TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 26 de julio de 2014

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 27 DE JULIO, 17º DEL TIEMPO ORDINARIO

…VENDE TODO LO QUE TIENES
Mt. 13. 44-52
        En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo». «El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra».
     «El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran».
     Lo mismo sucederá al final de los tiempos: «saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
     ¿Habéis entendido todo esto?». Ellos le responden: «Sí». Él les dijo: «Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».

Otras Lecturas: 1Reyes 3,5.7-12; Salmo 118; Romanos 8,28-30.

LECTIO:
        Jesús trataba de comunicar a la gente su experiencia de Dios y de su gran proyecto de ir haciendo un mundo más digno y dichoso para todos. No siempre lograba despertar su entusiasmo. Estaban demasiado acostumbrados a oír hablar de un Dios sólo preocupado por la Ley, el cumplimiento del sábado o los sacrificios del Templo.
  Jesús les contó dos pequeñas parábolas para sacudir su indiferencia. Quería despertar en ellos el deseo de Dios. Les quería hacer ver que encontrarse con lo que él llamaba "reino de Dios" era algo mucho más grande que lo que vivían los sábados en la sinagoga del pueblo: Dios puede ser un descubrimiento inesperado, una sorpresa grande.
    En el primer relato, un labrador «encuentra» un tesoro escondido en el campo... Lleno de alegría, «vende todo lo que tiene» y compra el campo. En el segundo relato, un comerciante en perlas finas «encuentra» una perla de gran valor... Sin dudarlo, «vende todo lo que tiene» y compra la perla.
    Algo así sucede con el «reino de Dios» escondido en Jesús, su mensaje y su actuación. Ese Dios resulta tan atractivo, inesperado y sorprendente que quien lo encuentra, se siente tocado en lo más hondo de su ser. Ya nada puede ser como antes. Empezamos a sentir que Dios nos atrae de verdad. No puede haber nada más grande para alentar y orientar la existencia. El "reino de Dios" cambia nuestra forma de ver las cosas. Empezamos a creer en Dios de manera diferente. Ahora sabemos por qué vivir y para qué. A nuestra religión le falta el "atractivo de Dios". Muchos cristianos se relacionan con él por obligación, por miedo, por costumbre, por deber..., pero no porque se sientan atraídos por él.
   A muchos cristianos se les ha presentado una imagen tan deformada de Dios y de la relación que podemos vivir con él, que la experiencia religiosa les resulta inaceptable e incluso insoportable.
   Cada domingo, se predica el Evangelio, se comentan las parábolas de Jesús y sus gestos de bondad a millones y millones de creyentes. ¿Qué experiencia de Dios comunicamos? ¿Qué imagen transmitimos del Padre y de su reino? ¿Atraemos los corazones hacia el Dios revelado en Jesús? ¿Los alejamos de su misterio de Bondad?

 MEDITATIO:                                                                                                                                                                               Detente en el sentido que tienen estas parábolas y aplícalo a tu vida de fe. Busca el mensaje que tienen para ti hoy, aquí y ahora.
     A la luz de lo que el Señor nos dice, de la necesidad de buscar el Reino de Dios, vendiendo, dejando, abandonando lo que dificulta o impide su acción en nosotros,
¿cómo estás viviendo tu fe?, ¿es Él el referente principal de tu vida, el que da sentido a todo lo que eres y a todo lo que haces?, ¿lo buscas en todas las cosas?
     Tu fe, tus creencias, tu pertenencia a la Iglesia…
¿lo consideras un tesoro, como aquello de más valor que tienes?, ¿en qué sí y en qué no?, ¿por qué? ¿de que manera te sientes implicado y comprometido con tu pertenencia a la Iglesia?
     En la vida estamos como en una red, donde convivimos con otros que piensan y viven de forma diferente y con valores diferentes, tú,
¿de qué manera buscas vivir y testimoniar tu fe ante esas personas que no viven el proyecto de Dios? ¿de qué manera anuncias con tu vida y tus actitudes que el Señor Jesús es el sentido de tu vida?
                                                                                                                                                                      
ORATIO:
   Pon tus manos sobre mí, Jesús, comunícame tu fuerza y gracia, tu anhelo y espíritu, tu capacidad de servicio y entrega.
    Pon tus manos sobre las mías, Jesús, dales ese toque que necesitan: traspásalas hasta que sepan dar y gastarse y hacerse reflejo de las tuyas.
   Déjame, Jesús, poner mis manos en las tuyas y sentir que somos hermanos con manos libres, fuertes y tiernas, que abrazan.

