TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 19 de diciembre de 2020

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 20 DE DICIEMBRE DEL 2020, 4º DEL ADVIENTO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

 «HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA»

 

Lc. 1. 26-38

 

     En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.      El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»

    Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel se retiró.

 

Otras Lecturas: 2Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16; Salmo 88; Romanos 16, 25-27

 LECTIO:

     Hay dos trazos en el lienzo de la Anunciación que nos pueden ayudar también a nosotros a comprender la obra de arte de nuestra propia vida cuando dejamos que la pinte y la inmortalice el talento de Dios.

     En primer lugar, se le dice a María: no temas. Tengo la impresión que hay muchos creyentes que tienen en secreto miedo a Dios, como si lo que Él nos fuese indicando fuera algo inevitable pero indeseado [...]     Luego: mira a tu prima Isabel. El ángel está proponiendo a María… reconocer que la fidelidad de Dios se hace historia y se hace también geografía, en las personas y en los lugares en donde se nos ha narrado el amor de Dios […] Mirar a Isabel significó en María, y significa en nosotros, descubrir que el Señor nos consuela y nos estimula haciéndonos ver de un modo plástico y realista, que cuanto nos propone no es una quimera irreal sino una historia verificable en personas significativas que el mismo Señor nos pone al lado como una dulce compañía en la aventura de vivir y de creer.

     Esa historia tiene su punto culminante en el envío de Jesús, el Hijo de Dios, nacido de mujer en la plenitud del tiempo. Pero ese punto es posible por el sí de una joven que se fio de Dios y creyó hasta el fondo que todo eso que es imposible para los humanos, no lo es para Dios. María dijo sí, y en ese sí Dios escribió el suyo eterno. El Señor nos conceda entrar en esos dos "síes": el de Dios y el de María. (Jesús Sanz Montes. Arzobispo de Oviedo)

 

MEDITATIO:

     En este pasaje evangélico podemos notar un contraste entre las promesas del ángel y la respuesta de María… El ángel dice a María: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús… Y después la pregunta de María, con la que Ella pide explicaciones. (Papa Francisco)

    La respuesta de María es una frase breve que no habla de gloria, no habla de privilegio, sino solo de disponibilidad y de servicio: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra»… María no se exalta frente a la perspectiva de convertirse incluso en la madre del Mesías, sino que permanece modesta y expresa la propia adhesión al proyecto del Señor. María no presume… Al mismo tiempo, es consciente de que de su respuesta depende la realización del proyecto de Dios, y que por tanto Ella está llamada a adherirse con todo su ser. (Papa Francisco)

     María dice: «He aquí la esclava del Señor»; y el Hijo de Dios, entrando en el mundo dice: «He aquí que vengo […] a hacer, oh Dios, tu voluntad». La actitud de María refleja plenamente esta declaración del Hijo de Dios, que se convierte también en hijo de María. Así la Virgen se revela colaboradora perfecta del proyecto de Dios, y se revela también discípula de su Hijo. (Papa Francisco)

 ORATIO:

  Como a María, haznos a nosotros hombres y mujeres obedientes. Escúchanos también a nosotros, miembros de tu pueblo, estando en comunión contigo, a darte sin dudar los "síes" que nos pidas.

 “Hágase en mí según tu palabra…”

Para que Tú me vivifiques en ti.

Para que Tú puedas actuar por mí.

Para que viva solo por ti y para ti.

 CONTEMPLATIO:

«Aquí está la esclava del Señor»

      En este domingo, María se convierte en aquella mujer que tiene en su seno la esperanza deseada y que nos invita a esperarlo en la noche de la fe, en la alegría de que es siempre puntual a la cita, aunque se haga esperar y que nos pide tres actitudes del corazón.

     La alegría de saber, ésta es la primera señal de autenticidad, de que estamos en la voluntad de Dios, porque ni el enemigo, ni el mundo saben proporcionarnos alegría de verdad […] Hay una segunda llamada a no tener miedo; “No temas, María” porque has hallado gracia delante de Dios. El miedo no debe ser nunca la tierra que pisamos los cristianos […] aunque es humano, acaba haciéndose inhumano y tremendamente triste. Sólo la confianza nos hace recobrar la alegría de verdad. Podemos sentir miedo, el mismo Jesús lo experimentó, pero hay que atravesarlo, no quedarse en él, pues “sabemos de quien nos hemos fiado”.

     Por último se nos invita a creer en el Dios de lo imposible.  El único Dios que existe y puede existir, el Dios de lo imposible. En el que creyó María y la Iglesia que sabe que después de todas las noches viene galopando el Amor y que se alegra con que  Dios ame tanto nuestra pobreza y que se enamore de Aquella que dijo “El Señor ha mirado la humillación de su esclava”. ((+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo, Primado de España)

 

 

 La salutación del ángel es uno de los cánticos más hermosos que podemos dirigir a la gloria del Altísimo. Por eso repetimos esta salutación para agradecer a la Santísima Trinidad sus múltiples e inestimables beneficios. Alabamos a Dios Padre, porque tanto amó al mundo, que llegó a darle su único Hijo para salvarle. Bendecimos al Hijo, porque descendió del cielo a la tierra, porque se hizo hombre y porque nos ha redimido. Glorificamos al Espíritu Santo porque formó en el seno de la Virgen Santísima el cuerpo purísimo de Jesús, que fue la víctima de nuestros pecados. Con este espíritu de agradecimiento debemos rezar la salutación angélica, acompañándola de actos de fe, esperanza, caridad y acciones de gracias por el beneficio de nuestra salvación. (Luis Mª Grignion de Montfort)

1 comentario:

  1. María es la gran protagonista del Adviento por su humildad. Ella le esperó con inefable amor de Madre.
    El Adviento con María que lleva en su seno virginal la esperanza deseada, es una llamada a la alegría. Alegrarse de que Dios quiera venir a vivir nuestra vida, para que nosotros vivamos la suya. Todo lo humano es digno de ser vivido, porque lo puedo vivir unido a Cristo.
    La llamada del arcángel Gabriel de parte de Dios, es a no tener miedo. El Señor cumple sus promesas aunque se haga esperar y nos conduce con su bondad y misericordia, que nos acompañan todos los días de nuestra vida.
    El misterio de la Navidad es creer con María, que para Dios nada hay imposible y vivir cantando el Magníficat, porque Dios se manifiesta y se hace presente en nuestras pobrezas.

    + Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
    Primado de España

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