TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 2 de mayo de 2020

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 3 DE MAYO DEL 2020, 4º DE PASCUA - JORNADA MUNDIAL POR LAS VOCACIONES (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

«YO SOY LA PUERTA: QUIEN ENTRE POR MÍ SE SALVARÁ»

Jn. 10. 1-10
   
En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera.
Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: « En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»

Otras Lecturas: Hechos 2,14a.36-41; Salmo 22; 1Pedro 2,20b-25

LECTIO:
         Israel era un pueblo nómada, acostumbrado al mundo pastoril en su vida cotidiana, que fue haciendo una meditación religiosa sobre su relación con Dios desde la me­táfora del pastor y las ovejas.
Jesús es el Buen Pastor. Y para presentarse como tal, empleará la imagen de los verdaderos pastores que dibuja el salmo 22: el Señor es mi pastor, nada me falta; me hace recostar en praderas verdes y fértiles, me con­duce a fuentes tranquilas, donde restaura mis fuerzas Los pastores de Israel tenían pocas ovejas,… las conocían por su nombre,… eran queridas, y cuidadas, y protegidas. No se explicaba que un pastor abandonase sus ovejas, ni que éstas fueran extrañas para él...
Este es Dios para su Pueblo: un pastor que nos conoce, que nos conduce, que nos quiere hasta dar su vida por nosotros…  Conocer la voz de este Pastor es lo que se nos pide como respuesta de fidelidad a quien tan fiel es a nuestra felicidad...
Seguir a Jesús, saberse ovejas de su redil, es vivir en paz y en luz, sere­namente y sin temores extraños... aun­que la vida sea dura, aunque amenacen nubarrones o nos envuelva la oscuridad. (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm. Arzobispo de Oviedo).

MEDITATIO:
     En el Evangelio de este domingo, (Juan 10, 1-10), Jesús se presenta con dos imágenes que se complementan la una con la otra. La imagen del pastor y la imagen de la puerta del redil Cristo, Buen Pastor, se ha convertido en la puerta de la salvación de la humanidad, porque ha ofrecido la vida por sus ovejas. Jesús, pastor bueno y puerta de las ovejas, es un jefe cuya autoridad se expresa en el servicio, un jefe que para mandar dona la vida y no pide a los otros que la sacrifiquen. (Papa Francisco)
     De un jefe así podemos fiarnos, como las ovejas que escuchan la voz de su pastor porque saben que con él se va a pastos buenos y abundantes. Basta una señal, un reclamo y ellas siguen, obedecen, se ponen en camino guiadas por la voz de aquel que escuchan como presencia amiga, fuerte y dulce a la vez, que guía, protege, consuela y sana. Así es Cristo para nosotros. (Papa Francisco)
     Como sucedió a los dos discípulos de Emaús, que ardía su corazón mientras el Resucitado hablaba a lo largo del camino. Es la maravillosa experiencia de sentirse amados por Jesús. Haceos una pregunta: “¿Yo me siento amado por Jesús?. Para Él no somos nunca extraños, sino amigos y hermanos. Sin embargo, no es siempre fácil distinguir la voz del pastor bueno. (Papa Francisco)

ORATIO:
     Jesús, pastor y sustento de tus fieles, guía seguro y sendero de vida, tú que conoces a todos por su nombre y nos llamas todos los días uno a uno, haznos capaces de reconocer tu voz y de sentir el calor de tu presencia. 
Señor, déjame oí tu voz,
para que pueda abrir
la puerta de mi corazón para Ti.

