Es en el momento
definitivo del silencio eterno cuando surge una liturgia especial que lo conmemora.
La Iglesia, en la misa, en el oficio de difuntos y en el ritual de las
exequias, siempre se sirvió del canto gregoriano para acompañar y revestir esa
liturgia.
Asistimos hoy al abandono de estos cantos
por la propia institución eclesiástica, razón que nos mueve, si no a
reivindicar la recuperación de la liturgia cantada, sí a su contemplación y
audición en los lugares donde otrora se escucharon.
LA MISA DE
RÉQUIEM
Formó parte de la liturgia desde los
primeros momentos. Existen evidencias de su celebración ya en el siglo II,
aunque bien pudiera ser incluso anterior. Los textos y sus diferentes partes
podían variar de una diócesis o, incluso, de una iglesia a otra. Fue en el Concilio
de Trento (1545-63) cuando se fijaron sus partes y textos: el misal del papa
Pío V prescribía así las secciones del ordinario y del propio:
- Introito: Requiem aeternam
- Kyrie: Propio de la misa de difuntos
- Gradual: Requiem aeternam
- Tracto: Absolve Domine
- Secuencia: Dies irae
- Ofertorio: Domine Iesu Christe
- Sanctus: Propio de la misa de difuntos
- Agnus Dei: Propio de la misa de difuntos
- Comunión: Lux aeterna.
Con anterioridad, por lo menos hasta el
siglo IX, se incluyó el Alleluia; en cambio, la secuencia Dies irae no formó parte de la misa
hasta el siglo XIV.
La reforma litúrgica del Concilio Vaticano
II elimina la secuencia Dies irae, y la traslada al fin del año litúrgico como himno
para la semana que antecede al primer domingo de Adviento...
Lux aeterna luceat eis,
Domine:
cum sanctis tuis in aeternum:
quia pius es.
Requiem aeternam dona eis,
Domine,
et lux perpetua luceat eis:
Cum sanctis tuis in aeternum:
quia pius
es.
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Que la luz eterna, Señor, les ilumine
con tus santos para siempre,
porque eres piadoso.
Concédeles, Señor, el descanso eterno
y alúmbreles la luz perpetua.
Con tus santos para siempre,
porque eres piadoso.
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OFICIO
DE DIFUNTOS
Conjunto de lecturas y salmos que se
recitaban ante los muertos, antes de la sepultura, por los miembros de las
comunidades religiosas durante los primeros tiempos del cristianismo.
A partir del siglo VIII, la oración por
los difuntos entró a formar parte del oficio monástico y a lo largo del siglo
IX pasó a difundirse por todos los cenobios benedictinos del Occidente Europeo…
ORDO EXSEQUIARUM
Por otra parte, existía y existe
actualmente el denominado Ordo exsequiarum, o rito de exequias, en el que se dispone la
liturgia adecuada para la vela por el difunto, el traslado a la iglesia, la despedida,
el traslado al cementerio y la sepultura. Participan de esta liturgia el
responsorio Liberame, Domine…
Libera me, Domine, de morte
aeterna, in die illa tremenda:
Quando caeli movendi sunt et
terra:
Dum veneris judicare saeculum
per ignem.
Tremens factus sum ego, et
timeo,
dum discussio venerit, atque
ventura ira.
Quando caeli movendi sunt et
terra.
Dies illa, dies irae,
calamitatis et miseriae,
dies magna et amara valde.
Dum veneris judicare saeculum
per ignem.
Requiem aeternam dona eis,
Domine:
et lux
perpetua luceat eis.
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Líbrame, Señor, de la muerte eterna
en aquel día terrible:
Cuando los cielos y la tierra tiemblen.
Cuando vengas a juzgar al mundo con fuego.
Me lleno de temor y de miedo esperando el
juicio y la cólera que llegará.
Cuando los cielos y la tierra tiemblen.
Ese día, día de ira, de calamidad y miseria,
extenso y en extremo amargo.
Cuando vengas a juzgar al mundo con fuego.
Concédeles, Señor, el descanso eterno
y alúmbreles la luz
perpetua.
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