TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 26 de enero de 2019

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 27 DE ENERO DEL 2019, 3º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«HOY SE HA CUMPLIDO ESTA ESCRITURA QUE ACABÁIS DE OÍR»


Lc 1.1-4; 4.14-21

     Ilustre Teófilo: Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, ilustre Teófilo, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
     Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
     Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
     «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos;  a proclamar el año de gracia del Señor».
     Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.  Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Otras lecturas: Nehemías 8, 2-4a.5-6.8-10; Salmo 18; 1Corintios 12, 12-14.27

LECTIO:
     Lucas comienza su evangelio comunicando algo que es el corazón del Cristianismo: ha ocurrido un hecho, que no es una bella fábula, sino un acontecimiento. Hay testigos que lo han visto con sus ojos, lo han proclamado con sus labios.
     Se sitúa la escena en la sinagoga de Nazaret. Jesús, puesto en pie, lee una profecía especialmente querida y esperada por los fieles judíos: “el Espíritu del Señor está sobre mí, me ha ungido, me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los prisioneros la libertad y a los ciegos la vista...”. El suceso viene a continuación, cuando devuelve el libro y ante la mirada de “toda la sinagoga que tenía los ojos fijos en él”, les dice: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”.
    Sólo podremos entender a Jesús y alegrarnos de su anuncio, si éste nos trae una salvación real para nuestras prisiones, pobrezas y cegueras. Tendremos que reconocer, sin maquillaje ni ignorancias culpables, cuáles son las cosas que nos esclavizan, las que nos empobrecen y ciegan (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm – Arzobispo de Oviedo)

MEDITATIO:
     El evangelista Lucas antes de presentar el discurso programático de Jesús de Nazaret, resume brevemente la actividad evangelizadora… Jesús es diferente de los maestros de su tiempo.  Sale para predicar y enseñar por todas partes: en las sinagogas, por las calles, en las casas, siempre moviéndose. Jesús también es distinto de Juan el Bautista, quien proclama el juicio inminente de Dios, mientras que Jesús anuncia su perdón de Padre. (Papa Francisco)
     Evangelizar a los pobres: esta es la misión de Jesús, esta es también la misión de la Iglesia y de cada bautizado en la Iglesia. Anunciar el Evangelio con la palabra y, antes aún, con la vida, es la finalidad principal de la comunidad cristiana y de cada uno de sus miembros. Se nota aquí que Jesús dirige la Buena Nueva a todos, sin excluir a nadie, es más, privilegiando a los más lejanos, a quienes sufren, a los enfermos y a los descartados por la sociedad. (Papa Francisco)
   Podemos preguntarnos hoy, en nuestras comunidades parroquiales, en las asociaciones, en los movimientos, ¿somos fieles al programa de Cristo? La evangelización de los pobres, llevarles el feliz anuncio, ¿es la prioridad?... Se trata de ofrecer la fuerza del Evangelio de Dios que convierte los corazones, sana las heridas, transforma las relaciones humanas y sociales, de acuerdo a la lógica del amor. Los pobres, de hecho, están en el centro del Evangelio. (Papa Francisco)

ORATIO:
     Señor, que tenga el coraje de decirte como Isaías: "aquí estoy, envíame", que tu Palabra se actualice en mis labios y se cumpla en mis manos para consolar y curar…

Gracias Señor, por tu Palabra,
porque nos enseñas que lo más importante
es ir siempre a los más necesitados.

