TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 9 de febrero de 2019

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 10 DE FEBRERO DEL 2019, 5º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«NO TEMAS; DESDE AHORA SERÁS PESCADOR DE HOMBRES»

Lc. 5, 1-11


     En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
     Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca». Respondió Simón y dijo: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
     Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían.
     Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador». Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
     Y Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres».  Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Otras lecturas: Isaías 6, 1-2a.3-8; Salmo 137; 1Corintios 15, 1-11

LECTIO:
     Simón y sus compañeros son sorprendidos por Jesús en el quehacer de cualquier día de su vida: mientras estaban lavando las redes vacías, tras una noche desafortunada. Ahí, en ese cotidiano transcurrir de una vida, ahí estaba también el Señor. Allí acontece un diálogo entre Jesús y Simón, que es ejemplar. “Rema mar adentro, y echa las redes para pescar”. Y responde Simón: hemos estado toda la noche intentándolo en balde, pero por tu palabra, volveré a echar las redes.
     …Lo que determina el asombro de Simón Pedro es la repuesta de Jesús a la vaciedad de los esfuerzos de éste. … la reacción de Simón es la de un asombro netamente religioso: “apártate, Señor, que soy un pecador”.
     En su último encuentro en el lago Tiberíades (Cfr. Jn 21,1-24), aun sabiéndose pecador, lejos de decir a Jesús que se aparte, será él quien se lanzará al agua para acortar la distancia. Vale la pena leer los dos encuentros. Finalmente, la llamada y la respuesta: serás pescador de hombres... y ellos, dejándolo todo, lo siguieron. (+Fr. Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo)

MEDITATIO:
      Frente a este evento extraordinario, los pescadores se asombraron. Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un pecador». Ese signo prodigioso le convenció de que Jesús no es sólo un maestro formidable, cuya palabra es verdadera y poderosa, sino que Él es el Señor, es la manifestación de Dios. Y esta cercana presencia despierta en Pedro un fuerte sentido de la propia mezquindad e indignidad. (Papa Francisco)
     La respuesta de Jesús a Simón Pedro es tranquilizadora y decidida: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Y de nuevo el pescador de Galilea, poniendo su confianza en esta palabra, deja todo y sigue a Aquel que se ha convertido en su Maestro y Señor. Y así hicieron también Santiago y Juan, compañeros de trabajo de Simón. (Papa Francisco)
     La lógica que guía la misión de Jesús y la misión de la Iglesia es ir a buscar, «pescar» a los hombres y las mujeres… para restituir a todos la plena dignidad y libertad, mediante el perdón de los pecados. (Papa Francisco)
       
ORATIO:
     Has querido asociarnos, Señor, a tu espléndida obra de salvación de la humanidad. Has puesto en nuestras manos la red para pescar hombres en el gran mar del mundo y te estamos agradecidos por ello.

Dame coraje y fuerza para dejarlo todo y seguirte.
 Quiero aceptar tu reto, - más siento en la garganta –
un apretado nudo y no sé decir nada.

CONTEMPLATIO:
«Maestro, por tu palabra, echaré las redes».
     Y su fe no se ve decepcionada: de hecho, las redes se llenaron de tal cantidad de peces que casi se rompían. (Papa Francisco)
     El Evangelio de hoy nos interpela: ¿sabemos fiarnos verdaderamente de la palabra del Señor… O nos dejamos desanimar por nuestros fracasos? Estamos llamados a confortar a cuantos se sienten pecadores e indignos frente al Señor y abatidos por los propios errores, diciéndoles las mismas palabras de Jesús: «No temas». (Papa Francisco)
     Esto es lo esencial del cristianismo: difundir el amor regenerante y gratuito de Dios, con actitud de acogida y de misericordia hacia todos, para que cada uno puede encontrar la ternura de Dios y tener plenitud de vida. (Papa Francisco)


   Es preciso vivir el carácter cotidiano del encuentro con él, cambiando nosotros mismos. He visto realizarse muchos sueños inesperados. Pero el acontecimiento más extraordinario, que todavía me sorprende, empezó cuando niños, jóvenes, personas de todas las edades, me eligieron como padre, como consejero y como cabeza de cordada. No me esperaba precisamente esto, y cada vez que un alma, un corazón, se confía a mí para que le aconseje, dentro de mí caigo de rodillas y me repito: «¿Quién soy yo, quién soy yo para ser digno de guiar a personas más buenas que yo? No, no soy digno, pero, Señor, por tu Palabra, también yo "me volveré red" para tu pesca milagrosa» (E. Olivero).

1 comentario:

  1. Evangelizar lleva siempre consigo el encuentro con Cristo en el mar de la vida. En el entorno del lago tiene lugar este pasaje tan de seguimiento de Jesús. El Señor siempre nos pide la confianza de remar mar adentro. En la orilla se quedan los cobardes, los que no se atreven a surcar profundidades en mar adentro donde está la pesca mejor.
    Por otra parte se puede experimentar en el camino del amor de Jesús las tempestades y dificultades en el mar embravecido de la vida. La mayor dificultad es la esterilidad, el no haber pescado nada con todo lo que hemos entregado y arriesgado en nuestra vida. A veces la crisis es total. Somos muy dados a mirarnos o a culpabilizarnos. Lo mejor es siempre lo de Pedro en tu nombre volveré una y otra vez a echar las redes. Se de quien me he fiado y estoy persuadido de que el Señor nunca nos deja en la estacada.
    Ante tantos peces en nuestras pobres redes por confiar en el Señor el asombro de Pedro nos conmueve. Es el asombro humilde del contemplativo que se hace osadía e intrepidez. No soy digno, apartate de mí soy solo un pobre pecador. Es la manifestación más palpable de que se está en el camino de la santidad. Apartate de mí, no soy digno, te fallo miles de veces no te das cuenta...Solo creo en la santidad de los humildes que como Pedro viven en el asombro de un amor capaz de sanar todas nuestras heridas.

    + Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres

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