La
Virgen del Carmen y Santiago apóstol
En estos días calurosos de verano se
enciende el fervor hacia la Virgen del Carmen, por la que el pueblo cristiano
siente especial devoción. Hemos celebrado novenas y triduos para prepararnos a
su fiesta y llegados al 16 de julio, la Virgen recorre nuestras calles y
bendice a sus hijos devotos, entre los que se encuentran especialmente las
gentes del mar. El calendario cristiano está lleno de fiestas en honor de
nuestra Madre, y una de las más populares es ésta de la Virgen del Carmen,
prenda de salvación para quienes acuden a ella.
En la
devoción a la Virgen del Carmen es clave su santo escapulario, signo de
protección de María Santísima hacia sus hijos, recordatorio constante de tener una Madre que me
cuida, garantía de salvación si no me suelto de su mano. Y si llegara a
soltarme, ella me buscará: "...aunque mi amor te olvidare, tú no te
olvides de mí". Las almas del purgatorio están especialmente confiadas a la Virgen del Carmen, y a ella especialmente acudimos para interceder por
los que aún se están purificando para entrar en el banquete del Reino.
La Virgen del Carmen ha inspirado en la
historia de la fe una larga estela de santidad, que arranca del Monte Carmelo.
El profeta Elías, contemplativo por excelencia, pidió agua para su tierra
reseca y obtuvo en preanuncio en aquella nubecilla que precedió a la lluvia
implorada. María es esa nubecilla cargada de gracia que trae al mundo el
torrente de amor de su Hijo divino. Desde la altura del Monte Carmelo, donde se
conserva la cueva de Elías el orante, se divisa un paisaje precioso del mar
cuyos vientos traen las nubes que empapan la tierra. Inspirados en aquel santo
profeta, surgió la familia religiosa del Carmen, teniendo a María como
protectora. Es la familia carmelita, que tantos santos ha dado a la Iglesia. Y
en esa familia, Santa Teresa de Jesús, que supuso una fuerte renovación para la
Iglesia, en su tiempo y hasta nuestros días. Precisamente en este año
celebramos los 500 años de su nacimiento, un año de júbilo que quiere intensificar también
precisamente esta devoción a la Virgen del Carmen.
A los pocos días, el calendario litúrgico nos presenta
la fiesta solemne de Santiago apóstol, patrono de España, el día 25 de julio. Al ser día laborable, a muchos
puede pasarles desapercibido. Sin embargo, es día de precepto de oír Misa y
descanso laboral, del que están dispensados los que no tengan más remedio que
ir al trabajo. Busquemos en el día o en su víspera acudir a la Santa Misa para
honrar al Patrono de España, bajo cuyo patrocinio se ha difundido la fe cristiana y
se ha mantenido hasta el día de hoy en nuestro suelo, a pesar de tantas dificultades a lo largo de los
siglos. También hoy, España necesita el patrocinio del apóstol Santiago. Según
la piadosa tradición, él predicó en las tierras de España el Evangelio de
Cristo y fue
visitado por la Virgen en Zaragoza para consolarle en sus fatigas apostólicas,
dejándole el regalo firme de su Pilar bendito.
La invocación constante del apóstol
Santiago ha mantenido la fe en España y la ha llevado hasta los pueblos de
Latinoamérica, donde es invocado en muchos lugares como glorioso Patrón. El
hecho de vivir en un Estado aconfesional no significa que renunciemos a
nuestras raíces cristianas, y entre éstas se encuentra el patrocinio poderoso
de Santiago el Mayor, que fue degollado en tiempos del rey Herodes por su
fidelidad a Jesucristo. Hoy quizá más que nunca necesitamos esta valiosa
intercesión del Amigo del Señor, testigo de los momentos más íntimos
de la vida de Jesús, como fueron la
transfiguración en el monte Tabor o la angustiosa oración de Getsemani. También hoy necesitamos
recordar el testimonio valiente de su martirio, para no arrugarnos ante la
urgente tarea de la evangelización.
Amigo del Señor, misionero infatigable,
testigo de un amor hasta derramar su sangre. En Santiago apóstol encontramos el
modelo de discípulo misionero que necesita hoy la Iglesia para anunciar el gozo
y la alegría del Evangelio. El camino de Santiago, camino hasta el sepulcro del
apóstol en Compostela, se ha convertido en una parábola permanente de la vida
humana, que camina al encuentro del Señor…
Además de los múltiples campamentos de
verano, en los que participan muchos niños y jóvenes de nuestra diócesis, los
jóvenes europeos se preparan para el Encuentro Europeo de Jóvenes en Ávila,
bajo el lema teresiano "A tiempos recios, amigos fuertes de Dios".
También los jóvenes cordobeses, que viajarán hasta la ciudad de Santa Teresa de
Jesús para este Encuentro, preludio de la Jornada Mundial de la Juventud en
Cracovia en 2016, dentro de un año, que tendrá por lema: "Dichosos los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia", en pleno Año de la
Misericordia.
El verano se convierte así
en tiempo de encuentro, de formación, de evangelización. Que quienes puedan disfrutar de vacaciones las
empleen para estos encuentros o actividades similares, de manera que podamos
afrontar el futuro, el próximo curso, con ánimo renovado.
Recibid
mi afecto y me bendición:
+ Demetrio
Fernández, obispo de
Córdoba.
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