La mejor parte
Lucas 10:38-42 En aquel tiempo, entró Jesús
en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una
hermana llamada María, que, sentada
a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se
multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi
hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano». Pero
el Señor le contestó:
«Marta, Marta, andas inquieta y
nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María
ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán».
Otras
lecturas: Génesis 18:1-10a;
Salmo 14; Colosenses 1:24-28
LECTIO:
Marta invita a Jesús a su
casa. Puede que Marta y María fueran las hermanas de Lázaro (véase Juan
11:1-2), aunque no tengamos certeza de esto. Mientras Marta prepara la comida,
Jesús sigue con su enseñanza. María no ayuda a Marta, sino que se dedica a
escuchar a Jesús. La expresión ‘estar sentado a los pies’ de alguien es
significativa. En otros pasajes se utiliza para describir la relación existente
entre un discípulo y su maestro (Lucas 8:35, Hechos 22:3). Apartándose
radicalmente de las normas culturales de la época, Jesús anima a las mujeres a
instruirse en el Reino de Dios.
Lucas no nos
dice de qué estaba hablando Jesús en esta ocasión: su atención se centra en
Marta y María, y en la actitud de esta ante Jesús. Marta se siente descontenta.
La han dejado sola con todo el trabajo, y María no es capaz de echarle una
mano. Protesta ante Jesús, instándole a que le dé la razón y le pida a María
que la ayude.
Marta debió de sentirse
sorprendida por la respuesta de Jesús. Sus palabras van más allá de los
detalles domésticos y mundanos de preparar una comida. Con ternura, Jesús reprende
a Marta por poner las necesidades materiales por encima de las espirituales.
Es María quien ha escogido
bien sus prioridades dedicando su tiempo a escuchar a Jesús y aprender de él.
Jesús no dice que las tareas domésticas o las labores del hogar carezcan de
importancia. Se había criado en el seno de una familia en Nazaret y conocía el
valor de la rutina doméstica a la hora de satisfacer las necesidades
familiares. Lo que hace Jesús es señalar la importancia de establecer
correctamente las prioridades. El Reino de Dios debe ocupar el primer lugar, y
esto se aplica tanto a mujeres como a varones. Es importante conceder un
espacio a las necesidades familiares, pero todavía es más importante dejar otro
espacio para pasarlo con Dios, un tiempo en el que no estemos demasiado
cansados o distraídos por otras muchas cosas. Es a eso a lo que se
enfrentaba Marta. Al conceder excesiva importancia a las necesidades
materiales, y demasiado poca a las cuestiones espirituales, se estaba perdiendo
una oportunidad excepcional de aprender de Jesús.
MEDITATIO:
■ ¿Con quién de esta historia te
identificas más? ¿Con Marta o con María? ¿Qué puedes aprender de este pasaje?
■ Considera tus propias
prioridades de tu vida diaria. ¿Estás concediéndole suficiente importancia a tu
relación con Dios?
■ Todos tenemos responsabilidades
que nos reclaman nuestro tiempo. Considera de qué manera puedes servir y honrar
a Dios de tal modo que puedas también cumplir con tu trabajo y con tus
responsabilidades diarias.
ORATIO:
Vuelve a leer varias veces los
versículos del evangelio. Comenta con Dios en la oración tu situación actual.
Él comprende la presión de cada día y el cansancio que nos pueden agobiar.
Preséntale al Señor todo aquello que te preocupa.
Dedica algo de tiempo para
orar con los versos del Salmo 14. Descubre algunas palabras
que resuenen en tu interior, ofréceselas al Señor y espera a ver qué quiere
revelarte.
CONTEMPLATIO:
Lee los versos del pasaje de
Colosenses de este día. Maravíllate ante el privilegio que compartimos al
descubrir que se nos ha manifestado el mensaje evangélico. Deja que el Espíritu
Santo haga penetrar en tu interior esa admiración.
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