TIEMPO LITÚRGICO

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domingo, 24 de junio de 2012

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO EN LA SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

El ejemplo de San Juan Bautista nos llama a la conversión
VATICANO, 24 Jun. (ACI/EWTN Noticias).-
     El Papa Benedicto XVI afirmó que el ejemplo de San Juan Bautista, cuya fiesta se celebra hoy, llama a los cristianos “a convertirnos, a testimoniar a Cristo y anunciarlo a tiempo y contra el tiempo”.                      .
     En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó la vida de San Juan Bautista e indicó que “si se excluye la Virgen María, el Bautista es el único santo de quien la liturgia festeja el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”.
     “Desde el seno materno, en efecto, Juan es el precursor de Jesús: su prodigiosa concepción es anunciada por el Ángel a María como signo de que “nada es imposible a Dios”.  
      Benedicto XVI señaló que “el padre de Juan, Zacarías, marido de Isabel, pariente de María, era sacerdote del culto judío. Él no creyó enseguida al anuncio de una paternidad ya inesperada y por este motivo quedó mudo hasta el día de la circuncisión del niño, al cual él y su mujer le dieron el nombre indicado por Dios, es decir Juan, que significa ‘el Señor hace gracia”.        “Animado por el Espíritu Santo, Zacarías habló así de la misión del hijo: ‘y tú niño serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados”.     
     El Papa explicó que “todo esto se manifestó 30 años después, cuando Juan bautizaba en el río Jordán, se puso a bautizar, llamando a la gente a prepararse, con aquel gesto de penitencia, a la inminente venida del Mesías, que Dios le había revelado durante su permanencia en el desierto de Judea”.                                         “Cuando un día, desde Nazaret, viene Jesús mismo para hacerse bautizar, Juan primero rechazó, pero luego aceptó, y vio el Espíritu Santo posarse sobre Jesús y oyó la voz del Padre celeste que lo proclamaba su Hijo”.   
      El Santo Padre señaló que, sin embargo, la misión de San Juan Bautista no se había cumplido hasta entonces, pues “poco tiempo después, se le pidió que anticipara a Jesús también en la muerte violenta. Juan fue decapitado en la cárcel del rey Herodes y así dio pleno testimonio del Cordero de Dios, a quien él, primero que todos, había reconocido e indicado públicamente”. 
     El Papa Benedicto XVI también recordó que "la Virgen María ayudó la anciana pariente Isabel a llevar hasta el último la concepción de Juan".                       .
     "Ella ayude a todos a seguir a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, que el Bautista anunció con gran humildad y ardor profético", concluyó.

1 comentario:

  1. Difícil, pero no imposible. Lección del Bautista

    Normalmente de los santos lo que celebramos es su nacer eterno para el cielo, el dies natalis, día del nacimiento. Pero hay tres excepciones: Jesús, María y Juan el Bautista. De ellos tres celebramos el día en el que nacieron gloriosamente en la casa del Padre Dios tras la muerte o dormición, y el día en el que nacieron terrenalmente en nuestra historia. En este caso lo hacemos del pariente de la Virgen y de Jesús: Juan el Bautista, que nació de los ancianos Zacarías e Isabel.
    Jesús tiene una expresión llena de elogio hacia su primo Juan Bautista: que no ha nacido de mujer nadie más grande que él, dirá el Señor. No se trataba de un piropo que quedaba en familia, sino de una certeza que atestiguaba la grandeza de Dios, que hace posible lo que para nosotros tantas veces es imposible. En efecto, se trataba de un milagro el nacimiento de aquel niño: nacerá de una mujer estéril y anciana, ante el estupor de su anciano esposo que no se lo terminaba de creer. Y como blasón de credibilidad se dirá aquello: para Dios nada hay imposible.
    A María se le dará esa señal para que crea que quien de ella nacerá, aún siendo virgen, también será posible. Mira a tu prima Isabel, que ya está de seis meses la que llamaban estéril. Y María creyó. Estamos, pues, ante historias totalmente singulares que sólo y únicamente se han dado en el caso de estas mujeres parientes con el nacimiento de sus sendos hijos. Pero lo que supone como confianza, como fe, sí que es algo que nos afecta a nosotros: lo que para nuestras fuerzas e ingenio puede resultar imposible, se torna en posibilidad si nos dejamos iluminar por Dios, acompañar por su cercanía, dejándonos mover por lo que Él de tantos modos nos propone.
    Juan Bautista nacerá con la misión profética de anunciar las buenas noticias de Dios y de denunciar todo aquello que ofende al Señor porque destruye a sus hijos. Él vino para preparar los caminos que el Señor frecuenta en nuestras vidas. Juan nació con esta misión, en ella creció y por ella dará la vida. Todo un recorrido que nos ayuda a nosotros, tantos siglos después a confrontar nuestra vida cristiana con los retos actuales en los que también se nos ha confiado una misión como hijos de Dios, como hijos de la Iglesia y como hijos de nuestra generación. Ahí está el reto que se nos plantea con empeño y creatividad para acertar en el testimonio de nuestra fe para nuestra época concreta. Las cosas pueden ser difíciles, pero no imposibles para quienes vamos de la mano del Señor.

    + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
    Arzobispo de Oviedo

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