TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 15 de mayo de 2021

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 16 DE MAYO DEL 2021, SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

«…FUE LLEVADO AL CIELO Y SE SENTÓ A LA DERECHA DE DIOS»

 

Mc. 16. 15-20

 

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

     Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

 

Otras Lecturas: Hechos  1,1-11; Salmo 46; Efesios 1,17-23

LECTIO:

   Después de su resurrección, Jesucristo se fue apareciendo a las mujeres, a los apóstoles y demás discípulos para confirmarles en la certeza de la resurrección [...] A los cuarenta días, desapareció de su vista subiendo al cielo a la vista de ellos, encomendándoles el mandato misionero: “Id y haced discípulos de todos los pueblos” (Mt 28,19).

   La ascensión del Señor señala dos direcciones importantes para la Iglesia, para la comunidad de sus discípulos. Por una parte, nos señala la meta y el camino de nuestra vida para llegar a la plenitud, que es el cielo. Y por otra, nos señala claramente cuál es la misión de la Iglesia: ir al mundo entero y predicar el Evangelio para incorporar a todos a esta familia en la que Dios es nuestro Padre y nosotros somos hermanos.

   Es una fiesta para renovar nuestro compromiso misionero, de manera que todos sepan, conozcan y experimenten este amor de Dios que en Cristo se nos ha revelado. La fiesta de la ascensión nos sitúa en la preparación inmediata a la venida del Espíritu Santo en Pentecostés(+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)

MEDITATIO:

     El evento de la Ascensión viene inmediatamente después de la misión que Jesús confía a sus discípulos. Una misión sin confines, —es decir, literalmente sin límites— que supera las fuerzas humanas. Jesús, de hecho dice: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación». Parece de verdad demasiado audaz el encargo que Jesús confía a un pequeño grupo de hombres sencillos y sin grandes capacidades intelectuales. Sin embargo, esta reducida compañía, irrelevante frente a las grandes potencias del mundo, es invitada a llevar el mensaje de amor y de misericordia de Jesús a cada rincón de la tierra. (Papa Francisco)

   La misión confiada por Jesús a los apóstoles ha proseguido a través de los siglos, y prosigue todavía hoy: requiere la colaboración de todos nosotros. Cada uno, en efecto, por el bautismo que ha recibido está habilitado por su parte para anunciar el Evangelio. La Ascensión del Señor al cielo, mientras inaugura una nueva forma de presencia de Jesús en medio de nosotros, nos pide que tengamos ojos y corazón para encontrarlo, para servirlo y para testimoniarlo a los demás. Se trata de ser hombres y mujeres de la Ascensión, es decir, buscadores de Cristo a lo largo de los caminos de nuestro tiempo, llevando su palabra de salvación hasta los confines de la tierra. (Papa Francisco)

ORATIO:

     Hazte presente, Señor, en nuestros grupos y comunidades… Hazte presente, Señor, en mi vida para que proclame sin miedo tu mensaje de amor, de justicia, de verdad, de misericordia…

Camina, Señor, conmigo; ...

Hazme nuevo en la donación, alegre en la entrega,

gozo desbordante al dar la vida al gastarla en tu servicio.

 CONTEMPLATIO:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»

   La misión de Jesús, después de su resurrección se prolonga en la misión de sus discípulos, a los cuales entrega el testigo del encargo que recibiera Él de su Padre: ir a todo el mundo, a toda la creación, y anunciar la Buena Noticia. Les constituye en prolongación de lo que Él empezó a decir y a manifestar en Galilea, y que ellos llevarán hasta los confines últimos. Y harán esos signos que evocan el mundo nuevo esperado por los profetas que el mismo Jesús había ya manifestado.

   Nosotros, que en este domingo celebramos la ascensión del Señor, somos precisamente los destinatarios de esta escena que ahora contemplamos. Él nos encarga su misión, nos hace misioneros de su Buena Noticia enseñando lo que nosotros hemos aprendido, narrando lo que a nosotros nos ha acontecido, lo que nos ha devuelto la luz y la vida, lo “que hemos visto y oído” (1Jn 1,3), como decían los primeros cristianos […]  Jesús y su Evangelio son siempre un tema pendiente, y a nosotros se nos ha confiado su anuncio y su acercamiento real al corazón de la vida.  (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm. Arzobispo de Oviedo).

 


…  La Iglesia, pues, diseminada, como hemos dicho, por el mundo entero, guarda diligentemente la predicación y la fe recibida, habitando como en una única casa; y su fe es igual en todas partes, como si tuviera una sola alma y un solo corazón, y cuanto predica, enseña y transmite, lo hace al unísono, como si tuviera una sola boca. Pues, aunque en el mundo haya muchas lenguas distintas, el contenido de la tradición es uno e idéntico para todos.  (S. Ireneo de Lyon)

1 comentario:

  1. Jesús resucitado sube al cielo y está sentado a la derecha del Padre. La Ascensión es también nuestro triunfo, porque donde ha entrado nuestra cabeza que es Cristo, esperamos entrar nosotros que somos su cuerpo.
    Su subida es para estar más cerca de nosotros. Se ha ido a prepararnos una morada en el cielo. Su amor es siempre el que nos eleva y nos asciende.
    Se subraya que Él sigue con nosotros hasta el final de los tiempos. Su locura es estar con nosotros y curar las heridas que nos deja la vida.
    Marcos subraya el mandado de ir al mundo entero y proclamar el Evangelio a toda la creación. Asciende para quedarse más cerca. Resucitado con su humanidad, con su corazón vivo, es el único Mediador entre Dios y los hombres y sentado a la derecha del Padre intercede por cada uno de nosotros.



    + Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

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