CONTEMPLATIO:
            En las parábolas, Jesús parte de cosas muy comunes de la vida y las usa para ayudar a las personas a entender mejor las cosas menos conocidas del Reino de Dios.
     Jesús quiere destacar, sobre todo, la alegría radiante de los que encuentran el tesoro o la perla. Su gozo es tan grande que ponen en juego su existencia. Lo mismo pasa también con el Reino de los Cielos. La Buena Nueva de ese Reino conmueve los corazones, despierta una alegría desbordante, causa una entrega apasionada. Los que oyen y comprenden esta noticia, arriesgan todo lo que tienen para ganar a Dios y su Reino.
     Jesús nos regala, en su seguimiento, la alegría verdadera. Él nos da la fuerza para ganar y arriesgar todo por lo único necesario: el Reino y la comunidad con los nuestros y con Dios.
     “… y se recoge toda clase de peces” ¿Alguna vez te has preguntado que es ser pez bueno o pez malo…? Lo importante es hacer la voluntad del Padre. No las palabras o las etiquetas que llevamos puestas (soy cristiano), sino los hechos, el vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, el vivir el evangelio.
SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA, EL VALOR DE LA ANCIANIDAD
SAN Juan Pablo II, Pp


Amadísimos hermanos y hermanas:

… la tradición, que se remonta al evangelio apócrifo de Santiago, venera a San Joaquín y Santa Ana, como padres de la santísima Virgen María. Esta circunstancia me impulsa a decir algunas palabras sobre la ancianidad y su valor …
   La así llamada «tercera edad» es, ante todo, un valor en sí, por el hecho de la vida que se prolonga, y la vida es don de Dios. Además, es portadora de «talentos» peculiares, gracias al patrimonio de experiencias, conocimientos y enseñanzas que atesora el anciano. Por eso, en todas las culturas la ancianidad es sinónimo de sabiduría y equilibrio. Con su misma presencia, la persona anciana recuerda a todos, y en especial a los jóvenes, que la vida en la tierra es una «parábola», con su comienzo y su fin: para alcanzar su plenitud, ha de referirse a valores sólidos y profundos, no efímeros y superficiales.
   En las sociedades con un gran desarrollo industrial y tecnológico, la condición de los ancianos es ambivalente: por una parte, están cada vez menos integrados en el entramado familiar y social; pero, por otra, su papel se vuelve cada vez más importante, sobre todo para el cuidado y la educación de los nietos. En efecto, los matrimonios jóvenes encuentran en los «abuelos» una ayuda a menudo indispensable.
   Así pues, por un lado, el anciano es marginado, y, por otro, es buscado. Todo esto muestra el desequilibrio típico de un modelo social dominado por la economía y el lucro, que tiende a perjudicar a las clases «no productivas», considerando a las personas más por su utilidad que por sí mismas.
En el umbral del Nuevo Testamento, precisamente san Joaquín y santa Ana preparan la venida del Mesías, acogiendo a María como don de Dios y ofreciéndola al mundo como inmaculada «arca de la salvación». A su vez, según el evangelio apócrifo de Santiago, luego son acogidos y venerados por la Sagrada Familia de Nazaret, que se convierte así en modelo de amorosa asistencia con respecto ellos.
   Imploro a san Joaquín y a santa Ana y, sobre todo, a su excelsa Hija, la Madre del Salvador, inteligencia de amor para los ancianos, a fin de que en nuestra sociedad «la familia sepa conservar, revelar y comunicar el amor» (cf. Familiaris consortio, 17).


Oración: Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a san Joaquín y a santa Ana la gracia de traer a este mundo a la Madre de tu Hijo; concédenos, por la plegaria de estos santos, la salvación que has prometido a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Chiclana acogió la Vigilia de las Espigas
Publicado: 22 de Julio, 2014 Actualizado: 12:01 - 22 de Julio, 2014
Diócesis
 
   La noche del sábado al domingo 20 de julio se celebró la tradicional Vigilia de Espigas que cada año organiza la Adoración Nocturna de la Diócesis de Cádiz y Ceuta para agradecer a Dios los frutos de la tierra.
     En esta ocasión tuvo lugar en la parroquia de San Juan Bautista de Chiclana de la Frontera, aprovechando que el templo parroquial cumple doscientos años de su bendición.
     La misa estuvo presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy, que estuvo acompañado por el consiliario diocesano del movimiento y otros sacerdotes que asisten a las diferentes secciones repartidas por la diócesis.
   Terminada la celebración comenzaron los turnos de adoración hasta el amanecer. Posteriormente, con el rezo de Laudes, se procedió a la procesión eucarística hasta la Ermita del Santo Cristo de la Veracruz, en cuyo atrio se realizó la bendición eucarística sobre los presentes y sobre toda la actividad humana.


