« YO CONOZCO A MIS OVEJAS Y ELLAS ME CONOCEN…»
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder
recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo
poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido
de mi Padre».
Otras Lecturas: Hechos 4,8-12; Salmo 117; 1Juan 3,1-2
Llegados
al cuarto domingo de Pascua nos encontramos con la figura atrayente del buen
Pastor, Jesucristo. Una imagen que da para mucho, tanto en la antigua tradición
bíblica, como en la conciencia de Jesús y en toda la tradición posterior de la
Iglesia. En el Antiguo Testamento, Dios
comunica su amor por medio de esta imagen, tan cercana y expresiva
para una cultura que vive de sus rebaños y del cuidado de quienes los
pastorean. Con esta imagen, los profetas
han reclamado la fidelidad de un pueblo
que se mareaba con los atractivos de los ídolos y con esta imagen han hostigado a los pastores que buscaban su
provecho personal y no el de las
ovejas. En un arrebato de celo, Dios llega a decir: “Yo mismo apacentaré a mis
ovejas… para que no anden dispersas en los días de nubarrones y tormentas” (Ez 34).
En
este contexto pastoril, Jesús se presenta diciendo: “Yo soy el buen pastor, que conozco a mis ovejas y doy la vida por ellas”,
al tiempo que contrapone a los malos pastores, los asalariados, que no les importan las ovejas, sino que se aprovechan de ellas y, cuando viene el lobo, huyen y no defienden a
las ovejas.
Esta imagen del buen pastor ha encandilado a los místicos en la larga tradición
de la Iglesia. Desde muy pronto, la iconografía cristiana se familiarizó con
esta imagen, suscitando comentarios bíblicos y teológicos de la más alta
espiritualidad… (+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)
MEDITATIO:
«El buen Pastor da su vida por las ovejas»
Estas palabras se realizaron plenamente cuando Cristo, obedeciendo libremente a
la voluntad del Padre, se inmoló en la Cruz. Entonces se vuelve
completamente claro qué significa que Él es «el buen Pastor»: da la vida,
ofreció su vida en sacrificio por todos nosotros: por ti, por mí ¡por todos! ¡Y
por ello es el buen Pastor! (Papa Francisco).
Jesús se presenta como el verdadero y
único Pastor del pueblo: el pastor malo piensa en sí mismo y explota a las
ovejas; el buen pastor piensa en las ovejas y se dona a sí mismo. … Cristo Pastor es un guía
atento que participa en la vida de su rebaño, no busca otro interés, no
tiene otra ambición que la de guiar, alimentar y proteger a sus ovejas. Y todo
esto al precio más alto, el del sacrificio de su propia vida. (Papa Francisco).
Es
una gracia para el pueblo de Dios tener buenos pastores, pastores como Jesús, que no se avergüenzan de tocar la carne herida, que saben que sobre
esto seremos juzgados: estuve
hambriento, estuve en la cárcel, estuve enfermo… Los criterios del protocolo
final son los criterios de esta cercanía total, para tocar, compartir
la situación del pueblo de Dios. (Papa
Francisco).
Señor, Tú que conoces a tus ovejas, Tú que
sabes de mis actitudes y de mis límites, actúa en mi vida, Señor.
me despertaste del profundo sueño.
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos.
« Por esto me ama el Padre, porque yo
entrego mi vida»
Este domingo es la Jornada mundial de
oración por las vocaciones, con el lema “¿Para quién soy yo? Quiere suscitar
sobre todo en los jóvenes cuál es el sentido de su vida, para quién quieren
vivir su vida, a quién quieren entregarla. Y a todos los fieles recordarnos la
necesidad de que todas esas vocaciones vayan acompañadas de nuestro interés y
oración.
Jesucristo buen pastor sigue llamando para buscar a los que están abatidos y
necesita corazones y brazos que lo hagan presente. Toda vocación tiene como
fundamento ese encuentro con el Señor... La vida es muy bonita cuando se vive
como el buen Pastor, para dar la vida por los demás. (+ Demetrio Fernández – Obispo de Córdoba)
■… Mis
ovejas me siguen. Yo les doy la vida eterna, y no se perderán para siempre.
¿Quién habrá que pueda con una oveja de Jesucristo? ¿A dónde se quedará, que no
torne el Señor por ella? No se caerá ya de su mano. Ni hambre, ni hartura, ni
frío, ni calor, ni dolor, ninguna cosa las apremiará. Terné yo tanto cuidado de
mis ovejas, que ya no tendrán temor de perecer. Yo buscaré mis ovejas, y las
visitaré. Las pone donde lobo ninguno las pueda tocar. Librarlas he de todos
los peligros en que se pueden perder. (San Juan de Ávila)
Domingo del buen pastor que cuida de cada uno de nosotros si le dejamos ser nuestro Buen Pastor. Domingo para meditar si el Señor es el que pastorea mi vida. Si le dejo cuidar de mi vocación, pues aunque vaya por valles de tinieblas... Tu vara y tu cayado me sosiegan.
ResponderEliminarMi vida le pertenece al Señor. En la vida y en la muerte somos del pastor bueno. Existe la vocación a la santidad cuando nos ponemos en sus manos, con una infinita confianza y sabemos que nada ni nadie nos podrá quitar el amor de Jesús.
Ser de Dios no siendo de uno mismo, es dejarse conducir por el Amor de los amores. Un pastor que nunca nos deja a la intemperie cuando viene el lobo, sino que nos defiende para que los lobos no hagan estragos. Es siempre dejarse cuidar para que el Señor nos conduzca a fuentes Tranquilas y repare nuestras fuerzas.
Volver al rebaño de su corazón, es tener como el buen pastor una vida entregada. Es saber de qué nada ni nadie nos podrá quitar el amor de Jesús, y es sembrar por todas parte el buen olor de Cristo, ser pastores que huelen a oveja y sembrar los caminos de la vida de un amor vencedor en mil batallas.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado de España