TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 29 de febrero de 2020

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 1 DE MARZO DEL 2020, 1º DE CUARESMA (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo y Administrador Apostólico de Coria-Cáceres)

«TAMBIÉN ESTÁ ESCRITO: NO TENTARÁS AL SEÑOR, TU DIOS»


Mt. 4, 1-11


       En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
      Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”». Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
     De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Otras Lecturas: Génesis 2, 7-9;3,1-7; Salmo 50; Romanos 5, 12.17-19

LECTIO:
     Se subraya en el Evangelio, tanto de Lucas como de Mateo, que Jesús es conducido por el Espíritu Santo al desierto y allí es tentado. No deja de llamar la atención que el lugar de gracia, de encuentro con el Padre es el desierto, pero también puede ser lugar de tentación, donde aprovecha el diablo para, como aquel que divide la obra de Dios, que siempre divide, y nos quiere separar de Dios, de los hermanos y de nosotros mismos, saltar al ataque, incluso en los lugares que son de encuentro y gracia, como lo es el desierto.
     En el Padre nuestro no pedimos no tener tentaciones sino no caer en la tentación. La tentación es inevitable. Nos acecha en el camino para seguir a Jesús. Es siempre un obstáculo, una trampa para no cumplir su misión. La tentación ni es buena ni es mala, sólo es una oportunidad de crecer cuando no nos metemos nosotros en el peligro, para que, como dice el libro del Eclesiastés: “el que ama el peligro en él perecerá”. Pero, también es verdad que muchas veces, la tentación nos hace caer en la cuenta del tesoro que llevamos en el corazón y de cuánto vale la vida cristiana cuando se nos quiere arrebatar
     Donde tienes tus tesoros, donde guardas tus grandes amores, serás tentado: la vocación, la familia, la amistad, la Iglesia, tu comunidad… Es fácil descubrir que nuestras grandes tentaciones nos conducen a nuestros grandes tesoros. Solo somos tentados en aquello que es tesoro para nuestra vida. (+ Francisco Cerro Chaves -  Obispo de Coria-Cáceres) 

MEDITATIO:
     En este primer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos introduce en el camino hacia la Pascua, mostrando a Jesús que permanece durante cuarenta días en el desierto, sometido a las tentaciones del diablo. Pero… Jesús responde solamente con la Palabra de Dios. Y así el Hijo, lleno de la fuerza del Espíritu Santo, sale victorioso del desierto. (Papa Francisco)
     La cuaresma es un camino: nos conduce a la victoria de la misericordia sobre todo aquello que busca  aplastarnos o rebajarnos a cualquier cosa que no sea digna de un hijo de Dios. La cuaresma es el camino de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, de la muerte a la vida… es tiempo de memoria, es el tiempo de pensar y preguntarnos: ¿Qué sería de nosotros si Dios nos hubiese cerrado las puertas? ¿Qué sería de nosotros sin su misericordia que no se ha cansado de perdonarnos y nos dio siempre una oportunidad para volver a empezar? Cuaresma es el tiempo de preguntarnos: ¿Dónde estaríamos sin la ayuda de tantos rostros silenciosos que de mil maneras nos tendieron la mano y con acciones muy concretas nos devolvieron la esperanza y nos ayudaron a volver a empezar? (Papa Francisco)
     Cuaresma es el tiempo de la compasión para decir con el salmista: «Devuélvenos Señor la alegría de la salvación, afiánzanos con espíritu generoso para que con nuestra vida proclamemos tu alabanza»; y nuestro barro —por la fuerza de tu aliento de vida— se convierta en «barro enamorado». (Papa Francisco)

ORATIO:
     Oh Espíritu, tú que condujiste a Jesús al desierto para que, victorioso del mal, pudiese restituir al Padre la sumisión amorosa que cada uno de nosotros le hemos negado: ilumíname y fortalece mi corazón, para que aprenda a discernir tu voluntad y la cumpla sin temer fracasos o burlas, con humildad obediente, en la libertad del amor.
Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.