CONTEMPLATIO:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar…»

  Celebramos en este domingo la Jornada de la Infancia Misionera con el lema “Con Jesús a Belén. ¡Qué buena noticia!”. Es un lema muy alegre por dos motivos: por ir acompañados por el Niño Jesús y por transmitir su buena nueva llena de vida, ilusión y esperanza. La gran noticia misionera es que Dios se ha hecho pequeño, uno de nosotros, por amor a todos. Belén es el escenario donde estalla, como dice el papa Francisco, “la alegría del Evangelio”, que tiene que alcanzar a toda la tierra a través de nuestro anuncio.
      La solidaridad con los que más lo necesitan es una forma preciosa de manifestar el amor de Dios y de mostrar cómo nos queremos dentro de la gran familia que conformamos todos los hijos de Dios.  (+ Juan José Asenjo Pelegrina )
   Contempla: ¿Siento que soy  Buena Noticia? ¿Me he planteado que la vida está llena de demasiados  “silencios” ante los hermanos? Las personas que se relacionan conmigo. ¿Me perciben como transmisor de Buena Noticia para ellos?  


   A Jesús le correspondió leer un sábado estos versículos de Isaías en la sinagoga [] estaban espantados por el anuncio de que los versículos de Isaías pudieran cumplirse verdaderamente en su tiempo. Aunque una persona de fe pueda pedir a Dios que venga su Reino y se haga su voluntad, no por ello estará dispuesta a acoger el primero y la segunda. Aquí está el Mesías que consuela a los humildes y a los abatidos y libera a los prisioneros y a los siervos de sus cepos [] Estos versículos de Isaías, como muchos otros, ponen a prueba a las personas de fe: ¿están dispuestas a resistir la venida, el cumplimiento de los tiempos anunciados? Al final, pocos están dispuestos a creer que los versículos de Isaías son actuales. Pocos se comportarían de una manera diferente a los habitantes de Nazaret. Sin embargo, cada generación pasa rozando al Mesías, y corresponde sólo a los creyentes allanar su llegada (Enrico de Luca).

1 comentario:

  1. La Galilea de los Gentiles que contemplaron sus ojos, siempre se vive en primavera con la presencia de Jesús de Nazaret. Llega a la Sinagoga de su pueblo como “buena noticia para los pobres”. No se queda encerrado en sus proyectos, sino que sale a los caminos y va a enfrentarse a la asignatura más complicada que es anunciar el Evangelio a sus paisanos de Nazaret. Sabe que “ha venido a los suyos y los suyos no le recibieron” y, sin embargo, vuelve una y otra vez a ser anuncio de paz y de libertad para los suyos, para esos paisanos suyos que cerraron sus oídos.
    Lee el texto de Isaías, como quizás lo había hecho en muchas otras ocasiones en su pueblo, en el sabbath. Sin embargo, aunque repite de forma literal el texto de Isaías, hay una cosa, una palabra que se la traga y no la proclama. El texto original de Isaías habla de la venganza de Yavhé y, sin embargo, el Señor no ha venido a vengarse, sino a hablar a los cautivos y a proclamar el año de gracia del Señor. Es impresionante el Amor que el Señor nos tiene a todos. Todos se asombran de la sabiduría que sale de su boca. Se admiran, pero no le siguen ni tampoco se hacen eco para dejar que cale en su corazón la Buena Noticia del Nazareno.
    Siempre es complicado y difícil romper con nuestros prejuicios. Abrirse siempre al que viene en nombre del Señor nos cuesta y, además, mucho. Es tan fácil descalificar cuando las cosas no nos convienen, tratando siempre de echar balones fuera como si la cosa no fuera con nosotros y seguimos, tiempo tras tiempo, aplazando nuestra entrega, nuestra santidad, pensando que el mensaje de Jesús no va dirigido a nosotros.
    Por último, el Evangelio que es proclamado y no es aceptado, lleva a sus paisanos a tratar de quitarse a Jesús de en medio. Nos molestan las enseñanzas de Jesús cuando no tenemos limpio el corazón. Y nuestra vida se llena de pegas y dificultades para seguir a Cristo con todas las consecuencias. Al final, el Señor, se aleja de aquellos que no le quieren bien. Ellos deberían pensar la frase de San Agustín: “Tener a un Jesús que pasa y no sé si volverá a pasar”. Él, Jesús, siempre nos espera, pero hay momentos en los que pasa por nuestra vida y debemos aprovecharlo y no dejarle escapar.

    + Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres

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