ANTES COMO AHORA…
Pablo VI,
Exhortación apostólica Gaudete in Domino 9-5-1975, IV (es en it lt):
«En su cercanía a Cristo, María recapitula en sí todas las alegrías, vive la
perfecta alegría prometida a la Iglesia: “Mater plena sanctae laetitiae” y, con
toda razón, sus hijos de la tierra, volviendo los ojos hacia la Madre de la
esperanza y Madre de la gracia, la invocan como causa de su alegría: “Causa
nostrae laetitiae“. Después de María, la expresión de la alegría
más pura y ardiente la encontramos allí donde la Cruz de Jesús es abrazada con el más fiel amor, en los
mártires, a quienes el Espíritu Santo inspira, en el momento crucial de la
prueba, una espera apasionada de la venida del Esposo»
Benedicto XVI,
Ángelus en la fiesta de San Esteban 26-12-2005 (de hr es fr en it pt): «Sobre el pesebre de Belén se cierne ya la sombra de la cruz. La
anuncian la pobreza del establo donde el Niño da vagidos, la profecía de Simeón
sobre el signo de contradicción y sobre la espada destinada a traspasar el alma
de la Virgen, y la persecución de Herodes, que hará necesaria la huida a
Egipto. No debe asombrar que un día este Niño, ya adulto, pida a sus discípulos
que lo sigan por el camino de la cruz con total confianza y fidelidad.
Atraídos por su ejemplo y sostenidos por
su amor, muchos cristianos, ya en los orígenes de la Iglesia, testimoniaron su
fe con el derramamiento de su sangre. Tras los primeros mártires han seguido
otros a lo largo de los siglos hasta nuestros días.
¡Cómo no reconocer que también en nuestro tiempo,
en varias partes del mundo, profesar la fe cristiana exige el heroísmo de los
mártires! ¡Cómo no decir, además, que por doquier, incluso
donde no hay persecución, para vivir con coherencia el Evangelio hace falta
pagar un alto precio!».
Benedicto XVI,
Ángelus, 28-10-2007, palabras en español (de es fr it):
«Saludo con afecto a los fieles de lengua española. En particular, saludo a mis
Hermanos Obispos de España, a los sacerdotes, religiosos, religiosas,
seminaristas y fieles que habéis tenido el gozo de participar en la
beatificación de un numeroso grupo de mártires del pasado siglo en vuestra
Nación, así como a los que siguen esta oración mariana a través de la radio y
la televisión.
Damos
gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos
exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a él y
a su Iglesia.
Con su testimonio iluminan nuestro camino
espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como
ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Al mismo tiempo, con sus palabras y
gestos de perdón hacia sus perseguidores, nos impulsan a trabajar
incansablemente por la misericordia, la reconciliación y la convivencia
pacífica.
Os
invito de corazón a fortalecer cada día más la comunión eclesial, a ser
testigos fieles del Evangelio en el mundo, sintiendo la dicha de ser miembros
vivos de la Iglesia, verdadera esposa de Cristo. Pidamos a los nuevos Beatos, por medio de la Virgen
María, Reina de los Mártires, que intercedan por la Iglesia en España y en el
mundo; que la fecundidad de su martirio produzca abundantes
frutos de vida cristiana en los fieles y en las familias; que su sangre
derramada sea semilla de santas y numerosas vocaciones sacerdotales, religiosas
y misioneras. ¡Que Dios os bendiga!».
ORACIÓN: Dios todopoderoso y
eterno, que concediste a los mártires de España del siglo XX la gracia de morir
por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que, así como ellos no dudaron
en morir por Ti, también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu
nombre… Amen
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