CONTEMPLATIO:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».

   …Necesitamos convertirnos porque somos indigentes. El salmo responsorial del primer domingo de cuaresma dice precisamente: “reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado”. Y sin embargo si el pecado (y todos nuestros fracasos y limitaciones) tuviese la palabra última y fatal, eso sería lo triste.
     Pero este es precisamente el núcleo del acontecimiento cristiano: que la salvación, la felicidad, la superación de todo pecado, de todo fracaso y de toda muerte se llama Jesucristo.
     Por eso el salmo 50 continúa diciendo: “crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme… devuélveme la alegría de tu salvación”. Efectivamente, el mensaje de la cuaresma cristiana no es la condena a un terrible paredón, sino precisamente la más grande, la más inesperada y la más inmerecida de las amnistías.
     Comienza la cuaresma. Es el desierto de todas nuestras tentaciones en donde se nos salva de la soledad librándonos de nuestras seducciones funestas. Comienza un tiempo de penitencia, de ayuno y de oración, para prepararnos a la acogida renovada de la Luz pascual que viene a iluminar todas nuestras oscuridades, la acogida de la salvación del Hijo de Dios en cuyas heridas todas las nuestras han sido curadas, la acogida de la victoria del Resucitado que viene a triunfar sobre todas nuestras muertes. Por eso, paradójicamente… la cuaresma es camino de alegría. (+Fr. Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo)




 El Señor Jesucristo fue tentado por el diablo en el desierto y en Él eras tú también tentado. Cristo tenía de ti la condición humana para sí, y de sí la salvación para ti; tenía de ti la muerte para sí y de sí la vida para ti; tenía de ti ultrajes para sí, y de sí honores para ti. Y también tenía de ti la tentación para sí, y de sí la victoria para ti. Si en Él fuimos tentados, en Él venceremos al diablo. ¿Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te fijas en que Cristo venció la tentación? Reconócete, pues, a ti mismo tentado en Él, y reconócete también a ti mismo victorioso en Él. Hubiera podido impedir la acción tentadora del diablo; pero entonces tú, que estás sujeto a la tentación, no hubieras aprendido de Él a vencerla”.  (San Agustín)


1 comentario:

  1. Seguir a Jesús es asumir que seremos tentados. La tentación forma parte de la vida espiritual. En el Padrenuestro pedimos no caer en la tentación. No se pide no tener tentaciones, porque el consejo de la Palabra es claro, el que sigue el camino de Dios será tentado.
    La primera tentación es el consumismo. Elegir el tener más que el ser. El diablo siempre es grosero. Mira que decirle a Jesús que haga un milagro a su favor. Es verdad que no solo de pan vive el hombre, sino de la vida que brota de su Palabra. La tentación solo se puede vencer sabiendo que la fuerza se realiza en la debilidad.
    Otra tentación que asalta al ser humano es el poder. Aquí también el enemigo pierde los papeles. Le dice a Jesús que le adore a cambio de todo el mundo. Se lo dará con esta condición, que le adore. El Señor no entra en su juego. Le coloca en su sitio. Solo al Señor adoraras. Solo los que adoran a Dios son libres del poder para aplastar a los hermanos. Al adorar al Señor nos crecen las alas de la libertad y del amor; y el poder es servicio. Todo lo contrario a lo que lleva al diablo, que siempre utiliza el poder para el propio provecho y no para el servicio a los más vulnerables.
    La gran tentación del corazón humano es el éxito. A Jesús también el mentiroso y padre de la mentira, le quiere poner sobre las cuerdas y la salida que le ofrece es el camino del éxito. Jesús elige el camino de la entrega sin echarse atrás ante la cruz, que es siempre fecunda. Toda tentación es un recuerdo que no podemos quedarnos en verdades a media y que necesitamos el discernimiento para llegar a la vida en plenitud.


    + Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
    Administrador Apostólico de Coria-Cáceres.

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