OCTUBRE : ANIVERSARIOS TERESIANOS
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON
DIOS
Adorado
sea el Santísimo Sacramento…
Celebramos este año el 25 aniversario de
la muerte de Santa Teresa de Calcuta y de la proclamación de Doctora de la
Iglesia a Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz; además, el cuarto
centenario de la canonización de Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia.
Damos gracias a Dios por
la actualidad de las dos doctoras de la Iglesia: a la Madre Teresa de Calcuta,
podemos denominarla cariñosamente “·doctora de la caridad”. En
las tres teresas brilla el amor incondicional y entrañable a Jesús, tanto
en la vida contemplativa como en la activa. Vidas entregadas a Él y a la
extensión del Reino, llevando el amor de Jesús a todos los
hombres, sus hermanos.
Profesan un gran amor a
Jesús Sacramentado, desde una entrega silenciosa y una obediencia amorosa,
fundada en la humildad y la pequeñez, reconociendo que todo es don de Dios.
Nos recuerda
la de Ávila en el Camino de Perfección, cómo nos
mostró el Señor el amor que nos tiene, quedándose con nosotros en el Santísimo
Sacramento, aun sabiendo lo mal que lo iban a tratar
“manos enemigas”, y nos recomienda “pues no lo hagamos nosotros, porque
juntando nuestra oración con la suya tendrá mérito delante de Dios para
alcanzar lo que pidiéremos”.
Adoradores, contentemos al
Señor, como nos recuerda la santa e insiste en la frecuencia y
preparación, para acercarnos al Sacramento y aprovechar la
audiencia la hora posterior a la comunión y
practicar la comunión espiritual: “comulgar espiritualmente
que es de grandísimo provecho, y hacer lo mismo de recogeros después en vos,
que es mucho lo que se imprime el amor así de este Señor”.
La Pequeña
Teresa nos ha mostrado su entrega total al amor
misericordioso de Jesús; en su celda escribió en la pared “Jesús
es mi único amor”; en sus poesías expresa su intimidad trinitaria: “¡Ah! Tú lo
sabes Divino Jesús, te amo, / El Espíritu de Amor me incendia con su Fuego, /
Amándote atraigo al Padre” (P 17/2). Amor que pondrá en el centro de su
vocación, al manifestar que en el corazón de la Iglesia ella será el amor. Aprendamos de Ella en las
horas de adoración silenciosa, mirando y dejándonos mirar por el Amor de los
amores. Teresita quiere vivir su entrega desde el ocultamiento,
como lo expresa en la poesía de la Rosa deshojada: “La rosa deshojada, / ¡oh,
mi Niño divino! / es la más fiel imagen / del corazón que quiere a cada
instante / por tu amor inmolarse enteramente”.
Amor y abandono, vivido en
el “caminito de la infancia espiritual”, que tanto han aconsejado San
Juan Pablo II, recordando que “el camino
de Teresa de Lisieux es el camino de toda la Iglesia”; y San
Pio X, nos recordaba al inicio de su proceso: “que es la santa
más grande de los tiempos modernos”. Vive su celo por la
salvación de las almas, al querer recoger la sangre que ve
brotar de la cruz de Jesús, en una estampa que le han regalado, y apadrinará a
su primer “hijo”, al asesino Pranzini.
La Madre
Teresa de Calcuta, cuyo nombre está tomado de la santa de Lisieux, seguirá
la llamada de Jesús, dentro de la llamada “Tengo sed”;
dentro de su noche oscura buscará por todos los medios saciar la sed de Jesús, especialmente
en los pobres más pobres que le desconocen, haciéndose uno con
ellos para llevarlos a Jesús.
Vida eminentemente eucarística, como
nos narra la siguiente anécdota: “Santa Teresa de Calcuta cuenta que al
principio eran muy pocas monjas y no llegaban a atender a toda la necesidad.
Entonces se pusieron a orar para ver qué hacer para poder atender a tanta
necesidad. La respuesta del Señor fue sorprendente. Quería que
rezaran todas juntas una hora extra delante del Santísimo sacramento expuesto.
Santa Teresa de Calcuta declaraba que esta hora santa diaria fue la causa y la
razón por la que la comunidad floreció. La comunidad ha crecido hasta más de
tres mil Hermanas mediante el poder y la gracia recibidas en la hora santa
diaria”.
Las tres
Teresas han hecho de su intimidad con Jesús, en el
Sacramento, la “senda” de su vida de entrega a Jesús y
de llevar las almas a Jesús y Jesús a las almas,
sobre todo a las más pobres espiritual y materialmente; decía Teresita
“atráeme” para manifestarle a Jesús todas las intenciones de su corazón.
Nuestro
Venerable fundador, en momentos turbulentos, nos dice: “Las
obras de Dios son siempre de Dios, así en su origen, pues
nacen de su inspiración, como en su principio, y en su desarrollo, y a Él solo
deben su prosperidad. Cuanto más excelente es la obra, más requiere la
humildad. La humildad es grandeza, la mayor grandeza a la que el hombre puede
llegar en la tierra”.
Nunca nos cansaremos de dar
gracias a Dios por la vocación de adorador; que aprendamos de
estas santas, tan actuales, para que cada día nuestras familias sean más
eucarísticas, para poder decir con ellas “Solo Dios basta”.
Preguntas para el diálogo y la meditación.
■ ¿Conozco las enseñanzas de la pequeña doctora
de la Iglesia sobre su caminito?
■ ¿Pido la intercesión de las
mismas en mis horas de adoración?
■ ¿Cultivo en mi vida la
“senda” eucarística y de abandono?
■ ¿Hablo a Jesús de los
hombres, para después hablar a los hombres de Jesús?
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