¿DIOS LO QUIERE?
Actualmente la Adoración
Nocturna en
unos lugares crece y florece, y en otros languidece.
Ésta alternativa puede explicarse sin duda por condicionamientos externos, por situaciones
de Iglesia, etc. Pero aún más se debe a
causas internas, es decir, al espíritu de los mismos Adoradores. En
estas centramos ahora muestra atención.
La
Adoración Nocturna decae allí
donde el amor a la Eucaristía se va enfriando en sus Adoradores; donde
una adoración de una hora resulta insoportable; donde los Adoradores, entre una
y otra vigilia, no visitan al Señor en los días ordinarios y no se pide suficientemente
a Dios nuevas vocaciones de Adoradores, ni se procuran estas con el empeño necesario;
donde se acepta con resignación que las iglesias estén siempre cerradas, aun
allí donde podrían estar abiertas…
Los
Adoradores que están en este espíritu aceptan ya, sin
excesiva pena, la
próxima desaparición de
la Adoración Nocturna en
su Parroquia o en su Diócesis, atribuyendo principalmente esa pérdida a causas externas,
sobre todo a la falta de colaboración de ciertos sacerdotes. Y no se dan cuenta
de que son ellos mismos, los que amenazan disminuir
la Adoración Nocturna hasta
acabar con ella.
La
Adoración Nocturna, por el
contrario, crece y florece allí donde los Adoradores mantienen encendida la
llama del amor a Jesús en la Eucaristía, y viven con toda
fidelidad las Vigilias tal como el
Manual y la tradición las establecen; allí donde los Adoradores adoran
al Señor no solo de noche y una vez al mes, sino también de día y siempre que pueden;
allí donde piden al Señor nuevos Adoradores con fe y perseverancia; allí donde difunden
la devoción eucarística y procuran con todo empeño que las iglesias permanezcan
abiertas...
Donde
más se necesita actualmente la Adoración
Nocturna -o cualquier otra obra
eucarística- es
precisamente allí donde la devoción a la Eucaristía está más apagada.
Allí es donde más quiere Dios que se encienda poderosa la llama de la Adoración Nocturna. Dios ha concedido
por su gracia a la Adoración Nocturna ciento
cincuenta años de vida en la Iglesia.
Que
Él mismo, por su gracia, le siga dando vida por los siglos de
los siglos.
Ricardo Nieto. Delegado para Andalucía Occidental
ANE.
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