TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 20 de febrero de 2021

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 21 DE FEBRERO DEL 2021, 1º DE CUARESMA (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

«SE HA CUMPLIDO EL PLAZO…»

 

Mc. 1, 12-15

    En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»


 Otras Lecturas: Génesis 9,8-15; Salmo 24; 1Pedro 3,18-22

 LECTIO:

    El primer domingo de cuaresma es el domingo de las tentaciones de Jesús. Se retiró al desierto, llevado por el Espíritu Santo, para ser tentado, para ser puesto a prueba. La vida entera de Jesús y nuestra propia vida es una vida sometida continuamente a la prueba...  Jesús no necesitaba ser puesto a prueba, pero dejó que el enemigo lo tentara para poder derrotarlo y enseñarnos a nosotros cómo hemos de actuar en nuestra lucha contra Satanás. El demonio se acercó a Jesús en varias ocasiones, se le insinuó de varias maneras. Los evangelios sinópticos tipifican el momento de las tres tentaciones del desierto, al comienzo del ministerio público, pero hay además otros momentos, como cuando Pedro se resiste a ir por el camino de la Cruz o cuando Jesús experimenta la prueba definitiva en la oración del huerto.

     En el programa de Jesús, un capítulo importante es su lucha frontal contra el demonio. Desde el comienzo de su ministerio, se retira cuarenta días para luchar contra él. Y lo vence por la oración y el ayuno, por la escucha de la Palabra, por el rechazo frontal sin admitir negociaciones. “Cuanto más tarde se decide el hombre a resistirle, tanto más débil se hace cada día, y el enemigo contra él más fuerte” (Kempis 13,5)… Nuestra lucha no es contra los poderes de este mundo, sino contra los espíritus del mal (Cf. Ef 6,12), nos recuerda san Pablo. El enemigo es más fuerte que nosotros. Sólo podremos vencerle con el poder de la gracia que viene de Dios,… (+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)

 

MEDITATIO:  

   En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio menciona los temas de la tentación, la conversión y la Buena Noticia. Escribe el evangelista Marcos: «El Espíritu le empuja al desierto, y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentando por Satanás». Jesús va al desierto a prepararse para su misión en el mundo. Él no necesita conversión, pero, en cuanto hombre, debe pasar a través de esta prueba, ya sea por sí mismo, para obedecer a la voluntad del Padre, como por nosotros, para darnos la gracia de vencer las tentaciones.  (Papa Francisco)

     Esta preparación consiste en la lucha contra el espíritu del mal, es decir, contra el diablo. También para nosotros la Cuaresma es un tiempo de lucha espiritual: estamos llamados a afrontar al maligno mediante la oración para ser capaces, con la ayuda de Dios, de vencerlo en nuestra vida cotidiana.  (Papa Francisco)

     Estamos invitados a escuchar con atención y recoger este llamamiento de Jesús a convertirnos y a creer en el Evangelio. Somos exhortados a iniciar con compromiso el camino hacia la Pascua, para acoger cada vez más la gracia de Dios, que quiere transformar el mundo en un reino de justicia, de paz, de fraternidad. (Papa Francisco)

 ORATIO:

  Señor Jesús, reconocemos nuestra debilidad y nuestra fragilidad, sabemos que podemos caer, somos conscientes que sin ti, sucumbimos y desfallecemos, por eso, te pedimos que nos ayudes a ser fuertes en Ti y en tu Palabra para no caer en ninguna tentación.

Abre nuestros corazones a tu Palabra,
sana nuestras heridas del pecado,
ayúdanos a hacer el bien en este mundo.

 CONTEMPLATIO:

«Convertíos y creed en el Evangelio»

   Este tiempo litúrgico nació con una triple e interdependiente finalidad: como preparación intensiva de los que aspiraban al bautismo; como período de conversión de los que necesitaban hacer una penitencia pública por un pecado notorio; y como camino que hacía todo el pueblo de Dios hacia la gran fiesta de la Pascua de Resurrección, corazón del año cristiano.

     Lo que vamos a escuchar de mil modos a lo largo de estos 40 días, es lo que dice el Evangelio de este domingo 1º de cuaresma: “se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed la Buena Noticia” (Mc 1,15).

     En medio de tantas malaventuranzas como nos asedian, de tantas pésimas noticias como nos acorralan, somos invitados a consentir que en nosotros Dios haga acontecer una Buena Noticia: su Reino en nosotros y entre nosotros. Hay que convertirse, creérselo, desearlo. Dejarse empujar por el Espíritu de Dios como Jesús, y con Él aprender que es posible recomenzar. (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm. Arzobispo de Oviedo).

 

  …   Lo que debe alentar al alma puesta sinceramente en las manos de Dios, a estar siempre apercibida para las tentaciones,… Por eso afirma san Jerónimo que "le es imposible a nuestra alma dejar de ser tentada mientras viva y que, si el mismo Jesucristo nuestro Salvador fue tentado, nadie puede ilusionarse con atravesar el mar tormentoso de la vida sin verse combatido por la tentación. [...] Convenceos de que sería desgracia no pequeña carecer de tentaciones, por ser ello indicio de no vencerse en cosa alguna, y de sucumbir fácilmente en la lucha con las propias pasiones."     (S. Juan Bautista de la Salle) 

1 comentario:

  1. Convertirse es la asignatura pendiente de toda nuestra vida. Pasa por distintas etapas. Hay ingredientes como en una paella que no pueden faltar. Es dejarse alcanzar por Cristo.
    Siempre se comienza la conversión con ir al desierto y como dice el profeta Oseas… La llevaré al desierto y allí le hablaré al corazón.
    Al desierto nos conduce el Espíritu Santo que tiene siempre como misión formar en nosotros el corazón de Cristo para vivir con sus mismos sentimientos.
    Llama la atención que en este lugar de gracia que es el desierto, seamos tentados por el Maligno. Todo lo que son y han sido las mayores gracias de nuestra vida como la vocación, la familia, la oración, la comunidad… el diablo lo aprovecha para tentarnos y apartarnos de la voluntad de Dios. La cuaresma nos convoca a la conversión, no a lavarnos el rostro, sino a cambiar el corazón.


    + Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

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