TIEMPO LITÚRGICO

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viernes, 15 de abril de 2016

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 17 DE ABRIL, 4º DE PASCUA (Comentario de + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm-Arzobispo de Oviedo)

«COMO PASTOR BUENO»

Jn. 10.27-30
            En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
       Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Otras Lecturas: Hechos 13,14-43-52; Salmo 99; Apocalipsis 7,9.14b-17       
  

LECTIO:
                Este corto evangelio  nos está invitando a que hagamos un particular y personal examen de conciencia: ¿cuándo y cómo escuchamos la voz del Señor? ¿Cómo seguimos en nuestra vida a Jesús? ¿En qué se nota?
       A continuación el texto muestra lo que el buen Pastor hace por sus ovejas: las conoce a cada una por su nombre. Si Dios sabe su nombre, hará que no mueran para siempre, las conservará a su lado. Esto Jesús lo hace no con su fuerza, sino con la fuerza del  Padre.
       El evangelio de Juan es el evangelio que más resalta la estrecha relación que hay entre el Padre y el Hijo. Aquí está relación está afirmada con toda solemnidad: Yo y el Padre somos uno. Jesús trata a sus ovejas con el amor del Padre. En el cariño de Jesús hacia sus ovejas, hacia todas, vislumbramos y experimentamos cómo es el corazón de Dios.
       Jesús es el buen Pastor que se mezcla con sus ovejas hasta el extremo de dar la vida por ellas. ¿Qué podemos añadir? Quizás una sencilla oración: gracias, Señor, por ser nuestro buen Pastor.
                    
  MEDITATIO:                   
   Contemplando este pasaje del Evangelio, podemos entender el tipo de relación que Jesús tenía con sus discípulos: una relación basada en la ternura, en el amor, en la comprensión mutua y en la promesa de un don incomparable: "yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia". Esta relación es el modelo de las relaciones entre los cristianos y las relaciones humanas. (Papa Francisco).
   Sólo el Resucitado es el verdadero Pastor, que nos da la vida en abundancia. Animo a todos a confiar en el Señor que nos guía. Pero no sólo nos guía, nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos con la mente y el corazón abiertos su Palabra, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio. (Papa Francisco).
  Jesús es el Buen Pastor, las ovejas escuchan su voz y lo siguen... Jesús, un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios: ¡no negociaba nunca las cosas de Dios! Pero las decía de tal forma que el pueblo amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían. (Papa Francisco).
   ¿A mí a quien me gusta seguir? … Que esta pregunta nos haga llegar a la oración y pedir a Dios, al Padre, que nos haga llegar cerca de Jesús para seguir a Jesús, para asombrarnos de lo que Jesús nos dice. (Papa Francisco).
    Los sacerdotes necesitan de nuestra oración y de nuestro apoyo, para que el Señor les dé a todos el don de la santidad y de la perseverancia en su vocación. Este domingo se celebra el Día Mundial de Oración por las Vocaciones. …"toda vocación requiere un éxodo de sí mismos para centrar nuestras vidas en Cristo y en su Evangelio". La llamada a seguir a Jesús es a la vez emocionante y desafiante. Para que se realice es necesario siempre entrar en una profunda amistad con el Señor para vivir de Él y para Él. (Papa Francisco).   
                                                   
ORATIO:
     Señor Jesús, «pastor bello», venido a guiarnos a los pastos de la vida, haz que se nos conceda entrever, aunque sólo sea un instante, el fulgor de tu belleza, para que arrebatados por ella te sigamos con ardor, sin que nunca más nada ni nadie nos lisonjee o nos seduzca. 

Jesús, Buen Pastor,
queremos seguir tus pasos,
danos tu Espíritu,
para aprender a vivir en la misericordia.

     Que todo hermano nuestro sea pura transparencia de tu rostro, hasta que, después de haberte amado y servido en cada uno de ellos, gustemos la alegría de contemplarte eternamente en la luz sin ocaso de los pastos eternos.

CONTEMPLATIO:
“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen…”

     Jesús es muy claro. Jesús no fuerza a nadie. Él solamente llama. La decisión de seguirle depende de cada uno de nosotros. Solo si le escuchamos y le seguimos, establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna.

“…y yo les doy la vida eterna”

Nada hay tan decisivo para ser cristiano como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús.

…  Oh Señor, aliméntanos con los pastos de tu justicia. Oh Maestro, apacienta a tus ovejas en tu santo monte: la Iglesia, que está en lo alto, más alto que las nubes, [...] Así demuestra que es el único buen pastor. Es generoso y magnífico aquel que llega hasta el punto de entregar su vida por nosotros. Está verdaderamente al servicio de los hombres y lleno de bondad aquel que, pudiendo ser Señor del hombre, quiso ser su hermano. Bueno hasta el punto de morir por nosotros   (Clemente de Alejandría)

1 comentario:

  1. El Buen Pastor era una imagen cercana para aquellos oyentes de Jesús, tan acostumbrados al pastoreo tanto en su vida nómada como en la asentada. Pero aquella parábola era casi una crónica autobiográfica de Jesús en relación con aquellas gentes: no ser extraño ni extrañarse, dar vida y darse en la vida, hasta dejarse la piel antes que nadie pueda arrebatarlas. Aquí se dibujaba el estupor ante Jesús que experimentaban cuantos oían su voz y ya no dejarían de reconocerla permaneciendo junto a Él.
    En esa convivencia con Jesús, rápidamente se entendía su “secreto”. Y consistía en que este Maestro no estaba huérfano: tenía un Padre, en cuyas manos Jesús cuidaba sus ovejas, y de allí nadie podrá arrebatarlas. Jesús, el Padre, nosotros. El Pastor, el Redil, las ovejas. Como en la metáfora del evangelio y como en la vida de cada día. En nuestro mundo, hay tantas voces de gente que se ofrece a “cuidarnos” y a velar por nuestras mil “seguridades”. Pero uno sospecha de tanto favor “desinteresado” cuando en el fondo te ves a la intemperie, cargado de avisos, de normas, de recortes, de intereses y controles, de amenazas... y con demasiado poco corazón, buscando tal vez tan sólo que compremos su marca, o votemos sus siglas, o coreemos su afición. El Buen Pastor no tenía ninguno de esos precios, sino que el dar la vida se hacía gratis, por amor.
    No obstante, aquel Buen Pastor no se quedó allí, hace dos mil años. Él ha prometido su presencia y cercanía hasta el final de los tiempos. Seremos “ovejas” de tan Buen Pastor si también nosotros oímos su voz, palpamos su vida entregada, y las manos del Padre de las que nadie nos podrá arrebatar. En la medida en que permanecemos en ese Pastor Bueno, crece nuestro corazón y se ve rodeado de una paz que no engaña, y de una esperanza sin traición. Tenemos necesidad de pastores que nos recuerden las actitudes del Buen Pastor, y debemos pedir al Señor que nos bendiga con muchos y santos sacerdotes según el corazón de Dios. Pero cada uno, desde la vocación que haya recibido, debe testimoniar lo que supone la compañía de tal Buen Pastor: dejarse pastorear es dejarse conducir hacia el destino feliz para el que fuimos creados, para que aquello que Él nos prometió se siga cumpliendo, y esto llene de alegría a nuestro corazón, de esa alegría de la pascua, que como las ovejas de Jesús de las manos del Padre, nadie nos podrá arrebatar.

    + Jesús Sanz Montes, ofm-Arzobispo de Oviedo

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