Papa Francisco)

ORATIO:
     Dios misericordioso, quieres que seamos un pueblo libre, libre para aman y por eso -en Cristo- nos entregas una nueva Ley escrita en el corazón del hombre.
Nuestra suerte está en tus manos, Señor;
como un pequeño grano de semilla,
estamos en tus manos para que Tú lo siembres;
Porque sólo Tú lo haces todo nuevo,
y con tu presencia de Resucitado,
nos ayudas a comprometernos con el Reino.

CONTEMPLATIO:
     Jesús busca la voluntad del Dios. Lo siente tratando de abrirse camino entre los hombres para construir con ellos un mundo más justo y fraterno. Se esfuerza por introducir en sus seguidores otro talante y otro espíritu:

«Si vuestra justicia no es mejor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de Dios».

     Hay que superar el legalismo que se contenta con el cumplimiento literal de leyes y normas. Cuando se busca la voluntad del Padre con la pasión con que la busca Jesús, se va siempre más allá de lo que dicen las leyes.
     Nuestro cristianismo será más humano y evangélico cuando aprendamos a vivir las leyes, normas, preceptos y tradiciones como los vivía Jesús: buscando ese mundo más justo y fraterno que quiere el Padre.


Ya no se nos promete una tierra que mana leche y miel, ni pingue vejez, ni muchedumbre de hijos, ni trigo y vino, ni rebaños mayores y menores, sino el cielo y los bienes del cielo: la filiación divina y la hermandad con el Unigénito y tener parte en su herencia y ser juntamente con El glorificados y reinar a par suyo, y los infinitos galardones que allí nos esperan. Ahora que también gozamos de mayor ayuda, oye como lo dice Pablo;  «…La ley del Espíritu vivificador me ha liberado por medio de Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte» (Rom 8,1ss) (Juan Crisóstomo).

1 comentario:

  1. El sabio, en el Evangelio, es la persona que puede decir que ha experimentado y gustado el amor a Dios que da sabor a la vida. ”Gustad y ved que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él” (Salmo 33). El “saboreo” del Dios Amor es la auténtica sabiduría. Sabio no es el que tiene muchos conocimientos, ni muchas carreras, ni mucha teología de academia, sino el que ha gustado y saboreado a Dios. Es el que se acerca al Señor de la Vida, “de rodillas” y, experimentado el Dios de la vida, aprende de las cosas sencillas con un “sexto” sentido que le hace interpretar y gozar de las cosas de Dios, saboreando y gozándose, desde esa sabiduría, en lo más grande y hermoso de la vida. El sabio es la persona humilde y feliz porque ha conocido el verdadero Amor de Dios.
    Cuando he realizado la Visita Pastoral a algunas de las zonas más pobres de mi Diócesis, me he encontrado con personas de una profunda sabiduría. Podían parecer que no eran de carrera o “letradas”. Habían adquirido, viviendo desde la sencillez de Dios, una sabiduría capaz de convencer al mundo. Recuerdo que una mujer me decía. “He perdido a dos hijos y he sufrido mucho, pero todavía pienso que el Señor no permite más de lo que todavía puedo sufrir”. Es la sabiduría que se experimenta amada, incluso en los momentos más dolorosos de la vida.
    Los hombres y mujeres del Antiguo Testamento tenían una sabiduría que era admirada por los pueblos de alrededor. Ahora, con Jesús, la sabiduría del Padre, que es Él, por la Encarnación, Muerte y Resurrección, nos lanza a una sabiduría nueva: “Se os dijo, pero Yo os digo”. Vuelve a la experiencia más radical del Amor, que es volver a lo que nunca caduca, a no dejar en el sótano de nuestro corazón la amargura y el deseo de venganza, que nos hace tan infelices. La verdadera sabiduría se experimenta orando y en la unión con Dios.
    Jesús nos anima a mirar su Corazón, a poner los ojos en quien “tiene traspasado el Corazón”. Viendo cómo vivió Él, aprendemos a vivir, a perdonar, a no utilizar “el ojo por ojo y el diente por diente” porque al final todos, absolutamente todos, desdentados y ciegos. No salir de la espiral del mal es no solucionar los problemas.
    La sabiduría es “saborear” que “para los que aman a Dios todo les sirve para el bien”. La malicia engendra malicia, el rencor más rencor, la venganza engendra crimen. Sólo el Amor vence todo y nos hace estar en otra orilla, en otra realidad que es la sabiduría de los pobres, de los que confían y tienen el corazón ilimitadamente bueno de Jesús. La sabiduría se estrena con el corazón humilde y se hace realidad con las cosas sencillas de cada día.
    +Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres

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