Papa Francisco: Cinco tentaciones a evitar.
PALABRAS EN SU DISCURSO EN EL FINAL DEL SÍNODO DE LA
FAMILIA 2014
- La tentación del endurecimiento
hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender
por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro
de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y
alcanzar. Es la tentación de los celantes, de los escrupulosos, de los
apresurados, de los así llamados “tradicionalistas” y también
de los intelectualistas.
- La tentación del “buenismo”
destructivo, que a nombre de una misericordia engañosa venda las
heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las
causa y las raíces. Es la tentación de los “buenistas”, de los temerosos y
también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.
- La tentacion de transformar la
piedra en pan para romper el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y
también de transformar el pan en piedra, y tirársela contra los
pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7) es de transformarlo
en “fardos insoportables” (Lc 10,27).
- La tentación de descender de la cruz, para
contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de
ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de
Dios.
- La Tentación de descuidar el “depositum
fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y
patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando
¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir
nada!
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