“ El secreto está en descubrir como amar, morir y
resucitar unidos al Señor”
La Semana Santa es un tiempo privilegiado en el año litúrgico. Esta semana se conoció
también antiguamente como “la semana grande”, pues son unos días privilegiados
en que la Iglesia vive intensamente la pasión, muerte y resurrección de
Jesucristo y eleva su oración a Dios Padre pidiendo especialmente la salvación
de toda la humanidad. Es, en efecto, una semana grande, puesto que constituye
el centro y el corazón de la liturgia de todo el año. En ella se celebra el
misterio de la redención.
La Iglesia
invita a todos los fieles en Semana Santa a vivir con
mayor intensidad espiritual estos días en los que se recuerda y actualiza los
misterios de Jesús, comenzando por
la entrada triunfal en la ciudad de Jerusalén y culminando con el misterio de
su Resurrección. Los cristianos no solamente celebramos la Eucaristía en estos
días, sino que intensificamos, por decirlo así, la oración, unidos a la oración
de Cristo, Cabeza, formando con él un solo cuerpo en alabanza y acción de
gracias a Dios Padre. Vivamos, pues, la liturgia, los oficios de los días
del Tríduo Pascual y dejemos que nos impregne la honda piedad que contagian las distintas devociones: el Vía
Crucis, la predicación de las Siete Palabras, las Horas Santas, las
procesiones, con todo su arte y emoción.
Nosotros participamos en los
misterios de Cristo no mediante imaginación o sentimiento, aunque también éstos
tienen su cometido, sino por la fe. Reavivemos, pues, nuestra la fe en esta
Semana Santa donde la Iglesia revive el misterio salvador de la pasión, muerte
y resurrección del Señor. El secreto está en descubrir cómo amar, morir y
resucitar unidos al Señor para apropiarnos de esta renovación que él ha
introducido en el mundo, una nueva vida.
+ Rafael Zornoza Boy – Obispo de Cádiz y Ceuta
No hay comentarios:
Publicar un comentario