TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

domingo, 18 de noviembre de 2018

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE DEL 2018, 33º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«EL CIELO Y LA TIERRA PASARÁN, PERO MIS PALABRAS NO PASARÁN»


Mc. 13. 24-32

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
       Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta.
       En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».

Otras Lecturas: Daniel 12,1-3; Salmo 15; Hebreos 10,11-14.18

LECTIO:
       El Evangelio de este domingo es un mensaje de esperanza, de invitación a preparar ya ese final esperanzado. Porque tras todas las tinieblas y tribulaciones, después de todos los horrores y los errores de nuestra andadura humana, vendrá el Hijo del hombre para decirnos su palabra eterna, la que hizo todo y la única que no pasará, para devolvernos con fuerza y con ternura la verdad de nuestra vida. 
     No se trata de temer ese día último como quien teme un final sin piedad, sino de vivir ese final atreviéndonos a ir escuchando ya cada día esa palabra postrera que escucharemos de los labios de Jesucristo. ¿No tiene nuestro mundo necesidad de testigos que escuchen esa palabra, que la testimonien en cada situación y circunstancia?
     Somos llamados los cristianos a anticipar esa hora última, cuando en nosotros se puede escuchar otra palabra capaz de recrear todas las cosas, de hacerlas nuevas otra vez, y no fugazmente sino para siempre ya, cada día. Este es el tiempo cristiano, es el tiempo de Dios. (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm)



MEDITATIO:
     Nuestra meta final es el encuentro con el Señor resucitado… El problema no es «cuándo» sucederán las señales premonitorias de los últimos tiempos, sino el estar preparados para el encuentro. Y no se trata ni si quiera de saber «cómo» sucederán estas cosas, sino «cómo» debemos comportarnos, hoy, mientras las esperamos. Estamos llamados a vivir el presente, construyendo nuestro futuro con serenidad y confianza en Dios. (Papa Francisco)
     El triunfo de Jesús al final de los tiempos, será el triunfo de la Cruz; la demostración de que el sacrificio de uno mismo por amor al prójimo y a imitación de Cristo, es el único poder victorioso y el único punto fijo en medio de la confusión y tragedias del mundo. (Papa Francisco)
     También en nuestros días no faltan las calamidades naturales y morales, y tampoco la adversidad y las desgracias de todo tipo. Todo pasa —nos recuerda el Señor—; sólo Él, su Palabra permanece como luz que guía, anima nuestros pasos y nos perdona siempre, porque está al lado nuestro. Sólo es necesario mirarlo y nos cambia el corazón. (Papa Francisco)

ORATIO:
     Jesús, Señor de la historia, Haz que completemos nuestra peregrinación terrena tendiendo a la patria celestial, para que quien nos encuentre comprenda cuál es la bienaventurada esperanza.

Señor, me acerco hoy a Ti
sabiendo que eres el Señor de la vida y de la historia.
Consciente de mis debilidades y caídas,
pongo mi confianza en Ti,

CONTEMPLATIO:
      Contempla el mensaje que te dirige Jesús hoy. 

     Es una invitación para que vivamos según el querer de Dios. Y estemos atentos a los signos de los tiempos, por eso es necesario vivir una auténtica vida interior. También es una invitación para que revisemos nuestra relación con Dios, con nuestros hermanos, la naturaleza y con nosotros mismos.
     Muchas veces vivimos demasiado  preocupados por el futuro, mientras que  en el mundo  que estamos viviendo hay  muchos signos… ¿Cuál debe ser nuestra actitud, si queremos… caminar hacia el Padre, en este mundo de devastación, en este mundo de guerras, en este mundo de tribulación? Nuestra actitud es la actitud de las Bienaventuranzas. Solamente este camino nos llevará al encuentro con Dios


    Nos encontramos una vez más teniendo que decidir: debemos escoger si queremos limitar la fe al ámbito del sentimiento y orientar nuestros pensamientos según los de todos, o bien si pretendemos ser cristianos también en el modo de pensar. El juicio es el último acto de Dios, y lo lleva a cabo aquel que sigue siendo durante toda la historia el «signo de contradicción», el momento de la decisión tanto para el individuo como para los pueblos. ¿Cómo se lleva a cabo este juicio? En un primer momento, podemos suponer que el objeto del juicio deben ser las acciones y las omisiones del hombre. Veremos, en cambio, que todo está fundido en una sola entidad: el amor.  (R. Guardini)

1 comentario:

  1. Vamos ya terminando el Año Litúrgico y San Marcos en su Evangelio nos introduce en lo que la Teología llamaba los novísimos, es decir aquello que antes se predicaba tanto y que hoy se olvida con facilidad; la muerte cierta, el juicio y la salvación o condenación.
    Si partimos de que Dios nunca viene como una amenaza sino como salvación entenderemos este pasaje y todo el Evangelio, que siempre es Buena Noticia.
    Habla de los últimos tiempos. Nos introduce y advierte que la creación también sufre esta transformación y también les afectará a los astros, a las estrellas y la luna que “con su poder creó”. Vendrá el Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder. El título más humano, Hijo del hombre, y que utilizaba con gusto Jesús ahora vendrá con “gran poder y majestad”. No será como en la Navidad que vino en la profunda humildad de un niño, de un bebé para que no tengamos miedo a Dios. No vendrá sentado sobre un burro como en la entrada en Jerusalén que también se acerca como Rey humilde para ser clavado en la cruz y resucitar.
    La clave es que viene a reunirnos con los elegidos, a ti y a mí, que queremos ser contados entre los elegidos, porque desde nuestra pobreza le hemos dicho una y otra vez al Señor: “¿dónde iremos si sólo Tú tienes palabras de vida eterna?” Buscamos el vivir cumpliendo su voluntad desde la realidad de nuestro ser pecador y reconciliados con toda la creación y haciendo la guerra al pecado que nos deshumaniza. Reunirnos con los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de oriente a occidente, cantando con los ángeles y virtudes.
    Toda nuestra vida será siempre estar preparados para que cuando “seamos examinaos en el amor “superemos el gran examen más importante de la vida donde todos los demás exámenes pasarán a un segundo plano, ser examinados a la tarde de la vida en el Amor. Amar será siempre la asignatura pendiente donde vamos a ser examinados ¿Te atreves a vivir así?
    +Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres

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