Disfrutad del verano, que es
un regalo de Dios
Descanso no es sinónimo de vaciedad sino que debe ser
un tiempo de aprovechamiento evangelizador.
Vivamos el descanso como lo que es, un
adelanto de lo que será nuestra vida eterna: centrados en lo esencial, disfrutaremos
sin ansiedad de una novedad siempre mayor. Quien se deja llevar de la mano por
el Maestro “a un lugar a parte a descansar” como los discípulos (cf. Mc 6, 30-34) descubre este
nuevo horizonte. Entonces habitaremos y transformaremos nuestro ambiente de
ocio en vez de que él nos transforme a nosotros vaciándonos y dejándonos más
cansados de cómo empezamos.
Con Cristo
no hay stress post vacacional porque nuestro descanso se convierte en el tiempo
para redescubrir el sentido precioso y lleno de valor de nuestra vida.
Disfrutad del verano, que es un regalo de Dios.
+Rafael Zornoza Boy
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