«SEÑOR… TODOS TE BUSCAN»
Mc. 1. 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús y sus
discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La
suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la
cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al
anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y
endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta.
Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo
conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al
descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al
encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo
te busca.» Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en
las sinagogas y expulsando los demonios.
Otras
Lecturas: Job 7,1-4.6-7; Salmo 146; Corintios 9,16-19.22-23
Es una de las imágenes que más se repite en
el Evangelio: tantos buscan a Jesús. Unos porque van detrás de Él siguiéndole
como discípulos. Otros van en pos a ver si lo descubren en algún renuncio y
pueden acusarlo y condenarlo… Era un espectáculo:
enfermos, poseídos, todo el pueblo de espectador...
Dice el Evangelio que Jesús curó a muchos y expulsó a muchos demonios. Pero al llegar la madrugada, Jesús se levantó y se fue a la soledad del campo para orar. Sin embargo, no fue Él el único que madrugó aquel domingo... “Simón y sus compañeros fueron, y al encontrarlo le dijeron: todo el mundo te busca”. Tanto los discípulos como aquel pueblo, perseguían al Maestro. ¿Qué les seducía? ¿Qué habían descubierto en Él? ¿Qué esperaban recibir?... Aquí se abre una dolorosa división entre el modo de pensar y de actuar de Jesús y de todos los demás en esta escena...
Es lo que dice Juan al contarnos el dolido
reproche de Jesús ante el “interés” que su Persona suscitaba tras el milagro de
los panes y los peces: “En verdad, en verdad os digo: vosotros
me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque habéis comido de los
panes y os habéis saciado” (Jn
6,26). (+ Fr. Jesús Sanz
Montes, ofm. Arzobispo de
Oviedo).
MEDITATIO:
Predicar
y curar: esta es la actividad principal de Jesús en
su vida pública. Con la predicación anuncia el reino de Dios, y con la curación
demuestra que está cerca, que el reino de Dios está en medio de nosotros. (Papa Francisco)
Jesús, que vino al mundo para anunciar y
realizar la salvación de todo el hombre y de todos los hombres, muestra una
predilección particular por quienes están heridos en el cuerpo y en el
espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos, los
marginados... Es el verdadero Salvador: Jesús salva, Jesús cura, Jesús sana. (Papa Francisco)
La
obra salvífica de Cristo no termina con su persona y
en el arco de su vida terrena; prosigue
mediante la Iglesia, sacramento del amor y de la ternura de Dios por los
hombres.
Enviando en misión a sus discípulos, Jesús les confiere un doble mandato:
anunciar el Evangelio de la salvación y curar a los enfermos. (Papa Francisco)
Este ha sido el camino del Hijo de Dios y
este será el camino de sus discípulos. Y deberá ser el camino de cada
cristiano. El camino. Como lugar del alegre anuncio del Evangelio, pone la
misión de la Iglesia bajo el signo del «ir», del camino, bajo el signo del
«movimiento» y nunca de la quietud. (Papa
Francisco)
Oh Señor, tu Palabra me presenta hoy a ti
como modelo y maestro de oración. Deseo aprender de ti el arte de la oración y
cómo configurar mis decisiones a la voluntad del Padre.
Jesús, Tú eres… la palabra
a proclamar,
la verdad que debe ser
dicha, la luz que debe ser encendida,
la vida que se debe vivir,
el amor que debe ser amado.
«Todo el mundo te busca»
Evangelio destaca la
figura de Jesús como un hombre cercano, próximo a los problemas e inquietudes de la gente; y define a Jesús como hombre de oración. Estas lecturas nos
ayudarán a conocer más en profundidad a Nuestro Señor.
En cuanto a los signos que hacía el Señor,
tienen una especial consideración los milagros. De nadie, comenta san Agustín,
se dice en la antigüedad que curara verdaderamente a tantas personas como Jesús…
Y aquí está Dios, cercano, próximo a los sufrimientos y dolores de la
gente, el que pasó haciendo el bien. El
Señor siempre actúa con autoridad, con sencillez, con un gesto, un signo, con
su sola palabra o en silencio, pero el resultado es la
curación, la sanación o la liberación. En el centro de la actuación y de la predicación de Jesús está su deseo de que todos conozcan al Padre, que vean que la salvación viene
solo de Dios, que Dios está preocupado por cada
uno y que no nos deja solos. Precisamente con estos signos quiere manifestar
Jesús la gloria, la gracia y el poder de Dios […]
Amar como Dios nos ama es romper los
esquemas, es salir de nuestros intereses, es abrir nuestra vida a todos, con un
corazón universal, incluso para aceptar la cruz y el sufrimiento. La falta de
fe nos aleja de este inmenso regalo. (+ José Manuel Lorca
Planes - Obispo de Cartagena)
■… Y no se contentó con decírnoslo con sólo sus
palabras. Nos dio también ejemplo con su persona poniendo la práctica de la
oración por encima de toda otra cosa. Es por esto que constantemente se iba a un
lugar solitario para orar, y eso no de manera arbitraria, sino escogiendo el
tiempo de la noche y en lugar desierto, a fin de que también nosotros, evitando
las multitudes y el tumulto, seamos capaces de orar en soledad. Por esta razón nuestros padres
han recibido, en lo que se refiere a la oración, esta alta enseñanza como si
viniera del mismo Cristo. Escogieron velar en oración según la orden del
apóstol Pablo a fin de poder, ante todo, permanecer sin ninguna interrupción
junto a Dios a través de la oración continua. (Isaac de Siria)
Siempre me ha conmovido este texto. Ha marcado mi vida. Todos andan en busca de Ti.
ResponderEliminarTarde o más bien temprano, todos sentimos que por el momento del vacío existencial de la vida, buscamos aun sin saberlo, el sentido pleno de la vida. Todos te buscan.
Jesús pasa haciendo el bien. Cura a los enfermos. A la suegra de Pedro con fiebre la toma de la mano y la cura; ella agradecida no para y sigue sirviendo.
Su vida es sembrar Reino. Es saber que es mucha la necesidad que tiene la humanidad de Jesús. Dar a Jesús es lo que más necesita nuestra tierra.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado de España