TIEMPO LITÚRGICO

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jueves, 13 de septiembre de 2018

Comenzamos el curso con el horizonte puesto en la Cruz, la Eucaristía y la Virgen


     Ya avanzados en el mes de septiembre nos encontramos con la novedad de los trabajos, nuevos o antiguos, los cursos a punto de comenzar, y la recogida de los equipajes de las vacaciones. Así es. Me alegro si habéis podido descansar. Y bienvenido sea este curso y también la normalización de nuestras actividades que están a punto de iniciarse, al menos, pastoralmente, aunque para muchos estos meses han supuesto experiencias nuevas y un enriquecimiento en la entrega a los demás, en la convivencia, etc. Me alegra recordar los campamentos de verano, la peregrinación diocesana de jóvenes a Liébana y Covadonga, y, en otro orden de cosas, la clausura del Año Jubilar en Ceuta. El Templo Catedral de Cádiz ha recobrado también su valor para hacernos experimentar la fuerza del evangelio con un acontecimiento cultural y catequético sin precedentes, con la Exposición Traslatio Sedis, que está siendo tan visitada y bien valorada. Demos gracias a Dios por estos momentos de gracia, expresivos y enriquecedores para la fe, fruto de este Año Santo del Jubileo Diocesano que finalizará solemnemente este viernes día 14 de septiembre a las 19:00 horas en la S.A.I. Catedral de Cádiz. Estáis todos más que invitados a este acto grandioso para toda la Iglesia Diocesana.
     Es hora de ilusionarnos, de pensar ya en las catequesis, nuestra colaboración con Cáritas, las actividades de evangelización, etc. Pues ¡en marcha! Al comienzo de esta etapa no dejemos de invocar a María, que es Madre de la Iglesia. Los discípulos de Cristo, si queremos crecer y llenarnos del amor de Dios, hemos de fundamentar nuestra vida en tres realidades: la Cruz, la Eucaristía y la Virgen. En estos tres misterios que Dios nos ha regalado podemos, ordenar, fecundar y santificar nuestra vida para conducirnos hacia Jesucristo, mientras dedicamos todas nuestras fuerzas a la evangelización esperando como peregrinos la venida definitiva del Salvador. Entonces participaremos plenamente en la gloria de Jesús resucitado, que llevará a plenitud nuestra relación con Dios, con los hermanos y con toda la creación.

+ Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta
 


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