TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 19 de mayo de 2018



«GAUDETE ET EXSULTATE»: GUÍA EN 35 PUNTOS PARA SER SANTOS (III)


14.- Los cristianos "gnósticos": teorías muy frías y controladoras.

     La santidad de una persona se mide con su caridad, no con la acumulación de datos ortodoxos que tenga, añade el Papa. Dedica bastante espacio contra los "gnósticos", intelectuales que intentan "tener atado a Jesús y el evangelio" con sus constructos y teorías. O los de su escuela teológica. 
     Son los que creen "que con sus explicaciones ellos pueden hacer perfectamente comprensible toda la fe y todo el Evangelio. Absolutizan sus propias teorías y obligan a los demás a someterse a los razonamientos que ellos usan. Una cosa es un sano y humilde uso de la razón para reflexionar sobre la enseñanza teológica y moral del Evangelio; otra es pretender reducir la enseñanza de Jesús a una lógica fría y dura que busca dominarlo todo".
     Contra ellos cita a San Buenaventura, que pide menos "operaciones intelectuales" y "más unción", "poco a la lengua, mucho a la alegría interior" (Itinerario de la mente a Dios, VII, 4-5).
     Pone más adelante el ejemplo de San Francisco de Asís que dijo a San Antonio de Padua: "Me agrada que enseñes sagrada teología a los hermanos con tal que en el estudio de la misma no apagues el espíritu de oración y de devoción".
     El Papa Francisco insiste contra el gnosticismo: "es una de las peores ideologías, ya que, al mismo tiempo que exalta indebidamente el conocimiento o una determinada experiencia, considera que su propia visión de la realidad es la perfección".
     El gnosticismo, dice, «por su propia naturaleza quiere domesticar el misterio», tanto el misterio de Dios y de su gracia, como el misterio de la vida de los demás. Cuando alguien tiene respuestas a todas las preguntas, demuestra que no está en un sano camino y es posible que sea un falso profeta, que usa la religión en beneficio propio, al servicio de sus elucubraciones psicológicas y mentales. Dios nos supera infinitamente, siempre es una sorpresa y no somos nosotros los que decidimos en qué circunstancia histórica encontrarlo, ya que no depende de nosotros determinar el tiempo y el lugar del encuentro. Quien lo quiere todo claro y seguro pretende dominar la trascendencia de Dios", insiste el Pontífice.

   15.- Dios puede estar en vidas muy extrañas.

    "Tampoco se puede pretender definir dónde no está Dios, porque él está misteriosamente en la vida de toda persona, está en la vida de cada uno como él quiere, y no podemos negarlo con nuestras supuestas certezas. Aun cuando la existencia de alguien haya sido un desastre, aun cuando lo veamos destruido por los vicios o las adicciones, Dios está en su vida. Si nos dejamos guiar por el Espíritu más que por nuestros razonamientos, podemos y debemos buscar al Señor en toda vida humana. Esto es parte del misterio que las mentalidades gnósticas terminan rechazando, porque no lo pueden controlar".

  
16.- La doctrina se puede "explicitar" lícitamente de muchas maneras.

     "Llegamos a comprender muy pobremente la verdad que recibimos del Señor. Con mayor dificultad todavía logramos expresarla. Por ello no podemos pretender que nuestro modo de entenderla nos autorice a ejercer una supervisión estricta de la vida de los demás. Quiero recordar que en la Iglesia conviven lícitamente distintas maneras de interpretar muchos aspectos de la doctrina y de la vida cristiana que, en su variedad, «ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra». Es verdad que «a quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión»", explica, insistiendo con frases que ya usó en 2013 en Evangelii Gaudium.

   17. Cuidado con los pelagianos, los del "tú puedes".

     Si los gnósticos insisten en "la teoría", los pelagianos insisten en "la práctica", o al menos en algunas prácticas. "Los que responden a esta mentalidad pelagiana o semipelagiana, aunque hablen de la gracia de Dios con discursos edulcorados «en el fondo solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico», explica, citando su "Evangelii Gaudium" de 2013. 
     "Cuando algunos de ellos se dirigen a los débiles diciéndoles que todo se puede con la gracia de Dios, en el fondo suelen transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana, como si ella fuera algo puro, perfecto, omnipotente, a lo que se añade la gracia. Se pretende ignorar que «no todos pueden todo»", explica el Papa, citando de nuevo a San Buenaventura ("Las seis alas del serafín, 3,8) y el catecismo (punto 1735). "En esta vida las fragilidades humanas no son sanadas completa y definitivamente por la gracia", puntualiza el Papa, remitiéndose a la Summa de Santo Tomás de Aquino ("la gracia entraña cierta imperfección en cuanto no sana perfectamente al hombre").


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