TIEMPO LITÚRGICO

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viernes, 15 de febrero de 2019

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 17 DE FEBRERO DEL 2019, 6º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«BIENAVENTURADOS… VUESTRA RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN EL CIELO» 


Lc. 6, 17. 20-26


     En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
     Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
     Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!  ¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».

Otras lecturas: Jeremías 15, 5-8; Salmo 1, 1; 1Corintios 15, 12.16-20

LECTIO:
El espectáculo humano es a veces tan cruel y cotidiano, que hasta llegamos a pensar que deberá ser así, sin recambio: ricos a costa de pobres, hartos a costa de hambrientos, risotadas a costa de lágrimas, poderosos a costa de sometidos
Jesús proponía otro espectáculo, increíble y paradójico: justamente la inversión de aquel drama: los pobres se hacían reyes, los hambrientos eran saciados, los que lloraban sonreían esperanzados, y los proscritos e insultados saltaban de alegría con una dignidad insólita.
El balcón de las bienaventuranzas no nos invita a cerrar los ojos ante la dura realidad, sino a mirar lo que ésta debería ser, trabajando para que lo sea. Jesús es la primera piedra de ese hogar humano: Por eso Jesús, monte abajo, mostrará otro balcón desde donde se vislumbra el ocaso del terror, del odio, de las envidias, de las hambres, de las oscuridades. Y dirigiéndose a los suyos les propondrá: no perdáis el tiempo en estériles lamentos, haced un mundo nuevo, empezando por vosotros mismos
     Y Jesús invitaba a mirar desde su balcón, haciendo realidad lo que en él se contemplaba. Porque Jesús siempre miraba desde los ojos de Dios. (+Fr. Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo)

MEDITATIO:
     Si miramos a nuestro mundo vemos gentes que son pobres, que pasan hambre, que sufren, que son excluidos y proscritos... y a nadie se nos ocurre llamarlos dichosos ni tampoco ellos mismos se sienten como tales. Por el contrario vemos gente rica, que disfruta de todas las comodidades posibles y goza el momento presente como si poseyera el mayor tesoro, y todo los miramos con cierta envidia y los calificamos como gente con suerte.
« Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos »
     Lucas no habla de una pobreza «de espíritu» sino de ser «pobres» a secas, y así nos invita también a una existencia austera y despojada. De ese modo, nos convoca a compartir la vida de los más necesitados, la vida que llevaron los Apóstoles, y en definitiva a configurarnos con Jesús, que «siendo rico se hizo pobre». Ser pobre en el corazón, esto es santidad. (Papa Francisco)
« Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados »
     Tal justicia empieza por hacerse realidad en la vida de cada uno siendo justo en las propias decisiones, y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles. … olvidamos que se manifiesta especialmente en la justicia con los desamparados: «Buscad la justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda». Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad. (Papa Francisco)
« Felices los que lloran, porque ellos serán consolados »
     La persona que… se deja traspasar por el dolor y llora en su corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y de ser auténticamente feliz. Esa persona es consolada con el consuelo de Jesús y no con el del mundo. Así puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y deja de huir de las situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene sentido socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a los demás.  Saber llorar con los demás, esto es santidad. (Papa Francisco)
« Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos »
     Si no queremos sumergirnos en una oscura mediocridad no pretendamos una vida cómoda, porque «quien quiera salvar su vida la perderá». …. Las persecuciones …hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades. …Otras veces se trata de burlas que intentan desfigurar nuestra fe y hacernos pasar como seres ridículos. Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es santidad. (Papa Francisco)
     Los triunfos pasajeros y los elogios fáciles no suelen tener consistencia, ya que los intereses y la conveniencia privan sobre la verdad y el genuino amor. ¡Ay de vosotros, los ricos, los satisfechos, los que ahora reís, los que estáis saciados Todo esto es pura apariencia, vida sin sentido. Es preciso trabajar, luchar, esforzarse para conseguir los valores del reino.

ORATIO:
     Señor Jesús. No queremos depositar nuestra confianza en nosotros mismos, en nuestros recursos, en nuestras cualidades, en ningún tipo de riquezas, porque entonces cimentaremos nuestra vida sobre la arena y mereceremos aquella terrible amenaza que lanzaste un día contra los ricos

Que no nos aferremos a nada, Señor,
que reconozcamos que todo bien material es pasajero.
Lo único que importa lo tenemos en nuestro corazón

CONTEMPLATIO:
     Jesús “levantando los ojos hacia sus discípulos” les dijo: bienaventurados... Son bienaventurados porque siguen a Jesús, porque lo escuchan con atención, porque están atentos a su manera de vivir, porque guardan en su mente y en su corazón sus palabras, porque lo han dejado todo para seguir sus pasos, porque esperan un nuevo reino...
                    
                                                                                                                          
 ¿Qué es lo que queremos? ¿Buscamos la bienaventuranza? La verdad nos muestra la verdadera bienaventuranza. ¿Queremos la riqueza? El Rey distribuye los reinos y hace reyes. Los hombres se han dejado atrapar en la red de esta peste desastrosa que es la búsqueda en vano: lo que es insuficiente cuesta poco esfuerzo; nos agotamos por lo superfluo. Cinco pares de bueyes, ése es el pretexto que les priva de las bodas del cielo, de las bodas que hacen pasar de la pobreza a la abundancia, del último sitio al primero, de la abyección a la dignidad, de la fatiga al reposo. Eliseo sacrificó los bueyes para seguir a Elías con mayor facilidad, y nosotros hacemos lo mismo y seguimos a Cristo (Isaac de Stella).

1 comentario:

  1. En la versión de Lucas se habla de cuatro Bienaventuranzas y de cuatro malaventuranzas, mientras que Mt 5 habla de ocho bienaventuranzas.
    Nitzche decía que las bienaventuranzas de Jesús han pervertido a la humanidad. !Como se puede llamar felices a los pobres, a los que lloran, a los perseguidos por causa de la justicia! Habria que llamar dichosos a los ricos, a los que ríen porque no les falta de nada, a los que les va todo bien en la vida.
    Jesús nos presenta el Corazón del Reino, su mismo Corazón para vivir con sus sentimientos.
    Es necesario intuir que lo que reflejan las bienaventuranzas es el Corazón herido de Amor de Jesús y lo que reflejan las malaventuranzas es el corazón humano herido por el pecado, el egoísmo y la soberbia. Hay que elegir de que parte esta nuestra vida. Si queremos vivir unidos y con los sentimientos del Corazón ilimitadamente bueno de Jesús que refleja su santidad. La felicidad que nos promete Jesús es un amor fiel a los proyectos de su Corazón. Cuando se elige el camino de la mundanidad del que tanto habla el papa Francisco siempre tiene el perfume de la tristeza y la decepción.
    Tenemos que saber que nuestro corazón es el lugar de lucha entre el bien y el mal y es mucho lo que nos jugamos. Apostar por las bienaventuranzas es siempre acertar con el camino de la santidad, aunque cueste. Seguir el camino de la mundanidad es tener vivacidad pero no vida abundante. Es como si sacamos al pez fuera del agua que da botes y salta porque se muere. Sin embargo dentro del agua vive feliz, sin dar saltos de vivacidad pero vive en la alegría y la paz de Dios y de sus promesas del Reino.

    + Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres

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