LA ORACIÓN MÁS ANTIGUA DIRIGIDA A LA VIRGEN.
“Sub tuum praesidium”
(Continuación)
Resulta
impresionante rezar esta oración, sabiendo que los
cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250 d.C.,
que es la fecha en la que Edgar Lobel dató el papiro en el que se encontraba.
Nosotros no
la hemos recibido de los arqueólogos, sino de la tradición
de la Iglesia, a través del latín en el caso de la
Iglesia Latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente.
Resulta
agradable, sin embargo, que la arqueología nos muestre una vez más que la
tradición no es algo inventado, sino que verdaderamente nos transmite la
herencia que los primeros cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.
Theotokos, la Madre de Dios.
La oración Sub tuum praesidium es un testimonio entrañable, probablemente el más antiguo y el más importante en torno a la devoción a Santa María.
Se trata de un tropario (himno
bizantino) que llega hasta nosotros lleno de
juventud. Es quizás el texto más antiguo en
que se llama Theotokos (Madre de DioS) a la Virgen,
e indiscutiblemente es la
primera vez que este término aparece en un contexto oracional e invocativo.
G. Giamberardini, especialista en el cristianismo primitivo
egipcio, en un documentado estudio ha mostrado la presencia del tropario en los más diversos ritos y las diversas
variantes que encuentra, incluso en la liturgia latina.
La
universalidad de esta antífona hace pensar que ya a mediados del siglo III era usual invocar a Santa María como Theotokos, y que los teólogos, como
Orígenes, comenzaron a prestarle atención, precisamente por la importancia que
iba adquiriendo en
la piedad popular. Simultáneamente esta invocación habría
sido introducida en la liturgia. En el rito romano, su
presencia está ya testimoniada en el Liber Responsalis,
atribuido a San Gregorio Magno y es copiado en el siglo
IX en la siguiente forma: “Sub tuum praesidium
confugimus, Sancta Dei Genitrix”. Algunos manuscritos de los siglos X y XI,
presentan unas deliciosas variantes de esta oración, manteniendo
intacta la expresión Santa Dei Genitrix,
en estricta fidelidad a la Theotokos del
texto griego.
Se trata de traducciones fidelísimas del texto
griego, tal y como aparece en el rito bizantino, en el que se utiliza
la palabra griega eysplagknían, para referirse a las entrañas
misericordiosas de la Madre de Dios. La
consideración de la inmensa capacidad de las entrañas maternales de la Madre de
Dios está en la base de la piedad popular que tanta importancia dio al
título Theotokos para designar a
la Madre de Jesús.
Y quizás
como lo más importante sea el hecho de que el testimonio del Sub tuum praesidium levanta la sospecha de que el
título Theotokos se origina a
mediados del siglo III en la piedad popular como
invocación a las entrañas maternales de Aquella que llevó en su seno a Dios.
Esta vez, quizás, la piedad popular fue por delante de la Teología. Al menos,
es muy verosímil que así fuese.
Los
fieles que, con sencillez, rezan esta oración a la Sancta Dei Genitrix, la Theotokos, la Madre
de Dios, porque la han recibido de manos de la Iglesia, son los que están más cerca de lo que
transmitieron los primeros cristianos
y,
por lo tanto, más cerca de Cristo.
La versión
latina esta oración ha sido inmortalizada en la música especialmente por Antonio Salieri
y Wolfgang Amadeus Mozart.
Lucas F. Mateo-Seco, La devoción mariana en la primitiva Iglesia.
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