BEATO MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA (1877 – 1940)
Nació en Sevilla el 25 de
febrero de 1877 y entregó su vida a Dios en Palencia el 4 de
enero de 1940.
Seminarista
a los doce, tiene calificación sobresaliente en todos los cursos y en todas las
asignaturas, recibiendo la ordenación sacerdotal de manos del beato cardenal Marcelo
Spínola el 21 de septiembre de 1901.
Al estrenar su primera misión popular en un
pueblecito andaluz, Don Manuel queda impactado por el desolador abandono del
sagrario a su llegada a Palomares del Río. <<Fuime derecho al Sagrario… y ¡que Sagrario, Dios mío! ¡qué esfuerzos
tuvieron que hacer mi fe y mi valor para no salir corriendo para mi casa! Pero
no hui. Allí de rodillas…mi fe veía a un Jesús tan callado, tan paciente, tan
bueno, que me miraba… que me decía mucho y me pedía más…>>
Nombrado
obispo auxiliar de Málaga, recibe la ordenación episcopal el 16 de enero de
1916. Y es aquí, en esta su entrañable Málaga, después
de casi 20 años (1916-1935) de una incansable labor pastoral, educativa y
social, donde el Señor le da a beber el cáliz de la amargura al estallar las
algaradas anticlericales (1931). Ya no volverá jamás a su querida ciudad de
Málaga.
Desde 1920 asistía
éste carisma de adoración eucarística, inaugurando en 1925 la sede de la
Adoración Nocturna Española en lo que había sido el Seminario; colaborando
además en la “Lámpara del Santuario” con sus –coloquios espirituales-.
Desde 1932 rige su diócesis desde Madrid, y el
5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombra obispo de Palencia, donde entregó
los últimos años de su ministerio episcopal, siendo enterrado en su catedral. En su
epitafio puede leerse: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de
muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que
pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!».
Practicó
sin desmayo y predicó sin cansancio una auténtica piedad centrada en la
Eucaristía, buscando en cada Misa, en cada Comunión y en cada visita la savia
vivificante del testimonio cristiano, limpio y transparente ante Dios y ante
los hombres. Los lectores de su obra saborearán el carisma eucarístico con que
Dios quiso enriquecerlo.
Su Santidad Juan Pablo II
declaró sus virtudes heroicas el 6 de abril de 1998, y aprobó el milagro
atribuido a su intercesión el 20 de diciembre de 1999.
Un faro de luz
… el Obispo de los Sagrarios abandonados.
Él se esforzó en recordar a todos la presencia de Jesús en los sagrarios, a la
que a veces, tan insuficientemente correspondemos. Con su palabra y con su
ejemplo no cesaba de repetir que en el
sagrario de cada iglesia poseemos un faro de luz, en contacto con el cual nuestras vidas pueden
iluminarse y transformarse." Beato Juan Pablo II
Fiesta: 4 de Enero
ORACIÓN
Corazón
de Jesús Sacramentado, que te dignaste elegir a tu siervo Manuel para ser el
apóstol de tus Sagrarios abandonados, consagrando su vida entera a reparar esos
abandonos, dándote y buscándote amorosa, fiel y reparadora compañía en el
Santísimo Sacramento; por aquella fidelidad con que te sirvió durante toda su
vida y por el celo ardiente con que procuró tu mayor gloria, mediante la
educación cristiana de los niños pobres, la formación de sacerdotes santos y la
aproximación de todos a Ti en la sagrada Eucaristía, te rogamos humilde y fervorosamente,
que si te agradan sus méritos y virtudes, te dignes aceptar nuestras súplicas y
concedemos por su intercesión, la gracia que de todo corazón te pedimos si ha
de ser para mayor gloria de Dios, advenimiento de tu reino eucarístico, honor
de tu Madre Inmaculada, exaltación de tu fidelísimo Siervo y provecho de
nuestras almas. Amén.
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