TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 17 de marzo de 2018

EL COMBATE ESPIRITUAL Y LAS TENTACIONES

     La vida espiritual consiste en conocer la infinita grandeza y bondad de Dios, junto a un grande sentido de nuestra propia debilidad y tendencia para el mal; en amar a Dios y detestarnos a nosotros mismos; en humillarnos no solamente delante de Él sino, por Su causa, también delante de los hombres; en renunciar enteramente a nuestra propia voluntad para hacer la Suya.



ARMAS PARA EL COMBATE ESPIRITUAL (II)


6) Usar Jaculatorias dardos de fuego que penetran el cielo.

     Cuando somos asaltados por el enemigo, es recomendable ofrecer oraciones cortas y fervientes (jaculatorias); éstas son extremadamente eficaces en espantar al diablo. Algunos ejemplos de estas cortas pero poderosas oraciones son: “Jesús en ti confío”, “Dulce corazón de María se la salvación del alma mía”, “Señor, sálvame”, “Señor ven a rescatarme”, “Jesús, ten misericordia de mi”… y por supuesto invocar con fe y confianza el Sagrado nombre de Jesús, María y San José.


7) Rechazar inmediatamente la tentación.
     Parte del problema en el combate espiritual es la respuesta lenta, aletargada y anémica ante la tentación. La gracia de Dios nos sostiene a través del arma la oración, pero aun así, debemos comprometer nuestra voluntad y rechazar con valentía y firmeza la tentación desde el comienzo. Algunas tentaciones frecuentes tienen gran fortaleza sobre nosotros porque abrimos una puerta y la cola del diablo entra, y es difícil echarlo luego.

8) Evitar la pereza.
     “La ociosidad es el taller del diablo”, esto significa que si no tenemos nada que hacer, el diablo nos dará bastante que hacer. El gran San Juan Bosco, temía mortalmente el tiempo de vacaciones de sus muchachos en el Oratorio. ¿Por qué?, porque mucho tiempo libre le da entrada completa al diablo en la vida de la juventud, Hagamos nuestro el lema de San Benito: “Ora et Labora”. Trabajar y orar.

9) Jesús en el desierto como Ejemplo Supremo: Sus tres armas.
     Por supuesto nuestro mejor ejemplo para todo es Jesús, quien dijo, “Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida”. Al final de los cuarenta días en el desierto, el diablo vino a tentarlo. Jesús conquistó al diablo con firmeza y facilidad, usando tres armas que debemos aprender a aplicar: la oración, el ayuno y el uso de la Palabra del Dios. La oración ferviente y prolongada, la renuncia constante a nosotros mismos a través de ayuno y abstinencia, y la familiaridad con la Palabra de Dios, tanto meditándola como poniéndola en práctica, son armas eficaces para combatir y conquistar a Satanás.

10) Tener confianza ante tu Director espiritual.
     Una vez más, el Maestro San Ignacio viene al rescate. En la Regla del Discernimiento número 13, el Santo nos advierte de que al diablo le gusta el secretismo, en el sentido de que si uno está en un profundo estado de desolación, abrirnos a un Director Espiritual puede ayudar a que conquistemos la tentación, así que el diablo buscará las formas de que no lo hagas.

11) Recurrir a San Miguel Arcángel.
     En nuestra batalla contra Satanás, debemos usar todas las armas en nuestro arsenal. Dios escogió a San Miguel Arcángel como el ángel fiel, el Príncipe de la Milicia Celestial, para encerrar a Satanás en el infierno y a los otros ángeles rebeldes. San Miguel, cuyo nombre significa “¿Quién como Dios?”, es tan poderoso ahora como lo fue en el pasado. En el medio de las tormentas de las tentaciones, ¿por qué no levantar tu corazón hacia San Miguel y llamarlo?

12) Acudir siempre a María Santísima.
     En el Génesis, en nuestra batalla contra la antigua serpiente, se honra a la mujer que aplastó la cabeza de la serpiente con su escudo, “Haré que haya una enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.” (Génesis 3,15). De hecho, la antigua serpiente, el diablo, puede arremeter contra nosotros con su fea lengua y escupir veneno, pero cuando nos basamos en la confianza en María, ella aplastará su fea cabeza. (2)

No hay comentarios:

Publicar un comentario