TIEMPO LITÚRGICO

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sábado, 10 de noviembre de 2018

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 11 DE NOVIEMBRE DEL 2018, 32º DEL TIEMPO ORDINARIO (Comentario de +Francisco Cerro Chaves-Obispo de Coria-Cáceres)

«ESTA VIUDA POBRE HA ECHADO EN LAS OFRENDAS MÁS QUE NADIE…»



Mc. 12. 38-44
     En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos instruyéndolos: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
     Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Otras Lecturas: 1Reyes 17.10-16; Salmo 145; Hebreos 9,24-28

LECTIO:
     Jesús la vio, y la ensalzó hasta el punto de colocarla como ejemplo. Exactamente igual que vio a los letrados y los puso de contraejemplo. Nada escapa a la mirada de Dios.
     ¿Qué es lo que Jesús vio en esta viuda? Que lo había dado todo. Por poco que fuera, eso era cuanto tenía. El premio de esta mujer estaba en la paz y en la falta total de agobio asfixiante, de zozobra angustiosa, porque vivía en la libertad de quien nada tiene que defender porque todo lo ha entregado ya.
     Curiosamente, los que viven así tienen esa felicidad que imposiblemente pretenden alcanzar aquellos que se resisten a darlo todo. Y aquí resalta la paradoja evangélica: quien entrega, tiene, quien retiene se quedará sin nada.
     Darlo todo, gratuitamente, como gratis lo hemos recibido, y también nosotros experimentaremos que las promesas de Jesús no son vacías. Somos lo que somos ante Dios y nada más. (+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm).

MEDITATIO:
     El episodio del Evangelio de este domingo se compone de dos partes: en una se describe cómo no deben ser los seguidores de Cristo; en la otra, se propone un ideal ejemplar de cristiano.
     Jesús, hoy, nos dice también a nosotros que el metro para juzgar no es la cantidad, sino la plenitud. Hay una diferencia entre cantidad y plenitud. Tú puedes tener tanto dinero, pero ser una persona vacía. No hay plenitud en tu corazón. Pensad esta semana en la diferencia que hay entre cantidad y plenitud. No es cosa de billetera, sino de corazón…  Amar a Dios «con todo el corazón» significa confiar en Él, en su providencia, y servirlo en los hermanos más pobres, sin esperar nada a cambio. (Papa Francisco)
     Ante las necesidades del prójimo, estamos llamados a privarnos  de algo indispensable, no sólo de lo superfluo; estamos llamados a dar el tiempo necesario, no sólo el que nos sobra; estamos llamados a dar enseguida sin reservas algún talento nuestro, no después de haberlo utilizado para nuestros objetivos personales o de grupo. (Papa Francisco)

ORATIO:
     Señor Jesús, enséñanos la generosidad y el abandono confiado de los pobres en el espíritu.

Ayúdanos a comprender y valorar
la actitud de esa viuda que dio
más que todos los demás,
porque dio todo lo que tenía.

CONTEMPLATIO:
      Contempla como Jesús:
   …observa a los escribas que viven para el público y a la viuda pobre que pone amor en lo que da.  También nos mira, en nuestro interior, en el modo de hacer y pensar… ¿Qué espera de mi? Compartamos con el Señor los sentimientos, los deseos, las dificultades que queremos mejorar... Contémosle  nuestras cosas. Confiemos y esperemos.
       Céntrate en Jesús:
     Miremos qué dice, qué hace, qué dicen de Él… y mirémonos nosotros  mismos. ¿También dedicamos a la oración el tiempo que nos sobra? ¿También entregamos en la Iglesia, en la comunidad el tiempo y el dinero cuando nos sobra? ¿Qué significa para nosotros eso de “ha echado todo lo que tenía para vivir?

                                                                             
   Es grande el que toma de lo poco de que dispone, puesto que en la balanza de la justicia divina no se pesa la cantidad de los dones, sino el peso de los corazones […]Ningún gesto de bondad queda privado de sentido ante Dios, ninguna misericordia queda sin fruto. Son diversas, a buen seguro, las posibilidades que él ha dado a los hombres, pero no son diferentes los sentimientos que reclama de ellos. Valore cada uno con diligencia la entidad de sus propios recursos, y que los que más han recibido den más (S. León Magno).

1 comentario:

  1. Marcos nos sigue hablando de las condiciones interiores del seguimiento de Jesús. No nos podemos quedar en la religión de la exterioridad, de los ropajes vistosos, de hacer las cosas para que nos vean, de la pura y dura vanidad, de los que viven sólo en la epidermis de la religión con Dios y con los hermanos, sin llegar a lo profundo del corazón; sin embargo aquella pobre viuda observada, no le importa ponerse a la cola y quizás dar una pobre moneda que casi hace el ridículo de los que compiten por ser importantes y por ser más que los demás en todo. Ella no se compara, entrega lo que tiene. No busca brillar sino entregar la vida. No sabe de vanidad sino de necesidad. Sabe que Dios sólo nos pide que entreguemos lo que somos y lo que tenemos. No nos pide milagros. La eficacia de una vida está en dar y darse desde la pobreza y la profunda humildad del corazón, que es lo único que conquista maravillosamente el Corazón de Cristo. No existe otra verdad más humana que son los pobres los que nos enseñan la verdadera relación con Dios y a entregar la vida desde “signos pobres” que siempre conmueven el Corazón de Dios.
    La viuda lo dio todo, no se ahorró nada para sí. Sabe que la generosidad no es dar, sino darse. Puede haber gente que dé mucho, pero siempre de lo que le sobra de dinero, de tiempo, de dedicación… Hay otras personas, como decía la Madre Teresa de Calcuta, que dan hasta que les duele. Es un amor generoso y sacrificado. Es un amor que observan los ojos limpios de Jesús que sabe apreciar los sentimientos y las motivaciones del corazón humano.

    +Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres

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