TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 4 de enero de 2014

HERMANOS EN LA ADORACIÓN NOCTURNA



BEATO MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA  (1877 – 1940)

     Nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877  y entregó su vida a Dios en Palencia el 4 de enero de 1940.
      Seminarista a los doce, tiene calificación sobresaliente en todos los cursos y en todas las asignaturas, recibiendo la ordenación sacerdotal de manos del beato cardenal Marcelo Spínola el 21 de septiembre de 1901.
       Al estrenar su primera misión popular en un pueblecito andaluz, Don Manuel queda impactado por el desolador abandono del sagrario a su llegada a Palomares del Río. <<Fuime derecho al Sagrario… y ¡que Sagrario, Dios mío! ¡qué esfuerzos tuvieron que hacer mi fe y mi valor para no salir corriendo para mi casa! Pero no hui. Allí de rodillas…mi fe veía a un Jesús tan callado, tan paciente, tan bueno, que me miraba… que me decía mucho y me pedía más…>>
       Nombrado obispo auxiliar de Málaga, recibe la ordenación episcopal el 16 de enero de 1916. Y es aquí, en esta su entrañable Málaga, después de casi 20 años (1916-1935) de una incansable labor pastoral, educativa y social, donde el Señor le da a beber el cáliz de la amargura al estallar las algaradas anticlericales (1931). Ya no volverá jamás a su querida ciudad de Málaga.
     Desde 1920 asistía éste carisma de adoración eucarística, inaugurando en 1925 la sede de la Adoración Nocturna Española en lo que había sido el Seminario; colaborando además en la “Lámpara del Santuario” con sus –coloquios espirituales-.
        Desde 1932 rige su diócesis desde Madrid, y el 5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombra obispo de Palencia, donde entregó los últimos años de su ministerio episcopal, siendo enterrado en su catedral. En su epitafio puede leerse: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!».
       Practicó sin desmayo y predicó sin cansancio una auténtica piedad centrada en la Eucaristía, buscando en cada Misa, en cada Comunión y en cada visita la savia vivificante del testimonio cristiano, limpio y transparente ante Dios y ante los hombres. Los lectores de su obra saborearán el carisma eucarístico con que Dios quiso enriquecerlo.
     Su Santidad Juan Pablo II declaró sus virtudes heroicas el 6 de abril de 1998, y aprobó el milagro atribuido a su intercesión el 20 de diciembre de 1999.

Un faro de luz
el Obispo de los Sagrarios abandonados. Él se esforzó en recordar a todos la presencia de Jesús en los sagrarios, a la que a veces, tan insuficientemente correspondemos. Con su palabra y con su ejemplo no cesaba de repetir que en el sagrario de cada iglesia poseemos un faro de luz, en contacto con el cual nuestras vidas pueden iluminarse y transformarse."                                              Beato Juan Pablo II

Fiesta: 4 de Enero

ORACIÓN

      Corazón de Jesús Sacramentado, que te dignaste elegir a tu siervo Manuel para ser el apóstol de tus Sagrarios abandonados, consagrando su vida entera a reparar esos abandonos, dándote y buscándote amorosa, fiel y reparadora compañía en el Santísimo Sacramento; por aquella fidelidad con que te sirvió durante toda su vida y por el celo ardiente con que procuró tu mayor gloria, mediante la educación cristiana de los niños pobres, la formación de sacerdotes santos y la aproximación de todos a Ti en la sagrada Eucaristía, te rogamos humilde y fervorosamente, que si te agradan sus méritos y virtudes, te dignes aceptar nuestras súplicas y concedemos por su intercesión, la gracia que de todo corazón te pedimos si ha de ser para mayor gloria de Dios, advenimiento de tu reino eucarístico, honor de tu Madre Inmaculada, exaltación de tu fidelísimo Siervo y provecho de nuestras almas. Amén.

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