CONTEMPLATIO:
    En el cuarto domingo de Pascua, la liturgia vuelve a presentarnos la figura de Jesucristo buen pastor. “Yo soy el buen Pastor”, nos dice Jesús con ese matiz de belleza, de bondad, que le hacen más atractivo aún. Está aludiendo a toda una tradición en la que Dios ha prometido darnos pastores según su Corazón, a la vista de tantos pastores mediocres o incluso malos, que se aprovechan de las ovejas –de su leche y de su lana- en lugar de servirles, dando la vida por ellas. Dios había prometido “Yo mismo las pastorearé” (Ez 34,15) y esa promesa se cumple en Jesús: “Yo soy el buen Pastor” (Jn 10,11)
     Este ejemplo de Jesús queremos que se extienda por el mundo entero. Y por eso hoy celebramos la Jornada Mundial de oración por las Vocaciones, donde se incluyen todas las vocaciones que llevan entregar la vida a Jesús para que otros tengan vida. Son las vocaciones de especial consagración: hombres y mujeres que dan su vida a fondo perdido, y hemos tenido claros ejemplos en estas semanas, para atender a los ancianos o atender a la vida naciente, atendiendo a las madres gestantes, o dedicarse a la educación para que la persona sea verdaderamente libre. Personas que dan su vida entera, no sólo unas horas de voluntariado
     Os pregunto: ¿no merece la pena gastar la vida en un camino parecido? ¿Qué piensas hacer con tu vida? Oramos en este domingo del buen Pastor por todas las vocaciones consagradas, las que ya están para que perseveren hasta el final. (+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)



Sus ovejas encuentran pastos, porque quienquiera que siga al Señor con corazón sencillo se nutrirá con un alimento de eterno verdor. ¿Cuáles son, en efecto, los pastos de estas ovejas, sino los gozos eternos de un paraíso inmarchitable? Los pastos de los elegidos son la visión del rostro de Dios, con cuya plena contemplación la mente se sacia eternamente. Busquemos, por tanto, hermanos queridísimos, estos pastos, en los que podremos disfrutar en compañía de tan gran asamblea de santos… Levantemos, por tanto, nuestros ánimos, hermanos; vuelva a enfervorizarse nuestra fe, ardan nuestros anhelos por las cosas del cielo, porque amar de esta forma ya es ponerse en camino. (S. Gregorio Magno)

1 comentario:

  1. Éste cuarto domingo de Pascua, llamado del Buen Pastor, nos lanza a mirar al Resucitado que vive para cuidarnos, para cuidar a sus ovejas. ¿Cómo nos cuida el Pastor bueno, el Pastor hermoso que habla Juan?
    Dando la vida por cada una de sus ovejas. También las alejadas y las ovejas descarriadas que no son tan pocas. No escatima el Señor esfuerzo para que llevándonos junto a su Corazón, descubramos que su ternura y su misericordia es nuestra salvación... si llevas cuenta de los delitos Señor, quien podrá resistir, pero de ti procede el perdón e infundes respeto, nos recuerda el salmo. El Buen Pastor nos atrae con lazos de Amor. No le va pegando puntapiés a la oveja hasta que vuelva...porque quien le gustaría vivir al lado de quien no nos trata bien y que no nos demuestra su amor incondicional.
    Nos salva el Pastor de corazón hermoso de nuestras estupideces y torpezas. Habrá pocos animales tan torpes para volver y tan poco espabilados para ser presa fáciles de los lobos. Todos hemos escuchado a los pastores lo modorra que son las ovejas. Tan necesitadas de todo. Solo les salva que conocen la voz del Amo y son dóciles cuando descubren en quien confiar. Siempre son poco ágiles y nunca, como no se les ayude, no saben ni entrar ni salir. Necesitan siempre. Son frágiles y necesitadas de todo.
    El Buen Pastor nos salva de la perdición, porque Jesús es la puerta que conduce a la Verdadera vida. Jesús es pastor y pasto. Puerta y camino. Fuente y sediento. Es su Corazón la puerta estrecha, que Jesús habla para ir por el camino de la salvación. Los que la encuentran suelen ser los humildes y sencillos. Los autorreferenciales y los complicados no dan con ella. Es el misterio del Buen Pastor manso y humilde, que es la puerta de entrada del Reino y su carne inmolada, el pasto con que nos alimenta a los que vivimos en la intemperie de la vida.

    + Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
    Primado de España

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