TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 20 de octubre de 2012

INDULGENCIA  PLENARIA EN EL AÑO DE LA FÉ

            Desde hoy (11 de Octubre de 2012), y hasta el 24 de de noviembre de 2013, el Papa ha concedido una indulgencia plenaria a quienes durante El Año de la Fe cumplan determinadas condiciones.
        La indulgencia, no tiene nada que ver con la imagen que con frecuencia se ha dado de la misma en los libros de Historia. La indulgencia Plenaria no es comprar el cielo gracias a una limosna, o gesto de mortificación. Tras haber confesado el pecado y recibir el perdón de Dios, la indulgencia implica para el fiel unirse a un movimiento interior de purificación que  es acompañado por actos concretos.
        Según Decreto firmado en nombre del Papa, el cardenal Manuel Monteiro de Castro, Penitenciario Mayor de la Penitenciaría Apostólica durante el Año de la Fe los fieles  “podrán conseguir la indulgencia plenaria de la pena temporal por los propios pecados, impartida por la misericordia de Dios, aplicable  en sufragio de las almas de los fieles difuntos, todos los fieles verdaderamente arrepentidos, debidamente confesados,  que hayan comulgado sacramentalmente y que recen según las oraciones del Pontífice”.
        Para  ello y como gesto de purificación, los fieles recibirán la indulgencia “cada vez que participen, al menos, en tres momentos de predicación durante las Sagradas Misiones”, que tendrán lugar durante  El año de la Fe, “o al menos, en tres lecciones sobre los actos del Concilio Vaticano II y sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia en cualquier iglesia o lugar idóneo”.
        Los bautizados también podrán recibir la indulgencia “cada vez que visiten en peregrinación una basílica papal, una catacumba cristiana, o un lugar sagrado designado por el obispo del lugar para el Año de la Fe  (por ejemplo , basílicas menores, santuarios marianos o de los apóstoles y patronos)  y participen en una ceremonia sacra o, al menos se recojan en meditación y concluyan con el rezo del Padrenuestro , la Profesión de fe, en cualquier forma legítima, las invocaciones a la Virgen María y, según el caso, a los santos apóstoles o Patronos”.
        Será posible ganar la indulgencia cada vez que, en los días determinados por el obispo del lugar para el Año de la Fe, los bautizados  “participen  en cualquier lugar sagrado en una solemne celebración eucarística, o en la Liturgia  de las Horas, añadiendo la Profesión de fe  en cualquier forma legítima”.
        Sera también posible recibir la indulgencia quienes visiten durante el Año de Fe “el baptisterio o cualquier otro lugar donde recibieron el sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales de cualquier forma legítima”.
        El documento concluye recordando que los fieles que, “por enfermedad o justa causa”, no puedan salir de casa o del lugar donde se encuentren, podrán obtener la indulgencia plenaria si, “unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes, particularmente cuando las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos se transmitan  por radio o televisión, recen, allí donde se encuentren, el Padrenuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima  y otras oraciones conformes  a la finalidad  del Año de la Fe ofreciendo sus sufrimientos o los problemas de su vida”.
del Semanal Alfa y Omega

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