( IV )
     +Mons. Juan Miguel Ferrer, subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.


4. Una espiritualidad verdaderamente eucarística

      Es evidente que tal espiritualidad (eucarístico-litúrgica) no es cosa que atañe sólo a los adoradores asociados, sino de todo católico. Pero los miembros de Obras eucarísticas asumen una doble obligación a este respecto, la del ejemplo y la de la promoción.
      Ejemplares en la vida espiritual y promotora, entre todos, de la espiritualidad común de todo católico, la que brota de los Sacramentos y de la Palabra de Dios, que administra la Iglesia con la asistencia del Espíritu y unida a Cristo. Singularmente esta realidad se sostiene por medio de la Eucaristía, cima de la Iniciación y alimento permanente de vida cristiana.
      Dios actúa permanentemente en medio de los seres humanos por medio de la Eucaristía (de modo eminente). Por ello, a pesar de su incomprensibilidad fuera de la fe (que ya se manifestó en Cafarnaún, tras el discurso del Pan de vida −Jn 6, 60-61−), y que llevó en los primeros tiempos a envolverla en la disciplina del arcano, la celebración eucarística posee también una dimensión apologética: es signo elocuente de la Iglesia y expresión de su misterio divino de comunión, comunión en Cristo y sus Dones, (frutos de su Misterio Pascual). Sacramento de nuestra Fe, encuentro salvador con Dios, eclosión de Verdad y de Bien, fuente de conversión y santificación, irradiante Gloria, expresión de Belleza, que genera belleza, fiesta primordial.
      Tal presencia activa de Dios en la celebración eucarística reclama la obediencia de la Fe y la decidida voluntad de participación. Participar, para cumplir el mandato “haced –esto– en memoria mía”. Por eso la máxima expresión de participación será, en lo ritual, la comunión sacramental y, en lo existencial, la santidad. Pero estas realidades culminantes vienen precedidas de todo un proceso, litúrgico y de conversión-santificación.

      En lo litúrgico  la comunión está precedida por ir y entrar en la iglesia, por acudir a la celebración, por reconocer-se indigno (siempre) de entrar en la presencia de Dios (acercarse al altar y acto penitencial), por fijar la mirada en Él (kyries, gloria, “oremos”), por escuchar a sus voceros (lecturas del AT o de las Epístolas), por alzarnos gozosos a escuchar al Verbo encarnado en el Evangelio y asimilar todo esto eclesialmente (homilía); para proseguir, renovado el empeño, queriendo actualizar su memorial (presentación de los dones) y acompañándole espiritualmente con nuestra ofrenda sobre el altar del Sacrificio; entonces, Palabra suya y materia nuestra se encuentran sobre la “piedra-escala” (altar) y la Plegaria Eucarística, con las palabras institucionales y la invocación del Espíritu, consagra los dones y misteriosamente nos dispone y acerca al Sacramento en una progresiva aproximación e identificación con el mismo, obra toda de Dios, que espera nuestra acogida religiosa y de fe (“hágase en mi según tu palabra”, María modelo de participación); finalmente Padrenuestrorito de la paz y fracción del pan buscan abrir y disponer totalmente mentes y corazones para la comunión eucarística que, proyectada hacia la vida (oración, bendición y envío: nótese aquí que aun cuando no se haya podido comulgar, por circunstancias personales, la participación gradual en la eucaristía obtenida hasta la “presentación de dones” o hasta la solemne conclusión de la “Plegaria Eucarística” es ya una gracia de conversión que se proyecta a la vida y prepara una participación más perfecta), reclama una “asimilación” personal y comunitaria en la oración y la adoración.

