SÁBADO SANTO
Conmemoramos la
sepultura del Señor. Cristo ha sido sepultado y ha bajado a los infiernos. Por
“infierno” no hay que entender el lugar de los condenados, con los demonios,
sino el “lugar de los muertos”; es decir, el estado de muerte. El Hijo de Dios,
en su solidaridad con la humanidad. ha experimentado verdaderamente la muerte,
como cualquier otro mortal.
El Sábado Santo es
un día alitúrgico: no se celebran
sacramentos.
Pero es un día de oración. Se recomienda
hacer comunitariamente la oración de laudes o el oficio de lecturas.
VIGILIA PASCUAL
El Domingo de
Resurrección se abre con la celebración de la Gran Vigilia Pascual.
Es la noche en que
se celebra la Pascua, el “paso” de Dios por la historia. Este paso repetido ha
sido fuente de espectaculares maravillas:
o
El
paso de la nada a la creación del cosmos, que emerge entre las aguas.
o
El
paso de Israel, desde la esclavitud de Egipto a la libertad de la tierra
prometida, a través de las aguas del Mar Rojo.
o
El
paso de Cristo de la Muerte a la Gloria del Padre.
o
El
paso de la muerte del pecado a la vida de la gracia, a través de las aguas del
Bautismo.
o
Finalmente,
todo ello nos invita a esperar el paso definitivo de la Humanidad y del Cosmos
hacia los cielos nuevos y la tierra nueva, al final de los tiempos, cuando Cristo
Resucitado recapitule todas las cosas en sí mismo y lo sea todo en todos.
Historia
de esta Vigilia:
Los
primeros cristianos comenzaron a celebrar la Pascua organizando, en la noche
del sábado al domingo, una prolongada vigilia de oración. Desde inicios del
siglo II, ya tenemos noticias de esta celebración.
Durante esa noche,
la comunidad dedicaba a leer diversos pasajes del A y N Testamento,
acompañándolos del canto de los salmos y de la recitación de oraciones. La
Vigilia acababa con la celebración de la Eucaristía y de un ágape fraterno.
Poco
a poco esa noche se convirtió también en la noche de la iniciación cristiana,
celebrándose el Bautismo y la Confirmación de los catecúmenos.
A partir del siglo
V, se incorporó el último de los elementos de la Vigilia: el lucernario: con el
ritual del fuego, el cirio y la luz.
Conforme avanzaban los siglos, las
diversas Iglesias fueron buscando una celebración más cómoda de la vigilia;
para ello, adelantaron poco a poco la hora de la celebración a la tarde del
sábado. De este modo, en el siglo XIV ya se celebraba a primeras horas de la
mañana. El Sábado Santo se convirtió en Sábado de Gloria, y las campanas ya
repicaban al mediodía, anunciando la resurrección. La Vigilia cayó en una gran
decadencia y acabó resultando muy poco significativa en relación a otras
celebraciones del año cristiano.
La reforma
litúrgica realizada por los Papas Pío XII y Pablo VI se propuso rescatar y dar
todo su valor a la Vigilia Pascual.
El
simbolismo de la noche.
Una
de las primeras cosas que dice el misal actual sobre la Vigilia Pascual es que
debe ser una celebración nocturna. Por eso, nunca debe escogerse una hora tan
temprana que la vigilia empiece antes de la noche, ni tan tardía que acabe
después del alba del Domingo.
Celebrar
la Vigilia de noche no es ningún capricho, sino que tiene unas motivaciones muy
sólidas:
-
Primero, por autenticidad. Se trata de una
vigilia, es decir, de una noche en vela en honor del Señor, para conmemorar la
Resurrección, que aconteció en la noche del sábado al domingo. De hecho, todos
los textos de la liturgia hablan de la noche. Por eso, no tendría sentido ni
celebrarla aún de día, ni hacerla tan corta que perdiera el carácter de
vigilia. Siendo tan habituales en nuestra sociedad las celebraciones festivas
nocturnas, sería chocante que los cristianos tuviésemos reparos de pasar una
noche en vela en honor del Señor.
-
Segundo,
porque la noche en sí misma tiene un
valor simbólico y pedagógico que ayuda a celebrar el misterio de la
Resurrección.
o
La
noche aparece repetidas veces en las sagradas Escrituras. Para los judíos eran
muy significativas cuatro noches concretas:
§ La noche de la
creación, en que todo pasó de la oscuridad a la primera luz.
§ La noche del
sacrificio de Abrahán, en que Dios prometió que multiplicaría su descendencia
como las estrellas del cielo.
§ La noche de la
salida de Egipto.
§ La noche la que
habría de venir el Mesías.
o
Para
los cristianos, la noche más importante es la de la resurrección, en la que
Jesús salió del sepulcro y pasó a una nueva existencia.
§ Es la noche en que
pasamos de las tinieblas de la muerte a la luz de la vida.
§ De la esclavitud
del pecado a la libertad de la gracia.
o
Toda
la liturgia de la Vigilia Pascual juega con el símbolo de la oscuridad de la
noche. De este modo, la noche se convierte en un verdadero “signo pascual”.
La
estructura de la celebración.
La
Vigilia Pascual consta de cuatro partes:
·
La primera parte es
un lucernario, o liturgia de la Luz, que tiene su momento culminante en la
aclamación a Cristo Luz y en el canto del pregón pascual.
·
La segunda parte es
una liturgia de la Palabra en la que se leen nueve lecturas que resumen toda la
historia de la salvación. Su momento culminante es la proclamación del
Evangelio precedido de un solemne canto del aleluya.
·
La tercera parte es
una liturgia Bautismal, cuyo momento culminante es el bautismo de nuevos
cristianos o la renovación de los compromisos bautismales por parte de los ya
bautizados.
·
La última parte es
la liturgia Eucarística, cuyo momento culminante es la comunión del Cuerpo y
la Sangre de Cristo resucitado.
Lo principal, central y culminante en toda la Vigilia
es la Palabra y el Sacramento.
- La
Pascua se proclama en la Palabra: “¡Cristo ha resucitado!”.
- Y
se participa en los sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Por medio
de los sacramentos el Resucitado comunica su vida a la Iglesia y la alimenta.
A pesar de su
extensión, la Vigilia nunca se hará larga siempre que se entienda el
significado de cada una de sus partes. Y por supuesto, si quienes la hayan
preparado y la conduzcan sepan respetar su ritmo y cuiden la elección y calidad
del canto, la competencia de los lectores, el ajuste de la megafonía, y los
medios para facilitar una participación activa de los fieles.
El Rvd.
Padre D. Oscar González Esparragosa ha sido Consiliario de éste Turno nº 5 de la Adoración nocturna Española.
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