TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 14 de marzo de 2020

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 15 DE MARZO DEL 2020, 3º DE CUARESMA (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Arzobispo de Toledo. Primado de España)

«EL QUE BEBA DEL AGUA QUE YO LE DARÉ NUNCA MÁS TENDRÁ SED»



Jn. 4, 5-42


   [En aquel tiempo, llegó Jesús a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al pozo. Era hacia la hora sexta. Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber». Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
     Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice “dame de beber”, le pedirías tú, y él te daría agua viva» .La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?».
     Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna». La mujer le dice: «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla».
     Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve». La mujer le contesta: «No tengo marido». Jesús le dice: «Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad» La mujer le dice: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén».
     Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero  adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que lo adoren así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad». La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo». Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo».]…

Otras Lecturas: Éxodo 17, 3-7; Salmo 94; Romanos 5, 1-2.5-8

LECTIO:
      El tercer domingo de cuaresma nos presenta la escena preciosa de Jesús en diálogo con la Samaritana, que tiene como centro el agua viva… El agua tiene todo un significado simbólico en este y otros pasajes del evangelio. Es como la gracia de Dios, en cuya ausencia nos morimos de sed, y que Jesús ha venido a traer a raudales, sin agotarse, capaz de saciar a todo el que se acerque a beber de él. “El que tenga sed que venga a mí y beba el que cree en mí; de sus entrañas manarán torrentes de agua viva” (Jn 7,37). Al acercarse Jesús a aquella mujer le pide agua para anunciarle un agua viva.
     Aquella mujer descubrió a Jesús, como el que tenía que venir a salvar el mundo, y se hizo discípula misionera de Jesús. Fue a su pueblo y habló de Jesús a sus paisanos, habló de Jesús con entusiasmo, hizo partícipes a los demás de su propia experiencia de sentirse amada por Jesús. Y muchos creyeron en Jesús por el testimonio de la Samaritana y le pidieron que se quedara con ellos algún día.
     Para Dios no hay discriminación de hombre o mujer, unos y otros están llamados a entrar en el corazón de Cristo, experimentar su amor incondicional y ser testigos de ese amor ante los demás. Nadie nos ha amado nunca como nos ama Jesús, en cuyo corazón encontramos la misericordia abundante de Dios para nuestras vidas. (+ Demetrio Fernández - Obispo de Córdoba)

MEDITATIO:
     El agua que dona la vida eterna ha sido derramada en nuestros corazones en el día de nuestro Bautismo; entonces Dios nos ha transformado y llenado de su gracia. Pero puede darse que este gran don lo hemos olvidado, o reducido a un mero dato personal; y quizá vamos en busca de “pozos” cuyas aguas no nos sacian. Cuando olvidamos el agua verdadera, buscamos pozos que no tienen aguas limpias. (Papa Francisco)
     Este tiempo de Cuaresma es una buena ocasión para acercarse a Él, encontrarlo en la oración en un diálogo de corazón a corazón, hablar con Él, escucharle; es una buena ocasión para ver su rostro también en el rostro de un hermano y de una hermana que sufre. (Papa Francisco)
      De esta forma podemos renovar en nosotros la gracia del Bautismo, saciar nuestra sed en la fuente de la Palabra de Dios y de su Espíritu Santo; y así descubrir también la alegría de convertirse en artífices de reconciliación e instrumentos de paz en la vida cotidiana. (Papa Francisco)

ORATIO:
     Espéranos, Señor, junto al pozo del pacto, en la hora providencial que a cada uno le toca. Preséntate, inicia tú el diálogo, tú mendigo rico de la única agua viva.

Como busca la cierva corrientes de agua,
así te busco yo, Dios mío.
… que tu torrente me inunde
y de mi seno corran ríos de agua viva.

CONTEMPLATIO:
«Adorar al Padre en espíritu»
  …es seguir los pasos de Jesús y dejarnos conducir como él por el Espíritu del Padre que lo envía siempre hacia los últimos. Aprender a ser compasivos como es el Padre. Lo dice Jesús de manera clara: «Dios es espíritu, y quienes le adoran deben hacerlo en espíritu». Dios es amor, perdón, ternura, aliento vivificador..., y quienes lo adoran deben parecerse a él. 
«Adorar al Padre en verdad»
  …es vivir en la verdad. Volver una y otra vez a la verdad del Evangelio. Ser fieles a la verdad de Jesús sin encerrarnos en nuestras propias mentiras. Después de veinte siglos de cristianismo, ¿hemos aprendido a dar culto verdadero a Dios? ¿Somos los verdaderos adoradores que busca el Padre?  (Evangelii Gaudium)


                                                                                                                                              
   Dígnate, Dios misericordioso y Señor piadoso, llamarme a esta fuente, para que también yo, junto con todos los que tienen sed de ti, pueda beber el agua viva  que de ti mana, oh fuente viva. Que pueda embriagarme en tu inefable dulzura sin cansarme nunca de ti y diga: ¡Qué dulce es la fuente de agua viva; su agua que brota para la vida eterna no se agota jamás! [...] Tú eres todo para nosotros: nuestra vida, nuestra luz, nuestra salvación, nuestro alimento, nuestra bebida, nuestro Dios (San Columbano).


1 comentario:

  1. Seguimos con las catequesis que durante la cuaresma se preparaban para recibir el bautismo. Es el primer catecumenado que tiene la Iglesia. Siempre el encuentro de Jesús con la Samaritana lo vivió la Iglesia primitiva para explicar el Bautismo, como el agua viva que brota de la fuente del pozo, del manantial de su Corazón.
    La samaritana se acerca al pozo de Jacob, pero a la hora sexta, cuando estaba convencida de que no había nadie. Jesús tenía que pasar por Samaria para encontrarse con aquella mujer pecadora y cerrada a la acción de Dios. Es curioso que al final se da el encuentro porque Jesús tiene siempre sed, concretamente de nuestro amor. La iniciativa es de Jesús que le pide de beber, que le dice a aquella mujer, tengo sed. El Señor que es la fuente de la vida y del amor se hace el sediento, la Fuente de la vida y del amor, tiene sed de que nosotros tengamos sed del Amor de los amores.
    Hay una enseñanza que es clave en nuestra vida cristiana y que Jesús nos recuerda. Todo corazón humano no puede saciar su sed de amor sino es en el Corazón de Cristo, la fuente de agua viva. Hasta que no tengamos un encuentro personal con Jesús, no cambiara de raíz nuestra vida. Jesús le descubre a la samaritana que podemos construir desde nuestra pobreza. Partiendo desde la verdad de que somos pecadores, podemos construir una vida nueva que se llama santidad.
    Cuando nos fiamos de Jesús y no nos reservamos nada y sencillamente le presentamos nuestras limitaciones y meteduras de pata, entonces es cuando al Señor le robamos el Corazón y nos revela sus grandes secretos. El secreto de su identidad, el Mesías de Dios, el que tenía que venir al mundo. También el verdadero culto en espíritu y verdad, que es la Eucaristía, celebrada desde donde sale el sol hasta su ocaso. Es necesario descubrir en el encuentro de Cristo con la samaritana, que el Señor nos espera y nos busca junto al brocal del pozo de su Corazón abierto.


    + Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo. Primado de España

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