    En lo existencial el proceso, fundado y alimentado por la Eucaristía y guiado por la Reconciliación sacramental, llevará a un crecimiento orgánico y progresivo de la identificación con Cristo que excluye el pecado y abraza cada vez más la voluntad del Padre que se expresa en operosa caridad (Dios es amor −1 Jn 4, 16−).
      El “haced esto” evidentemente no puede limitarse a un obrar ritual, implica el Rito, mediante el cual la acción de Dios se actualiza entre nosotros y se hace accesible, pero va más allá del mismo reclamando no un simple mimético acompañamiento del Maestro (como de teatro), sino un real acto esponsal, de libre entrega e identificación con Él. Como diría san Pablo: “vivo yo, más ya no soy yo, que es Cristo que vive en mí” (Gal 2, 20). Por eso el mismo Rito se llena de trascendencia, excluye toda improvisación o trivialidad y reclama, en su reiterabilidad, una creciente conciencia y compromiso personal. Algo que tiende a actos intensos de amor que sacuden y reestructuran, desde dentro, la propia persona. Actos que se convierten en vivencias que fundan y desarrollan la fe y que transforman, a quien los vive, en testigo de la Persona y obra de Cristo. Tal experiencia del Misterio forma la trama de la mística cristiana y precisa de amplios espacios de asimilación, que prolongan la celebración eucarística en oración y adoración (como hacía la Virgen María cuando “conservaba todo esto en su corazón” Lc 2, 51).
      Esta Espiritualidad es la que se refleja en la vida de la primitiva Comunidad de Jerusalén (sumarios de Hch 2 y 4) y que ha sido como un punto permanente de referencia en la historia de la Iglesia siempre que ésta ha querido purificarse, reformarse, para cumplir mejor su misión, para ser más fiel al mandato de Cristo.

viernes, 25 de julio de 2014

En la Solemnidad de Santiago Apóstol, Patrón de España


AVISO PARA ADORADORAS/ES DEL TURNO NÚM. 5 DE MARÍA AUXILIADORA Y SAN JOSÉ

     En el presente año dos mil catorce, el día 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de España y fiesta de precepto en el calendario católico, es día laborable en nuestra Comunidad autónoma de Andalucía. En consecuencia, y para conocimiento de los fieles, procede dar las siguientes normas:

1. Se mantiene el precepto de dicha solemnidad, con obligación de participar en la celebración de la Eucaristía.

2. Se dispensa de la obligación del descanso a aquellos fieles que por sus compromisos laborables no puedan hacerlo.

sábado, 19 de julio de 2014

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 20 DE JULIO, 16º DEL TIEMPO ORDINARIO

… EL QUE TENGA OIDOS QUE OIGA.
Mt. 13. 24-43
            En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”.
        Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho”. Los criados le preguntan: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?”. Pero él les respondió: “No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».     
        Les propuso otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo;  aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas».
        Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».  Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».
        Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo».  Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos el Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.

Otras Lecturas: Sabiduría 12,13.16-19; Salmo 85; Romanos 8,26-27.

LECTIO:
            Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse.
      A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad del Padre. Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que siembra la cizaña.
        Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces.
       San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio".
        El campo es la tierra donde vivimos juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los campos la forma del trigo es casi la misma que la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. 
        Somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el enemigo cuando no lo esperamos, a veces envuelto en medias verdades o para nuestro bien aparente. El mundo y nosotros mismos, estamos guardados por el Sembrador. Él quita las yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.
        Lo pequeño y lo débil está simbolizado en la parábola del grano de mostaza. La eficacia del Evangelio no reside en lo grande y en lo fuerte según los valores de la sociedad. No se mide por el ruido y la publicidad que se hace. El Reino de Dios crece en silencio, en el interior de todo hombre de buena voluntad.
      La levadura no se ve cuando está en el interior de la masa, pero convierte el pan en esponjoso y sabroso, agradable a la vista y al gusto. El Reino necesita de nuestro trabajo. La petición venga a nosotros tu reino, nos indica que Dios espera nuestra colaboración.
        La levadura, como la semilla, es el mismo Jesús, sembrado y metido en el interior de la historia humana. El cristiano, como Jesús, debe ser levadura en la masa. No debe evadirse de los problemas de la sociedad, debe ser fermento y dar fruto.

