TIEMPO LITÚRGICO

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viernes, 22 de julio de 2011

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 24 DE JULIO, 17º DEL TIEMPO ORDINARIO

EL TESORO DEL REINO

Mateo 13:44-52 44 “El reino de los cielos se puede comparar a un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra el tesoro, y vuelve a esconderlo allí mismo; lleno de alegría, va, vende todo lo que posee y compra aquel campo. 45 “También se puede comparar el reino de los cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas; 46 cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que posee y compra la perla.47 “Puede compararse también el reino de los cielos a una red echada al mar, que recoge toda clase de peces. 48 Cuando la red está llena, los pescadores la arrastran a la orilla y se sientan a escoger los peces: ponen los buenos en canastas y tiran los malos. 49 Así sucederá al fi n del mundo: saldrán los ángeles a separar a los malos de los buenos, 50 y arrojarán a los malos al horno encendido, donde llorarán y les rechinarán  los dientes. 51 “Jesús preguntó: – ¿Entendéis todo esto? – Sí, Señor –contestaron ellos. 52 Entonces Jesús añadió: –Cuando un maestro de la ley está instruido acerca del reino de los cielos, se parece a un padre de familia que de lo que tiene guardado saca cosas nuevas y cosas viejas.
Otras Lecturas: 1 Reyes 3:5, 7-12; Salmo 119:57, 72, 76-77, 127-130; Romanos 8:28-30
LECTIO:
   Mateo 13 concluye con otras tres parábolas en torno al reino de los cielos. Las dos primeras ponen de relieve el valor que tiene seguir a Jesús. Es tan importante y valioso, que merece dejarlo todo o “venderlo” para entrar en el nuevo género de vida de Jesús.
   Como sugieren las parábolas, en ocasiones quienes encuentran el tesoro no lo estaban buscando; en otros casos, quienes llevan buscando con empeño el sueño de su viada acaban por encontrarlo.
   La tercera parábola nos dice que nuestra decisión de seguir a Jesús tiene consecuencias muy serias. Es Dios quien decide quién ha vivido en obediencia al evangelio y quién no.
   Sólo Dios puede distinguir entre unos individuos y otros.
   Como cristianos, cada día nos enfrentamos al desafío de vivir en obediencia a Jesús. A veces fallamos, pero incluso entonces podemos sentir el perdón de Dios.
   Evidentemente, podemos tener la confianza de que, aunque no siempre sea fácil, vivir siguiendo el camino de Dios siempre valdrá la pena del sacrificio.
   Jesús termina este pasaje refiriéndose a “cosas nuevas y cosas viejas”. Insiste en que no ha venido a abolir la Ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas, sino a darles su verdadero cumplimiento (Mateo 5:17). Por eso, los viejos tesoros de la Ley cobran un significado nuevo en el reino de los cielos.
MEDITATIO:
¿Cuáles son los tesoros más valiosos de tu vida? ¿Dónde figura Jesús en esa ‘lista’?
¿Qué decisiones difíciles has tenido que tomar para ser un cristiano fiel?
¿A qué has renunciado para seguir a Jesús?
¿Qué valor le concedes a tu relación con Jesús?
ORATIO:
   Lee los versos seleccionados del Salmo 119. ¿Puedes repetirlos como tu propia oración?
   En nuestra lectura de 1 Reyes 3, Salomón le pide a Dios sabiduría. Dedica algún tiempo para exponer ante Dios algunos de los retos con los que te enfrentas.      Pídele su ayuda y, sobre todo, su sabiduría para abordarlos.
CONTEMPLATIO:
   “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman, de quienes él ha llamado de acuerdo con su propósito… Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó los hizo justos; y a los que hizo justos les dio parte en su gloria.” Romanos 8:28, 30
Cada día se nos plantean opciones. ¿Qué te ayuda a tomar decisiones? ¿Qué papel desempeñan la Biblia y la oración a la hora de tomarlas? ¿Cómo optas por lo que Dios te dice a ti personalmente? Que estas palabras de Romanos te animen en la semana que empieza.

1 comentario:

  1. … El Evangelio de este domingo nos ofrece una meditación sobre nuestro dispendio vital: en qué gastamos nuestro caudal de posibilidades, en dónde apostamos nuestro deseo de felicidad. Dios sale a nuestro paso y nos dice que Él tiene un plan, su Reino, por el que vale la pena arriesgarlo todo. Cuando alguna vez se ha entendido esto, cuando alguna vez se ha intentado, se comprende que Dios no juega con nosotros, que no se aprovecha de nuestra condición, sino que al venderlo todo para adquirir su tesoro escondido o su perla preciosa, es decir, al dejar padre, madre, hijos, tierras… por su Reino, Él nos ha dado cien veces más padres, madres, hijos, tierras… y después la vida eterna. “¿Entendéis bien todo esto? Ellos contestaron: sí” (Mt 13,52). ¿Qué podemos responder cada uno de nosotros?
    El Señor os bendiga y os guarde.


    + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
    Arzobispo de Oviedo

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