TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

domingo, 27 de agosto de 2017

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 27 DE AGOSTO DE 2017, 21º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)



«Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?»

Mt. 16. 13-20

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.


Otras Lecturas: Isaías 22,19-23; Salmo 137; Romanos 11,33-36



LECTIO:
Jesús nos pregunta: ¿quién dice la gente que soy yo? Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Sería muy bueno que cada uno de nosotros respondiéramos al Señor en el silencio de la oración. ¿Quién es Jesús? ¿Quién es Jesús para mí?
Jesús es el Salvador del mundo, el salvador de mis pecados y miedos, de mis tristezas y desesperanzas. Jesús es el Hijo de Dios, es Dios mismo que se ha hecho hombre para decirnos con sus palabras, con su vida y con su muerte y resurrección, que Dios nos ama, que Dios es un abismo de generosidad, de sabiduría y conocimiento…
Jesús es el Hijo de Dios y nos revela que también nosotros somos hijos de Dios, que estamos llamados a vivir plenamente felices, en comunión con Dios y con los hermanos, ya aquí, en esta tierra, y por toda la eternidad. Jesús es Dios con nosotros que ha venido a mostrarnos el camino de la paz. Jesús es el Señor de la historia y debería ser el Señor de nuestras vidas.
Jesús dice a Pedro que le da "las llaves del Reino". El Apocalipsis habla de Jesús, como el Señor, el que posee las llaves: él es el que abre y nadie puede cerrar; cierra y nadie puede abrir. Es el mismo Jesús el que transmite esa misión a Pedro. Pedro está llamado a ser el mayordomo fiel al que se puede dar las llaves de casa. Jesús también dice: “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Jesucristo ha querido que Pedro sea el fundamento sólido sobre el que se construye la comunidad cristiana.
En el Evangelio es claro que Jesús da una misión especial a Pedro y a los que en la historia han sido sus sucesores: los Papas. Pedro, en la primera comunidad, y el Papa, como sucesor suyo a través de las generaciones, es el encargado de animar en la fe a sus hermanos, de confirmar su fidelidad en las dificultades, de ser el "pastor" de todos en nombre de Jesús; de ser portavoz de la fe de los demás y guía de la comunidad.

MEDITATIO:
     Detengámonos en el hecho de que Jesús asigna a Simón un nuevo nombre: «Pedro», «roca». En la Biblia este término, «roca», se refiere a Dios. Jesús lo asigna a Simón no por sus cualidades o sus méritos humanos, sino por su fe genuina y firme, que le es dada de lo alto. (Papa Francisco)
     Jesús tiene el propósito de dar vida a «su» Iglesia, un pueblo fundado ya no en la descendencia, sino en la fe, en  relación con Él mismo, en una relación de amor y de confianza. Nuestra relación con Jesús construye la Iglesia. Y, por lo tanto, para iniciar su Iglesia Jesús necesita encontrar en los discípulos una fe sólida, una fe «fiable». Es esto lo que Él debe verificar en este punto del camino. (Papa Francisco)
     Por su parte, Pedro es piedra, en cuanto fundamento visible de la unidad de la Iglesia; pero cada bautizado está llamado a ofrecer a Jesús la propia fe, pobre pero sincera, para que Él pueda seguir construyendo su Iglesia, hoy, en todas las partes del mundo. (Papa Francisco)
     También hoy Jesús nos pregunta a todos nosotros: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». ¿Qué responderemos? …pidámosle que nos dé la gracia de responder, con corazón sincero: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo». (Papa Francisco)

ORATIO:
     Pondré en sus manos las llaves del palacio de David: cuando abra, nadie podré cerrar; cuando cierre, nadie podrá abrir. Lo hincaré como un clavo en un lugar firme y será motivo de gloria para la casa paterna. (Isaías 22,19-23)


                 Cualquier día, en cualquier momento,
                a tiempo o a destiempo, sin previo aviso
                                 lanzas tu pregunta:
                       Y tú, ¿quién dices que soy yo?

CONTEMPLATIO:
      También hoy nos dirige Jesús a los cristianos la misma pregunta que hizo un día a sus discípulos:
“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”.
     Nos pregunta…para que revisemos nuestra relación con él.
¿Conocemos cada vez mejor a Jesús, o lo tenemos “encerrado” en nuestros viejos esquemas de siempre? ¿Somos comunidades vivas, interesadas en poner a Jesús en el centro de nuestra vida y de nuestras actividades, o vivimos estancados en la rutina y la mediocridad? ¿No sentimos discípulos y discípulas de Jesús? ¿Estamos aprendiendo a vivir con su estilo de vida en medio de la sociedad actual…? ¿Nos da igual vivir de cualquier manera, o hemos hecho de nuestra comunidad una escuela para aprender a vivir como Jesús? ¿Hemos aprendido a encontrar a Jesús en el silencio del corazón, o sentimos que nuestra fe se va apagando ahogada por el ruido y el vacío que hay dentro de nosotros? ¿Creemos en Jesús resucitado que camina con nosotros lleno de vida? ¿Vivimos acogiendo… la paz que nos dejó en herencia a sus seguidores? ¿Creemos que Jesús nos ama con un amor que nunca acabará? ¿Sabemos ser testigos del misterio de esperanza que llevamos dentro de nosotros?...


  Como sabéis, el Señor Jesús eligió antes de su pasión a sus discípulos, a quienes llamó apóstoles. Entre ellos solo Pedro ha merecido personificar a toda la Iglesia casi por doquier. En atención a esa personificación de toda la Iglesia que solo él representaba, mereció escuchar: ¡Te daré las llaves del Reino de los Cielos! Estas llaves no las recibió un solo hombre, sino la unidad de la Iglesia. Por este motivo se proclama la excelencia de Pedro, porque era figura de la universalidad y unidad de la misma Iglesia…  (Agustín de Hipona).

1 comentario:

  1. Esta escena llamada la confesión de Pedro en Cesarea de Filipos, siempre me ha conmovido en mis ratos de oración.
    Primero, porque es la primera y única encuesta de la que tenemos constancia en todo el Evangelio. ¿Y vosotros quién decís que soy yo? Todos responden. Jesús les escucha. Escucha las opiniones que le transmiten sobre Él. Ante todo, buenas y potables. Probablemente dirían barbaridades sobre Jesús.
    Por otra parte, la pregunta clave, la que cambia nuestra historia y nuestra vida, la ruta de nuestra existencia es esta. ¿Y vosotros quién creéis que soy yo? ¿Quién soy Yo para ti? En esta respuesta es donde nos jugamos la vida, la existencia, los momentos delicados y difíciles de la vida. De esta contestación dependen las grandes decisiones de nuestra vida.
    Decir: “Jesús es el Hijo de Dios Vivo”, nos cambia la vida y la existencia. Es descubrir que nada ni nadie nos podrán arrebatar el Amor de Jesús. Es un cambio que hace que a nuestra vida le crezcan las alas del amor y de la libertad. Sin el descubrimiento del Amor de Jesús nuestra vida no tiene sentido, se agota, se acaba. Es necesario volver siempre a la alegría y al gozo del Evangelio. Sin ese amor total al Señor nuestra vida sigue instalada en la mediocridad y en la tristeza.
    Decirle al Señor que Él es el Hijo de Dios Vivo, es volver a la alegría y al gozo de que hemos conocido el Amor que se entrega totalmente a los pobres.
    +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres


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