MEDITATIO:      
     Dios lleva adelante su proyecto con cosas pequeñas, pobres, insignificantes. 
¿Y tú tienes prisa por llevar a término la misión que Dios te ha encomendado? ¿Sabes esperar con paciencia como Jesús?
     Jesús enseña que seamos respetuosos y pacientes con el proceso de crecimiento de cada persona.
¿Impones a los demás tu modo de ver y opinar? ¿Dialogas para comprender la situación del otro? ¿Te pones en su piel?
     El Señor nos habla de una situación que vivimos a diario: la presencia del mal, de aquellas realidades que impiden que crezca el Reino de Dios,
¿cuál es tu actitud ante las situaciones inhumanas, e injustas en los distintos ambientes en los que participas: familia, trabajo, comunidad, amigos…? ¿Procuras ser presencia de Dios, testigo de amor, y de verdad, en las diversas circunstancias?
     La Palabra hoy nos pide que seamos consciente de que debemos ser levadura para los demás, que debemos contagiar nuestra fe para que otros conozcan al Señor,
¿puedes decir que tu fe es contagiante, como lo es la levadura para la masa?, ¿de qué manera, de que forma, en qué colaboras para que otros puedan conocer y amar al Señor?.
                                                                                                                                                                 
 ORATIO:
     Señor, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame fuerza para arrancar la cizaña que he dejado crecer en mi vida.
     Me entrego a ti como soy, y con todo lo que soy. No quiero que haya en mí nada que no te pertenezca.
     Quiero vivir con autenticidad y entregarme a mis hermanos.

CONTEMPLATIO:
     La buena semilla, la presencia de Jesús en nosotros, es activa, nos fortalece, santifica y protege de los avatares del mundo. Produce el amor que combate la maldad y no se deja asfixiar por la cizaña.
     Dios es paciente contigo porque te ama. Deja crecer tu cizaña junto al trigo porque no quiere que ninguna de tus cualidades (sus granos de trigo) se pierdan. Conoce tus limitaciones y sabe que necesitas tiempo y esfuerzo. ¿Te aceptas tal como eres: tus cualidades, tus defectos, tus prisas, tus impaciencias…? ¿Dejas que Él te transforme? ¿Qué obstáculos pones a que la buena semilla, el amor de Jesús crezca en ti?
“Dejadlos crecer juntos…” ¿Cómo puedes dejar crecer juntos el trigo y la cizaña?
Estando en el mundo, pero sin ser del mundo
Viviendo el mandamiento del amor
Teniendo misericordia con los más necesitados
Siendo solidarios con los más humildes
Viendo con alegría el servicio y la entrega
Siendo signo de contradicción
Anunciando y defendiendo la verdad
Renunciando a todo por el Señor
Buscando que el Señor sea la razón de tu vida.
50 IDEAS DESTACADAS DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA  EVANGELII GAUDIUM DEL PAPA FRANCISCO
(IV)
SELECCIÓN DE TEXTOS REALIZADA POR RICARDO ACOSTA NASSAR.


LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO llena el corazón y la vida entera de los que encuentran a Jesús…

31.     “Lo que debe procurarse, en definitiva, es que la predicación del Evangelio, expresada en categorías propias de la cultura donde es anunciado, provoque una nueva síntesis con esa cultura”.

32.   “Pensar cómo hacer llegar la propuesta del Evangelio a la diversidad de contextos culturales y de destinatarios”.

33.   “Las Universidades son un ámbito privilegiado para pensar y desarrollar este empeño evangelizador de un modo interdisciplinario e integrador”.

34.   “El ser humano está siempre culturalmente situado: naturaleza y cultura se hayan unidas estrechísimamente. La gracia supone la cultura, y el don de Dios se encarna en la cultura de quien lo recibe”.

35.   “La preparación de la predicación es una tarea tan importante que conviene dedicarle un tiempo prolongado de estudio, oración, reflexión y creatividad pastoral”.

36.   “La predicación consistirá en esa actividad tan intensa y fecunda que es «comunicar a otros lo que uno ha contemplado»”.

37.    “Un predicador es un contemplativo de la Palabra y también un contemplativo del pueblo”. “No sólo la homilía debe alimentarse de la Palabra de Dios. Toda la Evangelización está fundada sobre ella, escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada”.

38.   “Los migrantes me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos”.

39.   “Recordar a nuestros santos que inculturaron el Evangelio en la vida de nuestros pueblos, a recoger la rica tradición bimilenaria de la Iglesia, sin pretender elaborar un pensamiento desconectado de ese tesoro, como si quisiéramos inventar el Evangelio”.

40.     “La mística popular acoge a su modo el Evangelio entero, y lo encarna en expresiones de oración, de justicia, de lucha y de fiesta”.